Opinion

"Violento y capitalista"

Pascal Beltrán del Río/
Analista

2018-02-06

El domingo por la tarde, mientras millones de mexicanos seguían por las pantallas de televisión lo que ocurría en el emocionante Súper Tazón LII, John Ackerman, uno de los principales panegiristas del puntero de la carrera presidencial, Andrés Manuel López Obrador, pensó que era buena idea descalificarlos con un mensaje cargado de paternalismo e ideología.
“De niño —escribió Ackerman en su cuenta de Twitter—, como buen adolescente gringo, me juntaba con los amigos para ver el #SuperBowl.
“Hoy, como hombre mexicano, me da tristeza ver a tantos compatriotas irse con (la) finta de un deporte tan violento y capitalista.
“En este momento, la única victoria que me importa es la de #AMLO2018”.
El comentario carecería de importancia de no ser por la cercanía que López Obrador ha otorgado a este personaje, que se nota, entre otros hechos, por haber designado a su esposa, Irma Sandoval, como integrante de su eventual gabinete.
El que un político que busca por tercera vez llegar a la Presidencia de la República tenga de encomiasta a alguien que ofende a millones por su gusto por el futbol americano se antoja un error que el candidato no debiera dejar pasar.
El comentario denota varias cosas. Entre ellas, un sentimiento de superioridad moral de alguien que pretende decirle a los mexicanos lo que debe interesarles, muy al estilo de un politburó comunista que dicta lo que es culturalmente aceptable.
¿De qué se trata, de que un eventual gobierno a cargo de López Obrador desate una revolución cultural para determinar lo que pueden ver en televisión los mexicanos? A eso suena su tuit, por muy absurdo que pudiese ser una pretensión en ese sentido.
Quien dijo semejante insensatez es fiel reflejo de muchos seguidores de López Obrador, que no tienen oídos para otra cosa que no sean las palabras de su líder, y que en las redes sociales la emprenden con insultos (jamás con argumentos) contra cualquiera que no comparte su visión.
¿Esa es la forma en que se buscará unir al país en caso de que gane López Obrador las elecciones?
En un caso o en otro, en la victoria o en la derrota, el tabasqueño tendrá que contener las ansias de descalificar a los demás e imponer un único punto de vista que caracterizan a muchos de sus seguidores. Más vale comenzar a hacerlo desde ahora.
México es un país plural. Y, sí, hay millones de mexicanos que gustan del futbol americano. Quizá Ackerman lo desconozca, pero ese deporte llegó a México hace más de un siglo. Y si bien llegó de Estados Unidos —igual que el beisbol, del que es gran aficionado López Obrador—, el futbol americano se ha acoplado perfectamente en la cultura mexicana. ¿Quién de niño no jugó alguna vez tochito en la calle?
Más allá de que aparentemente comenzó a practicarse a finales del siglo XIX en Xalapa, el futbol americano forma parte importante de la historia de nuestra Universidad Nacional, comunidad a la que Ackerman dice pertenecer, aunque probablemente no sepa siquiera quién fue el Tapatío Méndez.
Él está en todo su derecho de no hacer otra cosa durante el día que recitar los mantras de su candidato, pero si aspira a que ese movimiento represente a las mayorías, debiera abstenerse de decir que los mexicanos “se van con la finta de un deporte tan violento y capitalista”. Por simple estadística, debe haber entusiastas de la NFL entre los militantes de Morena.
Y, en serio, ¿“capitalista”? ¿Hay unos deportes capitalistas y otros socialistas? ¿En qué doctorado se enseña semejante cosa?
Tomemos el ejemplo del futbol, un deporte cuya versión actual se desarrolló en medio de la Revolución Industrial en el Reino Unido. Uno de sus primeros equipos representativos fue el de la Asociación de Ingenieros del ejército británico, cuyo comandante, el coronel Thomas Tupper Carter (1838-1900), participó en la guerra contra los pastunes de Afganistán.
¿Y el beisbol no es capitalista? ¿No se va también “con la finta” quien asiste a un partido de Grandes Ligas en Estados Unidos y logra con sus contactos que lo reciban en vestidores?
Le recomiendo a Ackerman que vea la película Invictus, en la que se relata la relación del presidente sudafricano Nelson Mandela con el rugby, un deporte que los radicales de su movimiento despreciaban por ser del gusto de la minoría afrikaaner. Más inteligente que ellos, Mandela usó el rugby para unir al país.
¿Qué hará López Obrador en esta campaña presidencial y, especialmente, en caso de ganar las elecciones? ¿Escuchará sólo a los radicales como Ackerman o extenderá la mano a quienes no piensan como él para tratar de unir a los mexicanos?

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