Opinion

El proceso que viene

Carlos Irigoyen/
Analista

2018-02-15

Tras una calma momentánea se vendrá una vorágine de emociones y preparativos. Los mexicanos hemos terminado hartos de las precampañas tan desagradables; soportar los dimes y diretes entre candidatos; tratar de ensuciar la postura de otros y denostar sin tapujos las diferentes alternativas.
Estamos en el vestíbulo de las elecciones municipales, aquellas que habrán de dar el rumbo político para los siguientes años en nuestra ciudad. ¿Estaremos los juarenses preparados para soportar un espectáculo tan pobre como el que hicieron los precandidatos a nivel nacional? ¿Estarán los políticos concientizados de que los juarenses queremos campañas de altura?
Según la RAE, una propuesta es “una proposición o idea que se manifiesta y ofrece a alguien para un fin”. La misma fuente precisa la palabra política como “orientaciones o directrices que rigen la actuación de una persona o entidad en un asunto o campo determinado”. Una propuesta política entonces deberá ser “una proposición manifiesta de cómo se orientará una persona o Institución en la búsqueda y consecución de una posición política para el servicio de nuestra comunidad”.
Por el bien de nuestra ciudad que la intencionalidad se dé en ese sentido y no en torno a los conflictos de intereses que se han dado administración tras administración. Hoy como ciudadanos tendremos un proceso de nueva cuenta histórico, se pueden confrontar hasta tres expresidentes municipales, dos exlegisladores; la pelea por la alcaldía promete estar mas reñida de lo que aparentemente se pueda visualizar; ahí es donde los ciudadanos debemos de analizar la intención de voto y ejercer con mucha convicción nuestro derecho de elección de gobernantes.
No olvidemos que en las últimas elecciones, el candidato electo levantó récord siendo el número de votos más alto para el ganador en los últimos 24 años. Cuestiono abiertamente y quizá hasta ingenuamente, ¿Con qué expectativa entran los contendientes? Qué confuso se presenta el panorama para nuestra ciudad; no se percibe si aquella participación electoral del 41.56 % volverá a suceder. La duda es enorme y es real, la creatividad e innovación en la mercadotecnia política puede ayudar a poner una propuesta diferente a la actual y de nueva cuenta, ¿habrá continuidad en los planes de gobierno o habremos de rehacer la planeación estratégica de la ciudad?
Hoy, a diferencia del último periodo electoral se ciernen problemas con un mayor grado de tecnicismo para la frontera, la variable seguridad sigue siendo prioritaria; pero a eso, hay que agregarle una figura de corrupción que ha alcanzado niveles elevados de cinismo y de incredulidad y aunado a eso un modelo económico que refleja mas dudas que certezas. Ante esto, ¿tendrán claro los que van a contender de ofrecer una propuesta de gobierno a una ciudad que se siente hasta cierto punto “huérfana”?
El atraso en materia de retribuciones económicas de la Federación y el Estado a la ciudad, un inequitativo desarrollo social, el lastre de baja percepción que cargan las asociaciones políticas, el grado de duda que generan las propuestas independientes a cualquier nivel, la cuestionada autonomía de los municipios; hay motivos y de sobra para ser reticentes, sarcásticos o irónicos cuando los candidatos declaren sus intenciones. El problema es más complejo, no podemos enfrentarlo con una visión empírica; hay que poner atención en la estrategia que sugieran implementar para el desarrollo de la ciudad, junto con sus colaboradores cercanos, el gobierno dejó de ser un asunto tipo Llanero Solitario, es un desarrollo grupal. Los aspirantes a la Alcaldía de la ciudad tienen en sus manos una gran oportunidad para trascender. ¿Cómo quieren ser recordados? ¿Como los estadistas que dieron grandes resultados fruto del trabajo en equipo o, como una asociación del tipo Ali-Baba y sus 40 ladrones?.

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