Opinion

James; el boleto de su último vuelo

LA COLUMNA
de El Diario

2018-03-02
• La mandan sola al matadero
• Maru mueve pieza anti Corral


Para muchos fue sorpresiva la visita singular que recibió el jueves el independiente alcalde, Armando Cabada. Estuvo en su despacho Teirasa Mower, madre del infortunado pequeño, James Camacho.
Intérprete de por medio, Cabada y la estadunidense platicaron durante bastante tiempo. La realidad es que el presidente municipal estuvo siempre en contacto con la señora desde el momento que fue reportada la desaparición del niño que padecía autismo y murió aparentemente por hipotermia en un campo algodonero muy cerca del domicilio donde vivía.
Teirasa buscó agradecer las atenciones de Cabada tanto por el apoyo económico para trasladar el cuerpo de James a Washington, donde nació, como por mantenerla informada sobre la búsqueda. Tuvo ella inclusive un detalle en medio del dolor, dejó en Juárez parte del boleto de avión que trasladaría a su hijo de El Paso a su lugar natal. Tenemos copia en la versión digital.
La Policía Municipal participó en varios rastreos coordinados por la instancia legal responsable de las indagatorias correspondientes, la Fiscalía General del Estado Zona Norte. Algo falló a todos para ubicar a James antes de que perdiera la vida.
La investigación continúa en dos vertientes fundamentales: dónde estuvo James antes de morir y cómo fue abierta la puerta de su casa que tenía una chapa especial precisamente para impedir que saliera sin la ayuda de sus familiares. Se presume que en el domicilio vivía con su abuela, su padre y la nueva pareja de este.
Seguro esos datos fueron también platicados entre la mamá de James y el alcalde Cabada, quien desde el hallazgo del cuerpo dejó en público su escepticismo sobre las primeras versiones oficiales relacionadas con la muerte del menor.
Esperemos que en poco tiempo todo quede aclarado.

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La coordinadora de la bancada del PRI en el Congreso del Estado ha sido abandonada por sus compañeras legisladoras en los exhortos y posicionamientos que, sesión tras sesión, hace en contra del gobernador Javier Corral y sus funcionarios.
Desde que asumió la coordinación en agosto del año pasado, es la diputada juarense Isela Torres la única de la autobautizada bancada rosa la que denuncia supuestos excesos y contradicciones del nuevo amanecer.
Adriana Fuentes ha estado más ocupada en la Ciudad de México cabildeando para un puesto federal que en las sesiones del Congreso; únicamente fue en el tema del presupuesto en el que estuvo presente la empresaria juarense, fuera de ahí, cero crítica y polémica.
Imelda Beltrán ha pasado también sin pena ni gloria en la Legislatura, trabajando temas de su distrito y acaso cabildeando, sin éxito, su candidatura a la Presidencia Municipal de Balleza. Pesa sobre “Kale” Beltrán un proceso penal en contra de su hijo, Fernando Alonso Loya, y el pasado de la diputada como secretaria particular de la exprimera dama Bertha Fong, dos temas que la han mantenido atrás de la raya en el Congreso.
Karina Velázquez, presidenta del Congreso, guarda la institucionalidad del cargo y, sobre todo, pretende irse sin levantar ámpula ante la investigación que en su contra existe por participar presuntamente en los famosos desvíos de dinero público para las campañas del tricolor en la época Duarte.
Cierra la lista de diputadas del PRI Rocío Sáenz, quien ha trabajado de forma cercana con el PAN -reproche de por medio de sus correligionarias- y tras el berrinche por no ser designada coordinadora, ha destinado su tiempo a asegurar la reelección y, entonces sí, el liderazgo de la bancada en la nueva Legislatura.

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No se acaba ahí el desamparo a Isela Torres. Desde el PRI estatal tampoco hay apoyo para la bancada que, por tamaño e interés, debería ser la punta de lanza de la oposición al gobierno panista.
Mientras el Comité Municipal del PAN en Juárez se reúne con sus legisladores, les apoya en conferencias de prensa y anuncia trabajo en conjunto, en el caso del PRI no hay ni siquiera acercamientos para ir por un café.
Óscar Nieto no hace agenda con sus diputadas, menos aún respalda posicionamientos ni pronunciamientos, sin importar el tema.
En Chihuahua, con Marco Quezada como director de ópera, tampoco hay eco para las exigencias de la diputada. Ahí se opera a favor del PAN por los vínculos personales entre Quezada y destacados panistas. En tiempos recientes, nos cuentan, también se trabaja ya abiertamente a favor de Morena.
Miedo o complicidad, abandono del barco, negocia simple y llana, el caso es que a Isela la cobijan más otros partidos como Nueva Alianza o Morena, antes que los propios priistas.

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Un cambio que por decir lo menos llama la atención el llevado a cabo en el municipio de Chihuahua por la alcaldesa panista María Eugenia Galván. Es un movimiento en su gabinete que debe estar ocasionando sarpullidos unas cuadras cerca de la Presidencia Municipal, en Palacio de Gobierno.
Campos movió de la coordinación de directores al Yunque, Arturo García Portillo, y colocó en su lugar al jefe de servicios públicos, exdirigente del PAN en el estado, Mario Vázquez.
Sin dudarlo podemos aseverar que se trata de una táctica meramente político-electoral. Maru está dejando de confiar en el Dhiac-Yunque debido al avance de Morena y a las estrechas ligas, evidentes, con otros miembros de la cofradía ubicados en Palacio.
Mario Vázquez poco a poco se ha convertido en un manejador confiable del terreno electoral, aunque sea inaceptable para el primer panista del estado, Javier Corral. Maru todo lo que quiere es asegurar la reelección para quedar en disposición de ir por la gubernatura. Considera a Mario pieza clave.

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