Opinion

Bajar para crecer

Sergio Sarmiento

2018-01-16

"Reducir los impuestos para empresas y personas promueve siempre el crecimiento."
Lawrence Kudlow 

Ciudad de México.– Walmart decidió aumentar su salario inicial de 9 a 11 dólares la hora a partir de febrero, contra el mínimo federal de 7.25. Los trabajadores que no se beneficien del incremento podrán recibir un bono único de hasta mil dólares.
La decisión no dejará de tener un impacto importante en el mercado de Estados Unidos. Walmart es el patrón con mayor número de empleados en el país. Alrededor de un millón de trabajadores pueden verse directamente beneficiados del aumento, aunque éste le costará a la empresa 300 millones de dólares por arriba de su presupuesto para 2018.
La competencia por personal de calidad en un momento en que el país ha venido creciendo, y en que el desempleo se encuentra en 4.1 por ciento, un nivel considerado de pleno empleo, ha sido un factor importante para esta decisión. Pero hay otro sin el cual la medida no habría sido posible. "La reforma fiscal nos da la oportunidad de ser más competitivos globalmente y de acelerar planes en los Estados Unidos", ha dicho Doug McMillon, director general de Walmart. 
Las cadenas menudistas se cuentan entre los principales beneficiarios de la reforma fiscal impulsada por Donald Trump. "Las empresas de venta al menudeo han pagado tradicionalmente una de las tasas de impuesto corporativo más altas", según Sandy Kennedy, presidente de la Asociación de Líderes de la Industria Menudista. "Un código fiscal más equitativo y competitivo dará a los menudistas la posibilidad de modernizar sus tiendas, invertir en su fuerza de trabajo y continuar transformando la experiencia de compra de los consumidores" (CNBC, 11.1.18).
Muchas otras empresas en Estados Unidos han empezado a anunciar medidas para invertir los recursos que serán liberados por la reforma fiscal. Éste es el caso de AT&T, American Airlines, Bank of America, Comcast y Wells Fargo, que están considerando realizar nuevas inversiones (FT). En contraste, Citigroup anunció un cargo de 22 mil millones de dólares, que borró sus ganancias y dejó una pérdida neta en el cuarto trimestre de 2017 de 18,300 millones de dólares, por medidas de la reforma fiscal.
No sabemos todavía cuál será la reacción de las grandes empresas estadounidenses, como Apple y Google, que mantenían a fines del 2017 en el extranjero 2.6 billones de dólares para evitar el pago del impuesto a la renta federal previo de 35 por ciento. Pero los incentivos para que cuando menos una parte de ese dinero se repatríe y se reinvierta en Estados Unidos son hoy mucho mayores.
La nueva tasa fiscal estadounidense, de 21 por ciento, no es una anomalía. Hace ya mucho tiempo que los gobiernos del mundo se han dado cuenta de que reducir los impuestos corporativos genera inversiones y prosperidad, y puede incluso aumentar los ingresos fiscales. Irlanda fue el primero al bajar su tasa de 40 a 12.5 por ciento. Dinamarca, Suecia y Corea del sur cobran hoy 22 por ciento; el Reino Unido 19 por ciento, Suiza 17.77, Taiwán y Singapur 17 por ciento, Hong Kong 16.5 por ciento (KPMG).
La gran diferencia entre la reforma fiscal mexicana de 2014 y la de Estados Unidos de 2018 es que la nuestra se limitó a subir impuestos a los causantes cautivos. Quizá el aumento de impuestos elevó la recaudación, por lo menos de manera temporal, pero no aceleró el crecimiento económico. Parece increíble que incluso un personaje de la ignorancia de Trump pueda entender esto mejor que los doctores en economía de nuestro país.

Abrir visiones
Más que las personas en sí, la designación de Tatiana Clouthier como coordinadora de campaña y de Alfonso Romo como enlace con la sociedad por López Obrador señala que el candidato se está rodeando de personas fuera de su tradicional círculo íntimo y se está abriendo a nuevas visiones. 

Twitter: @SergioSarmiento
X