Opinion

¿Valemadrismo social?

Carlos Irigoyen/
Analista

2018-02-01

Inquietante la cifra de los indicadores Así Estamos Juárez: el 85 por ciento de la población no participa en ninguna asociación comunitaria. El informe ONU-Habitat sobre prosperidad en Juárez es bajo sobre la participación electoral, un rascuache 29.94 sobre 100. Y ante la verborrea política, la postura de algunos actores políticos, el reciclaje de propuestas y personajes. ¿Por qué le vale a muchos una nada participar de manera decidida en algo que implica un todo?
No cualquier ciudad puede exhibir el músculo social y económico que nuestra ciudad posee, en juego está el manejo de un presupuesto por 4 mil 510 millones de pesos, así como las condiciones de vida para más de un millón 400 mil personas.
En la cátedra de Creatividad para los Negocios del Tec de Monterrey Campus Juárez cuestioné a los jóvenes por qué no hay una sólida participación cívica. Los resultados motivaron esta reflexión, invito a los que llegaran a ser candidatos a la Presidencia Municipal, atiendan los foros en los cuales sean convidados a dialogar con la población; en especial con los jóvenes, hay ideas incendiarias plenas de innovación y atrevimiento.
Los comentarios me hicieron evocar aquellas historietas del maestro Rius, Los Agachados; una versión millenials, remasterizada, anunciada en Twitter, lista para ser una parodia trasmitida por Facebook Live y luego en YouTube. El fondo parece ser el mismo, la forma es la que se adapta; la misma gata nomas que revolcada dirían los abuelos y ahí la tragedia mexicana: amar la forma y olvidar el fondo. Este ejercicio me dio algunas pautas de porqué no hay participación cívica comenzando por una percepción de que falta una mayor planeación en los procesos electorales.
La debilidad institucional reflejada en la incredulidad de los ciudadanos hacia sus instituciones; la confianza hace rato dejó de ser la base del proceso y su ausencia es la guadaña de los resultados.
Hay una percepción de vacío en las campañas de comunicación política. Si a nivel nacional lo mas pegajoso es un jingle y una adivinanza suplicamos a los que suspiren por la Alcaldía comuniquen profesionalmente sus propuestas. Los golpeteos por favor aséstenlos por debajo de la mesa, no nos interesan sus berrinches ni sus chismes.
La forma en cómo se aborda el tema del migrante es vacua; es parte de la idiosincrasia juarense y es poco estudiada para la comunicación política.
También acusaron un sistema educativo muy al estilo de “La mars”; no se ha logrado inculcar en nuestros niños y jóvenes cómo valorar su participación cívica y, por ende, no se percibe el desarrollo colectivo como una forma genuina de crecimiento social. Aquí, las preparatorias y las universidades no pueden escapar a su responsabilidad de inculcar cumplir con los compromisos ciudadanos de forma consciente y libre. Dejo para el final las respuestas más sonoras; vivimos en una sociedad agachona, cobarde y anárquica; bajo una actitud personal que desdeña la participación cívica y que como resultado tiene un desgaste progresivo: un “valemadrismo” social.
El IEE tendrá que esforzarse más para aumentar el fervor electoral como el antídoto del clientelismo electoral; convencer a los ciudadanos a ejercer su derecho al voto en lugar de “recompensarlo” por sus favores políticos; una forma moderna de corrupción con el fondo más añejo, la compra del voto.
Casi está por iniciar la carrera electoral por la Presidencia Municipal: claroscuros y ambigüedades en los candidatos y sus postulaciones. La contienda parece quedará entre periodistas, una maestra, abogados y/o un administrador, más alguien de último momento.
Como ciudadanos nuestra obligación es exigir y leer las propuestas, razonar el voto y a salir con absoluta convicción a pedir un esquema de gobierno funcional y no de apariencias. Retomando a Rius que dice en su libro “El fracaso de la Educación en México”: “el miedo es la negación de la democracia y la democracia hija de la libertad. En consecuencia, miedo y libertad se excluyen”.
Salgamos sin miedos pensando en el presente y futuro de nuestra ciudad porque el pasado ya está en los libros; y sí, el miedo juarense se alimenta de un pasado turbulento que nubla un futuro oscilante; sólo la participación cívica dará los mejores argumentos para construir un prometedor futuro en nuestra ciudad: ciudadano sin ti nada, contigo todo.

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