Opinion

Desaparecer al duartismo y al PRI

José Ignacio Gallardo/
Analista

2018-03-06

El priismo llega a sus 89 años, y no pasa por su mejor momento. Se encuentra sumamente debilitado. El desgaste en el poder sin duda lo está perjudicando más de lo esperado. La administración de Enrique Peña Nieto tampoco le está ayudando mucho al PRI. La corrupción ha sido el sello que no se ha podido quitar desde que inició este sexenio. El caso del escándalo presidencial conocido como la Casa Blanca, sin duda que será uno de los puntos más reprobables de la saliente administración federal.
También será para recordar la gran cantidad de gobernadores priistas que han estado constantemente en el escándalo y han sido vinculados con graves actos de corrupción y de desvíos de recursos públicos. La lista es muy larga y en ella figuran Humberto Moreira, Javier Duarte, Roberto Borge y César Duarte. No se puede dejar de mencionar los casos de gobernadores emanados del tricolor que siguen estando en el ojo del huracán por sus escandalosos desvíos de recursos o por sus vínculos con el crimen organizado, como es el caso Andrés Granier, Mario Marín, Mario Villanueva Madrid, Tomás Yarrington y Eugenio Hernández.
Con todos estos casos de corrupción y la mala fama que ha acumulado la marca PRI, será difícil que el candidato José Antonio Meade pueda subir en las preferencias electorales. Con todo y que en estos momentos el mayor escándalo lo trae a cuestas el candidato de Por México al Frente, Ricardo Anaya, además de que abundan señalamientos en contra de la decisión de Andrés Manuel López Obrador de haber incluido al líder minero Napoleón Gómez Urrutia en el listado de senadores plurinominales de Morena.
A nivel estatal las cosas tampoco pintan bien para los priistas chihua-huenses. Las traiciones al interior, la falta de liderazgo de sus dirigentes y de unidad entre sus militantes, tiene a este partido en el umbral del cuarto lugar de las preferencias electorales. Y de seguir así las cosas en el tricolor, no sería difícil que lo manden hasta el sótano de los resultados en las elecciones. Es realmente de anécdota lo que ocurre en estos momentos en el tricolor tanto a nivel estatal como municipal. Todo hay menos unidad en el partido. Ya nadie toma en cuenta o respeta a sus actuales dirigentes, quienes siguen perdiendo credibilidad y liderazgo. Han sido rebasados por las circunstancias. Y lo peor de todo es que en el colmo del cinismo, andan buscando candidaturas pluris para ellos; no buscan salvar al partido, buscan salvarse a sí mismos.
En cuanto a los candidatos tricolores, nomás no pintan. La designación de la maestra Adriana Terrazas para muchos es un mal augurio. Sorprendió que la maestra dijera que ella sí podía ver a los ojos a los priistas, ya que afirmó que nunca había estado involucrada en actos de corrupción. Más de uno se quedó atónito con lo que acababa de escuchar. No se auguran muchos triunfos en el Revolucionario Institucional. Es una receta mala, una combinación de candidatos desconocidos, sin presencia en el partido sin motivaciones y sin compromisos. Y lo peor es la desbandada de militantes. Muchos ya anunciaron que no trabajarán en estas elecciones con su partido. Otros, sin renunciar a su militancia, estarán apoyando a Javier González Mocken. Y algunos ya dejaron el partido, como Lorenzo Muñoz, y apoyarán al independiente Armando Cabada.
Además existe poco entendimiento, muchos desplantes y protagonismo de algunos aspirantes como el caso de Adriana Fuentes, que en el evento de presentación de los candidatos se puso a regañar a su compañero Hiram Hernández cuando terminaba su discurso. La candidata se molestó con el aspirante por el distrito federal 04 porque dirigió su mensaje a los jóvenes, dejando a los de 35 y más de lado. Mal se vio haciendo berrinche. Todavía no empiezan las campañas y ya empezaron con sus desplantes. Así, se ven muy difíciles las cosas para el partido. Algunos mal intencionados dicen que precisamente ese era el arreglo con el gobernador Javier Corral, dejar al PRI en tal estado que no representara una amenaza para la actual administración estatal. Si ese fue el arreglo con la dirigencia priista, entonces todo está saliendo conforme a lo acordado. Pero, no solo quieren acabar con el duartismo, parece que también buscan desaparecer al PRI.

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