Opinion

¡Arrancan! Inician campañas

Francisco Ortiz Bello/
Analista

2018-03-31

Conforme al calendario electoral aprobado por la normativa de la materia, con el primer minuto del viernes 30 de marzo dieron inicio las campañas políticas federales. Así, todos los candidatos a diputados federales, a senadores de la República y a la Presidencia de México, están ya en posibilidad legal de salir a las calles a pedir el voto de los chihuahuenses, a realizar eventos públicos, a conceder entrevistas en medios de comunicación y, en todos los casos, a hablar de sus propuestas y pedir el voto.
Sin embargo, no todos iniciaron ese trabajo de proselitismo, como habría sido de esperarse, desde el primer momento en que la ley se los permitía, ¿por qué? La respuesta a esta pregunta es muy interesante, porque tiene que ver directamente con la definición de estrategias y tácticas electorales. La guerra del marketing y la comunicación políticas.
El viernes 30 de marzo, fecha de inicio legal y formal de campañas, resultó ser el día más importante de la Semana Mayor para los fieles católicos que, en este país representan aún algo así como el 75 por ciento de los mexicanos. En ese orden de ideas, el Viernes Santo para los católicos es uno de los días de mayor respeto a las tradiciones de esa religión, día de ayuno, vigilia y de guardar (como se dice), porque es el día en el que Jesús es llevado al Calvario para ser crucificado. Por tanto, resultaba muy complicado pensar en grandes eventos masivos de arranque de campañas en un día con estas características. El riesgo de tener un mal impacto entre la población católica era muy alto.
Las mediciones, cálculos y evaluaciones en todos los equipos de campaña coincidieron en dejar pasar el día santo sin contaminarlo con los temas de la política que, por definición, por antonomasia, son cosa del diablo. Y es ahí donde está el quid del asunto.
Hoy por hoy, las cosas de la política son cosas del diablo para el ciudadano. La corrupción, el desvío de recursos, la mentira, el tráfico de influencias son temas que están más que vivos en la agenda mediática informativa social y, claro, hacen que el ciudadano repudie todo lo que huela a política.
Por eso, de los candidatos presidenciales -y sin emplearse muy a fondo en un evento multitudinario, ni de grandes estridencias mediáticas-, la única en aprovechar desde el primer instante para hacer campaña fue la independiente, y exprimera dama, Margarita Zavala Gómez del Campo.
Precisamente, lo ocurrido a Margarita en su evento de arranque de campaña, es el mejor ejemplo del enorme riesgo que se corría. A las cero horas con un minuto del viernes 30 de marzo, la exinquilina de Los Pinos convocó a una reunión en el Ángel de la Independencia en la Ciudad de México. Ahí, acompañada de su esposo, el expresidente Felipe Calderón, pronunció un encendido discurso y arengas para pedir el voto.
Tanto ella como Calderón subieron diversas imágenes del evento a sus redes sociales. En dichas imágenes -bien cuidados los ángulos de toma- parecía que la convocatoria y asistencia de simpatizantes había sido todo un éxito. Sin embargo, hoy las redes sociales representan el peor termómetro de medición para los políticos y sus desmedidas ansias de magnificar las cosas.
Diversos usuarios de Twitter, Facebook, Instagram y otras plataformas similares, subieron fotos en las que claramente se podía apreciar que en realidad se trataba de no más de mil personas en el mejor de los casos. Algunos calcularon 700 asistentes al evento.
El académico, investigador y articulista John Ackerman escribió en su cuenta de Twitter: “Se nota la gran autenticidad de las 870 mil ‘firmas’ de @Mzavalagc por la gran afluencia de partidarios a su arranque de campaña”, comentario que acompañó con una imagen del usuario MegafonoMx en la que claramente se puede apreciar que ni siquiera las escaleras del monumento se habían alcanzado a llenar con simpatizantes de Zavala.
La candidata independiente habló en su discurso de varios temas de relevancia ante la coyuntura política y social que vive el país. Temas trascendentales que, sin embargo, se perdieron entre el “ruido” que hizo la escasa asistencia de simpatizantes. La exprimera dama y su esposo fueron acremente criticados por los usuarios en redes sociales por su evento.
De ese tamaño es la relevancia en materia de estrategias de marketing y comunicación política. Como analista político, como asesor y consultor en todos los temas relacionados, me queda claro que el trabajo de los equipos de campaña será trascendental para los candidatos, pero la definición de estrategias adecuadas y efectivas en líneas comunicacionales y en desarrollo de modelos mercadológicos y mercadotécnicos apropiados a cada candidato, y a cada circunstancia, serán la pauta definitoria en el resultado de esta elección.
Por su parte, más cauto y calculador, Ricardo Anaya, candidato presidencial de la coalición Por México al Frente, en pleno Sábado de Gloria, decidió acompañar a Alejandra Barrales a un encuentro masivo con mujeres en la Arena Ciudad de México. Algo así como 12 mil asistentes. Si bien no es un acto de campaña como tal del candidato presidencial, sí se presentó de manera formal con un discurso brindando todo el apoyo a la exlíder perredista, pese a que todas las encuestas dan hoy como triunfadora en la Ciudad de México a Claudia Sheinbaum del equipo lopezobradorista.
Sin duda, fue una mala decisión de Margarita y su equipo de campaña iniciar sus actividades proselitistas en Viernes Santo y de madrugada. Lo mismo la de Ricardo Anaya de acompañar a Alejandra Barrales en su arranque de ayer sábado. Como lo fue también una rueda de prensa programada en Ciudad Juárez ayer sábado en la mañana por los candidatos de Acción Nacional a las diputaciones federales y al Senado, en las inmediaciones del Puente Internacional Santa Fe. Evento del que se difuminó totalmente su efecto por las mismas razones que con Margarita en la Ciudad de México, pero en el que además tampoco quedó muy claro el sentido, objetivo o concepto del evento. ¿Por qué razón en un puente internacional? ¿Por qué a esa hora de la mañana? ¿Por qué la participación de todos los candidatos? Al final, ante la muy escasa cobertura mediática de la prensa, ni siquiera preguntas hubo. Empiezan pues con serias deficiencias en la estrategia mediática.
Tanto López Obrador como José Antonio Meade decidieron posponer sus arranques de campaña hasta hoy domingo, por cierto, el tabasqueño lo hará aquí en nuestra frontera, en otra muestra más de una acertada estrategia político-electoral, para reforzar su presencia en los estados del norte del país.
De lo que se trata en una campaña electoral es de convencer al electorado para que vote por un candidato específico. Para ello, los candidatos y partidos deben llegar a las verdaderas necesidades de los muy diversos y plurales grupos sociales en nuestro país. Pero deben llegar con propuestas serias, viables, realizables, tangibles. No con ocurrencias.
Pero antes que la propuesta está la credibilidad. Porque por muy buena y asertiva que sea la propuesta, si quien la hace no goza de la credibilidad ciudadana, de nada servirán todos los esfuerzos que haga para obtener el voto del electorado. No se convence a nadie que no nos cree. Y la credibilidad es confianza, es empatía, es cercanía con la gente, pero también es hablar su mismo lenguaje y cualquiera sabe bien que, para hablar bien un idioma primero hay que comprenderlo. He ahí un buen tip para los desangelados candidatos y candidatas en este proceso, aprendan a comprender el idioma de los mexicanos. De nada.

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