Sixto Duarte/
Analista
Esta semana fue de mucha actividad política en la entidad. Hasta el momento de estar escribiendo esta opinión, se preparaba la visita de Andrés Manuel López Obrador a la capital del estado. Por otro lado, Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” visitó Juárez para acompañar a Armando Cabada en su camino hacia la reelección. Sin embargo, el evento que más llamó la atención fue el organizado por Javier Corral frente a Palacio de Gobierno, denominado “por la defensa y dignidad del pueblo de Chihuahua”.
El tema del control que ejerce la Federación sobre los estados en materia presupuestal no es nuevo. En diversos foros he reiterado que el sistema federalista en México está agotado. Los estados tienen pocas fuentes de ingresos, y la mayoría de los mismos son participaciones del Gobierno federal. Desde un punto de vista estrictamente técnico, se le debe conceder razón a Corral en la caducidad del actual régimen presupuestal.
Sin embargo, eso ya lo conocía el senador Corral y el diputado Corral; ahora el gobernador Corral se dice sorprendido. En su paso por el Congreso, en ningún momento propuso modificar el marco normativo que ahora señala. Hoy, haciendo uso de su agudo sentido de la oportunidad y del ‘timing político’ acusa a la Federación de no dar a Chihuahua lo que le corresponde. Tuvo muchos años como legislador para promover las reformas constitucionales que dotaran a Chihua-hua con lo que “le corresponde”. Pero obviamente no tenía en esos momentos una lucha como la de ahora.
Acusa Corral al Gobierno federal de chantajista. La Secretaría de Hacienda lo acusa de extorsionador. Y así el cuadrilátero político. Al evento convocado en la Plaza del Ángel asistieron algunas miles de personas, la mayoría de ellas funcionarios del Estado. Selfies y fotografías de todo tipo fueron publicadas en las redes sociales para dejar constancia de asistencia de muchos. El evento fue criticado por la mayoría y festejado por una minoría. En México tenemos el fenómeno de que aquel periodista que no ataca al presidente, se le considera por la masa como un periodista vendido. Sin embargo, eso no aplica a la inversa cuando opinólogos transnochados aplauden como focas el evento de Corral. La doble vara se vuelve a hacer presente.
“Haiga sido como haiga sido” el evento se llevó a cabo, y se dijo más de lo mismo. Sin embargo en esta ocasión, el gobernador Corral se excedió un poco, pues convocó a una segunda Revolución. Corral en su mente se ve a sí mismo como un Francisco I. Madero, o un Carranza. El hacer ese pronunciamiento suena absurdo, pues no es lo mismo querer cambiar un régimen que estar buscando pleito con la Federación.
El pronunciamiento de varios gobernadores del país le restó importancia al dicho de Corral. Los gobernadores de Michoacán, Nuevo León, Veracruz, Querétaro y Baja California Sur, todos ellos de oposición, negaron recibir un trato diferenciado de la Federación en cuanto a recursos. Dejaron solo a Corral en su lucha.
Por otro lado, Corral también dijo este fin de semana que la violencia en Chihuahua era un distractor. Casi 2,500 muertos desde que tomó protesta le parecen una distracción, como si la oposición los hubiera ultimado o estuviera entorpeciendo las investigaciones. Con un Congreso a modo, y una Judicatura que utiliza como tapete, no tiene pretextos para no entrarle al tema de la seguridad. Es peligroso que sus apologistas respalden esta clase de barbaridades, pues únicamente lo alientan a seguir en su agenda político-electoral. Es grave, que a un año y tres meses de haber tomado protesta, Corral siga con su mismo discurso revanchista. La entidad no aguanta los altos niveles de violencia (que a decir de Corral son responsabilidad de la Federación y de los Municipios, no del Estado) a los que se le ha sometido.
Por otro lado, es importante recordarle al gobernador que el federalismo es una carretera de ida y de vuelta. Varios han citado la frase “Candil de la calle, oscuridad de la casa” haciendo referencia que Corral no es el más ‘federalista’ en su ejercicio de gobierno. Una de sus pocas promesas de campaña era municipalizar los organismos operadores de agua, y tránsito. A la fecha, nada de eso ha ocurrido. ¿No pudiéramos empezar por ahí?