Opinion

La gimnasia y la magnesia, según Corral

Francisco Ortiz Bello/
Analista

2018-01-13

Nadie, en su sano juicio, puede estar en contra de un reclamo justo y hasta urgente, como lo es el de obtener recursos comprometidos con nuestro estado. Tampoco se podría estar en contra de exigir que se aplique la justicia en contra de quienes saquearon las finanzas estatales. Menos aún se puede estar en contra de la exigencia de combatir la corrupción y tráfico de influencias en todos los niveles de gobierno, denunciando, exhibiendo y castigando a quienes hayan realizado tales prácticas desde posiciones de poder ¡Por supuesto que no!
Sin embargo, cuando se meten todos estos temas en un solo costal, como ingredientes de una venenosa ensalada, y éste se lanza contra un adversario político como lo ha hecho el gobernador Corral en contra del gobierno federal y del PRI, no podemos menos que reprobar tal nivel de perversión política por engañar a todo un pueblo, fingiendo que se lucha por una causa cuando en realidad es otra muy distinta la motivación verdadera.
En ese contexto, el de la utilización deliberada de técnicas y tácticas mediáticas para fijar temas convenientes a intereses específicos y muy particulares, es que el gobernador de Chihuahua ha logrado poner contra la pared a un sistema político desgastado y bastante desacreditado, exhibiendo públicamente sus debilidades y puntos vulnerables, pero no para alcanzar el objetivo deseable de la justicia y del enjuiciamiento, sino más bien el bombardeo político-electoral que saque a flote el proyecto electoral de la coalición “Por México al Frente” de la cual su partido, el PAN, ha sido el principal impulsor.
Tenemos que decirlo, Corral es un experto y muy hábil operador de medios de comunicación masiva. Los utiliza muy bien para sus fines e intereses personales. Una rápida revisión a su historia y trayectoria políticas nos deja ver con claridad que así es.
En esa estrategia, Corral lo controvierte todo. Lo revuelve todo. Cuando tiene interés en fijar algún tema mediáticamente, sabe bien qué hilos mover, qué discurso utilizar, qué palabras decir y a quién atacar, así como el escenario adecuado para hacer todo eso.
Experto en el manejo sofista de las medias verdades y las absolutas mentiras, maestro del discurso, utilizando conceptos elevados de moral, honestidad, dignidad, orgullo y hasta patriotismo, Corral envuelve a sus audiencias con su probada retórica para hacerles creer que sus causas y banderas encierran las más sentidas demandas sociales cuando, en realidad, sólo utiliza tales conceptos para lograr apoyos, aunque sea temporales, que sirvan a sus verdaderos propósitos.
De este modo, utilizando estas habilidades y capacidades, el pasado lunes en la capital del país (el mejor escenario a modo para sus propósitos), en una rueda de prensa, Corral lanzó una acusación contra la SHCP. Al menos en ese momento eso parecía. Reclamó 700 millones de pesos no entregados a Chihuahua por concepto de convenios de apoyo financiero firmados en diciembre del 2017, entre su gobierno y la dependencia federal.
Con el paso de los días, y la creciente oleada de señalamientos hacia el Gobierno federal, pudimos darnos cuenta de que había algo más de fondo que el reclamo por los 700 millones de pesos. Corral sabe bien de las precisas limitaciones que imponen las leyes al uso y administración del presupuesto. Él sabía bien, desde que hizo su reclamo, que los 700 millones no podrían ser entregados porque correspondían a un ejercicio pasado, ya terminado, el del 2017 y, por tanto, ya no podrían ser entregados en 2018. No al menos en los términos que usó en su denuncia pública.
Tampoco hizo nada, después de sus señalamientos públicos en la rueda de prensa, por sentarse a la mesa con los funcionarios de la SHCP para solventar las diferencias o problemas que impidieron la entrega de ese dinero, y así recuperarlo para este año. No, no lo hizo.
En cambio, lo que sí hizo y con bastante contundencia, fue endurecer el discurso encendido y acusador en contra del Gobierno federal, así como de sus redes de corrupción que operan entre esa instancia y el partido del cual emanan los actuales funcionarios federales, el Revolucionario Institucional. En segundo o tercer término quedó la exigencia de los 700 millones de pesos.
