Opinion

Los grados del frío

Carlos Irigoyen/
Analista

2018-03-15

No hay retorno, o quemamos las naves al estilo Cortés o estaremos condenados a repetir los patrones de alta violencia que hemos pasado desde 2008. Al dejar enfriar las cosas, nuestra sociedad se volverá sumamente vulnerable y convulsa.
A pesar de que Juárez se ha sobrediagnosticado, que ha logrado su clasificación como ciudad resiliente a nivel mundial y que se hace una cuantiosa inversión para resarcir el tejido social profundamente dañado, Juárez sigue en una especie de lucha intestina entre quienes aspirar al poder, quienes ya lo tienen, quienes no les interesa el poder pero tienen una razón para aprovecharse de la ciudad y a quienes les importa un comino el bienestar colectivo mientras haya un bienestar personal; hágase la ley en los bueyes de mi compadre. Después de filtrar estas actitudes queda aquella de involucrarse en el desarrollo de la ciudad transformándola en un mejor lugar para vivir.
Hay una gama de opciones de involucramiento, tan difícil evaluar los comportamientos como pronosticar los potenciales resultados. Cada vez se percibe cercano el tiempo electoral. ¿Ya sabrán lo que quieren los potenciales votantes? Si aún no los detectan ¡van tarde! Pueden hacer una estrategia general o segmentar sus mercados para cuestionarlos, averiguar qué quieren, hay montones de técnicas estadísticas y cualitativas que les pueden ayudar en la profesionalización de sus actividades de mercadotecnia política.
Los que ya lo tienen, ¿saben las necesidades más relevantes de los ciudadanos? Defínanlas en términos de impacto y factibilidad; no todas las acciones y ocurrencias servirán para impactar de forma global el nivel de vida de los habitantes de la ciudad. Vayan más allá del nivel de vida y cuestiónense, ¿cómo queremos que nuestra ciudad sea percibida a nivel mundial? ¿Con qué argumentos venderemos a nuestra ciudad como lugar de inversión? ¿Cómo podremos defender la problemática social y más que eso, generar modelos consistentes y reconocidos como alternativas de solución al calentamiento social?
A aquellos que solo están por conveniencia política, económica y social los repudiamos, estamos cansados los ciudadanos de los caciques, zares sociales, lideres charros, empresarios rentistas, activistas sociales de oportunidad; su papel ya no debe ser tolerado en nuestra ciudad. Cada vez que es tiempo electoral, muchos asoman sus cabezas para hacer caravana con sombrero ajeno y simplemente tener una visibilidad en aras de lograr un acceso a puestos con dinero públicos.
Luego viene la parte más negativa y menos gratificante de convivir en la sociedad: aquellas personas que sin tener el mínimo respeto por sus conciudadanos hacen obras pequeñas o grandes que lastiman los derechos de los demás. Va con dedicatoria a aquellos que solo en tiempos electorales se acercan a los lugares de extrema necesidad, quienes tienen una actitud hedonista necesitando constantemente la aprobación pública. Aquellos ciudadanos que, si les cae una encomienda política, se marean al subirse al ladrillo y con una alta dosis de soberbia se dedican a la promoción y zalamería de personalidades (los besamanos) olvidándose de quienes tienen un dejo de esperanza de que ciertas problemáticas tengan una solución; a los que encabezaran las propuestas de los diversos partidos o los independientes, rodéense de personal que sepa conectarse con la gente. Estamos en la transición de dejar de ser votantes satisfechos para ser votantes de exigencias.
Y hay que considerar a los miles de ciudadanos que queremos una real transformación de la ciudad y que anhelamos un marco de equidad social y económica para aspirar a tener condiciones de vida que permitan vivir con calidad creando un modelo Juárez que sea una solución integral de desarrollo social, político y económico para lugares con circunstancias desfavorables y que no solamente sea un dinámico polo de desarrollo económico que medio ahí la lleva en su desarrollo social y con severos cuestionamientos en sus liderazgos.
Así en esos términos, ¿dejamos que se enfríen las cosas o tomamos las riendas de la ciudad? Busquemos la unión de políticos, empresarios, académicos y, sobre todo, convenzamos a la sociedad de que trabajar con disciplina y esfuerzo debe traer los beneficios que anhelamos como colectivo aumentando la satisfacción en lo personal. La fuerza está en la pasión de la unión y no en el azar de la individualidad.

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