Opinion

Con esposa y cuñado en Gobierno busca senaduría

LA COLUMNA
de El Diario

2018-03-30

• La diputada que metió el pie a Mocken
• Concesión de tele será privada


No desquitó el sueldo como funcionario público y ahora se presenta como candidato a senador por el Partido Acción Nacional (PAN). Gustavo Madero Muñoz usó su cargo como jefe de gabinete del gobernador, Javier Corral, para vigilar sus multimillonarios negocios personales, para servir de operador político electoral al mandatario estatal y para colocar en la nómina pública a su esposa, María Eugenia Falomir Morales y a su cuñado Roberto, de los mismos apellidos.
Los Falomir fueron ubicados en la Secretaría de Desarrollo Social y en el Instituto Chihuahuense para la Transparencia y Acceso a la Información Pública (Ichitaip). Ella como directora de Grupos Vulnerables; su hermano menor como director de Capacitación en el órgano autónomo. Sin ningún recato metió las manos en ambas instancias Madero para ordenar los nombramientos.
No tenemos un solo dato que hable de alguna utilidad para el estado en la coordinación de gabinete mientras Gustavo Madero estuvo al frente de esa oficina, menos en particular para Ciudad Juárez. Desconocemos a qué santo le rezará para tratar de convencer a los chihuahuenses de que voten por él. Arrastra antecedentes de inutilidad más allá de la coordinación del gabinete; antes fue también senador, diputado federal y hasta dirigente nacional del PAN. Nomás sus negocios han florecido.

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Sí que ha creado fama en Chihuahua la diputada federal morenista, Ariadna Montiel. Ha sido la delegada del comité nacional de ese partido para conducir la designación de candidatos a los distintos cargos de elección popular. Se ha ganado acusaciones de parcialidad, arbitraria y facciosa en los distintos rumbos del estado, particularmente en el municipio de Chihuahua.
Nos interesa Juárez. Ha trascendido que la tardanza enorme para definir las candidaturas locales, especialmente la de presidente municipal, ocurrió porque doña Ariadna prestó en serio oídos a quienes se opusieron rotundamente a que el expriista Javier González Mocken fuera el candidato.
Ayer lo dijimos. Patalearon como poseídos por fuerzas del averno el diputado local, Pedro Torres y el llamado “enlace nacional”, Juan Carlos Loera, para impedir el paso al también expresidente municipal. Vendieron como buenos los supuestos expedientes generados por la Auditoría Superior del Estado sobre presumibles anomalías ocurridas en los escasos meses que estuvo González Mocken al frente de la Presidencia Municipal como suplente de Enrique Serrano.
Por supuesto tales guerrilleros de las sombras pretendían la postulación para ellos. No son pocos quienes ven posibilidades a Morena de triunfo si los electores apuestan mayoritariamente por López Obrador y lo menos que desean es quedarse fuera de la nómina pública o de los negocios al amparo del poder.
Ariadna compró la grilla y se convirtió en activista antimocken al grado que una hora antes que fuera presentado el juarense como candidato por la presidenta nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky, la diputada no le había avisado al nominado que se llevó de calle las “encuestas” respectivas. Ella siempre tuvo los datos pero también la esperanza de que pegara hasta “El Peje” alguno de los chismes. Tarde. Ayer llenó Mocken el bodegón que usa el Instituto Estatal Electoral como oficinas en esta frontera.
Donde el trío Juan Carlos-Pedro-Ariadna consiguió perjuicios graves fue contra el monero “Pillo”, Alfredo Hernández. Ya tenía hasta guayabera nueva el caricaturista para ir por la sindicatura. En el último minuto lo cambiaron por la diputada Leticia Ortega que ni registrada estaba. Habas se cuecen en todas partes.

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Por supuesto que no lo han dicho ni el vocero del Gobierno estatal, Antonio Pinedo ni mucho menos el gobernador, Javier Corral. Ambos anunciaron el arranque de un proyecto oficial televisivo que ronda los 90 millones de pesos pero, mustios y opacos como son, han omitido explicar de dónde sacarán ese dineral si no tiene la administración estatal ni para medicamentos y cómo obtendrán la concesión respectiva.
El dinero saldrá de cualquier parte. Ha demostrado el gobernador que cuando se trata de sus prioridades de cualquier partida puede echar mano. El presupuesto anual estatal es superior a los 60 mil millones, así que 90 ni se notará de dónde sean tomados.
La concesión sí tiene problemita. Tanto Corral como Pinedo afirman que el proyecto deberá ver la luz a más tardar en agosto pero no tiene el Gobierno del Estado concesión para el efecto. Debe conseguir una prestada o rentada. De aquí a diciembre que venga el cambio de régimen no soltará nada el gobierno federal.
Sabemos que Corral ha entrado en pláticas con empresarios de la radio y la televisión para conseguir algún canal aunque no sea de primera línea. Uno de tercer nivel les servirían muy bien, pero cualquiera que sea el alcance será carísimo.
¿Tendrán la falta de escrúpulos para derrochar también en eso? La respuesta sin dudarlo es sí.

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Si el golf o los expedientes secretos X se lo permiten, el próximo viernes presidirá Javier Corral en la ciudad de Chihuahua un foro llamado “Federalismo hacendario”, al que buscará sacar jugo electoral.
Ese evento formará parte de la saga llamada “Encuentro Chihuahua” que empezó en agosto del año pasado con “problemas contemporáneos de México” y le siguió con seguridad y justicia tiempo después. Tienen como sede el museo Casa Chihuahua, ubicado apenas cruzando la calle de Palacio de Gobierno.
Tiene el gobernador una avidez alocada por los reflectores. Los necesita como única forma de hacer presencia política puesto que sigue sin mostrar disposición por trabajar y ganarse así el respeto de los chihuahuenses. Es enemigo de la chamba.

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