Esos señalamientos de corrupción y desvío de recursos públicos a campañas priístas, justo en medio de un proceso electoral federal, hechos por el gobernador de un estado como Chihuahua, se convirtieron en la bomba mediática que ha puesto contra la pared al PRI, a su precandidato Meade y al mismo Gobierno federal. Por cierto, quienes reaccionaron muy mal a la crisis.
¿Qué si son ciertos los señalamientos de Corral? Muy probablemente sí. Al menos eso se desprende de la investigación que lleva la FGE en Chihuahua en contra de Alejandro Gutiérrez, alto funcionario partidista del PRI, enjuiciado y encarcelado por el desvío de recursos chihuahuenses hacia campañas priístas en 2016.
Y lo más probable también, es que haya muchos más nombres involucrados de personajes importantes en el priismo nacional, se habla incluso del propio expresidente de ese partido Manlio Fabio Beltrones, quien incluso ya se amparó para evitar una eventual detención. Todo eso es bastante probable, y hay quienes hasta aseguran que completamente cierto, quizá sí.
Pero con probabilidades y casi certezas de la percepción social no se puede encarcelar a nadie. Había que esperar a la conclusión de los respectivos procesos penales y a la conclusión de todas las investigaciones, para lanzarse con esos ataques.
Pero eso no le servía a Corral. La conclusión de todos los procesos penales, así como de las investigaciones en curso llevará su tiempo, y eso no le servía al gobernador. Él necesitaba un tema, una causa, una justificación para salir a señalar a los corruptos priistas justo en estos momentos. Justo en los tiempos electorales en los que sus señalamientos y acusaciones, probadas o no, hacen blanco directo en el corazón del proyecto tricolor para retener la Presidencia de la República.
Ese interés y afán político-electoral de Corral quedó tan de manifiesto, que algunos de sus mismos aliados como Jaqueline Peschard tuvieron que hacer un claro deslinde: “Apoyamos a Corral en su demanda por los recursos para el estado, pero no participaremos en temas de orden político”, diría la prestigiada activista.
Diversos medios y periodistas nacionales como La Jornada, Álvaro Delgado, Proceso, La Razón, El Heraldo y La Crónica han advertido las verdaderas intenciones del gobernador Corral, pero al señalarlas reciben -como ya es costumbre del panista- la descalificación y la denostación en lo profesional, como si con ello se pudiera evitar la realidad aplastante. El gobernador Corral ha demostrado ser altamente intolerante a la crítica, al señalamiento periodístico y su reacción siempre es la misma. Quienes lo critican son malos periodistas, que defienden al régimen corrupto en el poder.
Hoy domingo, en la capital del estado, se realiza una concentración-mitín a la que el propio gobernador ha denominado “Junta Informativa al Pueblo de Chihuahua”, utilizando como eslogan o hashtag la frase Unidos con Valor, y en la que los asistentes a dicho evento están convencidos que su lucha y exigencia es por recuperar los recursos cancelados, un acto de justicia para Chihuahua verdadero, al menos eso es lo que les ha hecho creer Corral. Ignoran el verdadero alcance de ese acto político y electoral en plenas campañas políticas por la presidencia de la República, y el efecto que éste tendrá.
Nada mejor para concluir este análisis que una reflexión. El pasado 2 de enero, en su cuenta de Twitter, el periodista Jorge Berry escribió: “Cada vez provoca más rechazo el ejercicio periodístico crítico. Nadie acepta que la crítica a unos NO implica el apoyo a los otros”
Al criticar los actos y tácticas de Corral no se defiende, en modo alguno, al sistema político corrupto y corruptor que por décadas hemos tenido. Que las leyes y procesos judiciales pongan a cada uno en su lugar y se encarcele a quien se tenga que encarcelar. Pero ¿Acaso no es también una forma de corrupción política, engañar a la sociedad con causas aparentes que en realidad esconden fines, agendas o intereses muy personales? Pareciera que para el gobernador Corral son lo mismo la magnesia que la gimnasia.

X