Opinion

¿Qué será, será?

Yuriria Sierra/
Analista

2018-03-09

Ciudad de México.- ¿Qué pensar de un AMLO que reconoce el trabajo, aún no hecho, de Enrique Peña Nieto? Incluso se atrevió a llamarlo presidente. Deben tenerlo de muy buen humor las encuestas, que lo siguen marcando como puntero. También cuestionó las advertencias de Ricardo Anaya, en otro gesto de buena voluntad hacia Los Pinos.
“No solo se trata del discurso demagógico, a mí me gustaría saber cómo lo va a hacer (Anaya), que me diga si va a iniciar un proceso, de qué lo va a acusar, ante qué instancia se presentará la denuncia, y si procede jurídicamente, porque no se trata de engañar a la gente, claro que se puede entambar a cualquiera, pero estamos hablando de un asunto serio, que explique y que sea un tema de análisis de los especialistas, de abogados, constitucionalistas”, dijo el miércoles respecto de la amenaza del panista de “encarcelar” -así lo dijo- a Peña Nieto. Una defensa disfrazada de pregunta “genuina” sobre cuál es el procedimiento que para ello tiene pensado el candidato del Frente. AMLO, tradicional populista, cuestionando la demagogia con la que se conduce Anaya.
Aunque, sin duda, el guiño más evidente fue el que le lanzó a Peña Nieto en la Expo Alimentaria ANTAD, el martes pasado en Guadalajara: “Yo le tomo la palabra, creo que es lo mejor el que se garantice la democracia en el país, yo agregaría que si el presidente Peña Nieto cumple con ese compromiso y se respeta la voluntad de los mexicanos, si las próximas elecciones son limpias, son libres, esto va a ser un asunto que se le va a reconocer a él (...) Va a ser un punto a su favor, independientemente de cómo esté ahora su imagen, independientemente del rechazo que tenga...”. Dicho esto tras las la declaración de Peña acerca de que su única intervención en el proceso electoral será cuando vaya a votar el 1 de julio. ¿Alguien recuerda a un AMLO con un discurso marcado con tanta concordia?
¿Qué estará pasando por su cabeza? ¿Está aprovechando el mal tiempo de Anaya para marcar distancia con él, que se ubica en segundo lugar en las encuestas? Para nadie es secreto que, en esta intercampaña, a la que le quedan aún tres semanas, quien la está sufriendo más es el panista. Por eso las declaraciones de AMLO. Aunque ni el error de la PGR de difundir los videos de Anaya al presentar su declaración logró que se desviara la atención que hoy está sobre el panista. Si las dudas sobre el origen de su patrimonio se generaron desde mucho antes de que se concretara el Frente Ciudadano, con el tema de Manuel Barreiro y la planta industrial que vendió en más de 50 millones de pesos, los cuestionamientos se multiplicaron. Y es fecha de que el tema sigue siendo parte de los debates, de las declaraciones y los reclamos. Hasta panistas como Ernesto Cordero, enemigo confeso de Anaya, ha pedido investigación sobre el candidato.
AMLO ha sido el único candidato que se ha guardado durante estas semanas. Si bien José Antonio Meade ha aprovechado este tiempo, hasta AMLO se sumó -tal vez involuntariamente- a su llamado a la concordia y unidad; es claro que Anaya está perdiendo terreno. Hipótesis pura: AMLO está asegurando su distancia con Anaya, tomando el discurso de Meade para hacer de ésta, como lo esperábamos, una contienda de dos, pero no contra el panista.
¿Qué será lo que sucede? Parece que AMLO opta por las ráfagas menos radicales y toma las más amables, las que menos esperaríamos de él, ¿o alguna vez pensamos oírlo reconociendo algo de Peña? Más aún, algo que no está hecho. Parece estarse vacunando para una contienda que pareciera resuelta, pero que en realidad no ha comenzado.

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