Opinion

La 'Ley del Garrote'

Francisco Ortiz Bello/
Analista

2018-03-08

Ya en colaboraciones anteriores lo he dicho, sin embargo, ante los hechos que vivimos hoy, debo repetirlo una vez más: en Chihuahua no hay Estado de Derecho, porque se aplica la ‘Ley del garrote’ a placer del gobernador y con el aval de sus diputados panistas en el Congreso. Triste, lamentable y muy peligrosa realidad.
Tres historias recientes acreditan fehaciente y claramente tal aseveración. Las tres con el mismo común denominador: los propósitos personalísimos de Javier Corral y la complacencia denigrante y vergonzosa de los diputados panistas en el Congreso del Estado.
La primera historia tiene que ver con la selección de comisionados o consejeros del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción, instancia que debe estar en perfecta concordancia con el Sistema Nacional Anticorrupción, tanto en el marco normativo como en el operativo, y del que Chihuahua ha permanecido bastante descoordinado.
Nuestros diputados chihuahuenses le obsequiaron al gobernador una ley que no solo permitió colocar como presidente del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción, a un destacado militante panista en activo, sino además y para rematar, un hombre muy cercano a Javier Corral Jurado.
La Comisión Seleccionadora eligió a José Antonio Enríquez Tamez -presidente del Comité-, Ana Isabel Terrazas Cerros, Liliana Ochoa Ortega, Norma Yadira Lozano Fernández y René Moreno Medina, siendo el primero de ellos un hombre extremadamente ligado al gobernador además de contar con su militancia panista activa.
Este órgano ciudadano, tanto en el sistema nacional como en el estatal, debería garantizar una absoluta imparcialidad e independencia de cualquier línea de gobierno, dada la delicada naturaleza de sus funciones y la auténtica representación que deben ostentar, situación que no se cumple en absoluto con el nombramiento de Enríquez Tamez.
Tan es así, que la doctora Olga Ponce, a la sazón integrante de la Comisión Seleccionadora, decidió impugnar ante el Congreso el atropello que cometieron los legisladores al eliminar de la ley importantes candados que aseguraban la autonomía e independencia del Comité de Participación Ciudadana.
Los diputados blanquiazules le hicieron un traje a la medida al “compadre” de Corral para que ocupara sin problemas la presidencia de ese comité.
También, los mismos diputados del PAN, propiciaron una modificación a la Ley del Juicio de Procedencia (desafuero), mediante la cual se disminuyen las condiciones para desaforar a altos funcionarios y representantes populares, eliminando la condicionante de la mayoría calificada (dos terceras partes de los diputados), de modo que ahora, basta que Corral se proponga desaforar a quien se le ocurra, y con la mayoría simple con que cuenta en el Congreso, ¡zas!, quedará desaforado sin problemas y a merced de las revanchas personales del gobernador.
Los diputados de Morena, Pedro Torres y Leticia Ortega, enviaron un comunicado informando que previamente habían acordado respaldar dichas modificaciones a la ley, pero que ante el desaseo político y la falta de protocolo parlamentario y legislativo en que incurrieron los panistas, decidieron abandonar el salón del Pleno el pasado martes junto a otros 12 legisladores de oposición.
La tercera y última historia, de las tres que mencioné -porque hay muchas más-, es la del comisionado presidente del Instituto Chihuahuense para la Transparencia y Acceso a la Información Pública, Rodolfo Leyva, destituido el 9 de marzo del 2017 por sus propios compañeros comisionados a petición del gobernador Corral.
La drástica reacción del jefe del Ejecutivo estatal se da después de una discusión pública entre él y Leyva, porque le reclama que no siguió sus instrucciones (las del gobernador) de contratar en el Ichitaip a Ricardo Alcántara, esposo de Stefany Olmos, la secretaria de la Función Pública. Ante la negativa firme y completamente legítima de Leyva, Corral decide destituirlo de su encargo, aunque no tuviera ni facultades ni injerencia en esa institución.
Esa es la manera de responder de Corral ante una negativa, discrepancia o diferencia. Corral parece pensar: “¿Estás conmigo? Tienes mi apoyo ¿No estás conmigo? Te haré pedazos de la forma que sea. La ‘Ley del garrote’ y la zanahoria en Chihuahua. Triste y peligrosamente.

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