Opinion

La seducción de una promesa

Carlos Irigoyen/
Analista

2018-01-11

Y se están dando movimientos estratégicos en las alcurnias políticas, como siempre; algunos estarán “en caballo de hacienda” y otros ni a un jumento se podrán subir.
El miércoles los enroques en el gobierno fueron de llamar la atención, Sedesol, Gobernación y la Secretaria del Trabajo tuvieron movimientos muy importantes. Aquí a nivel local, en el municipio ya están listos los funcionarios para separarse de sus cargos e ir por una candidatura.
Se vienen tiempos de extrema sensibilidad social y política, enrarecido por el clima de violencia, desgarro económico, confrontación política y calentamiento social.
México lo volvemos a reafirmar, es un galimatías multidisciplinario; quien diga que tiene la verdad absoluta de cómo resolverlo habrá de ser a quien menos debamos de creerle, vendrán una bola de promesas por parte de hábiles merolicos políticos.
Estamos en enero y ya sentimos parte del intenso calor del verano electoral, entre reclamos, traiciones, dimes y diretes se viene cocinando la más turbulenta elección del México moderno, ¿Será este escenario la enseñanza que le queremos dejar a nuestros hijos sobre cómo construir un sistema democrático?
Hay una ausencia de liderazgos muy marcada en nuestro entorno, ahí esta una gran oportunidad para convencer a este electorado que tendremos la enorme responsabilidad de seleccionar al mejor candidato para dirigir en conjunto con otras personalidades los destinos de la nación, las decisiones legislativas y el desarrollo de nuestra ciudad por lo siguientes años.
En esta fiebre de “independititis”, se juega la reputación de la figura del candidato independiente en la percepción del votante; pocos independientes han resultado brillantes, otros han sido grisáceos y algunos más, de plano con una negra trayectoria en cuanto a resultados se refieren. No hablemos en términos subjetivos, aquel que quiera salir como independiente deberá de sustentarse en sus logros personales o bien de desarrollo profesional en su área de experiencia, bajo ningún esquema debemos de aceptar y apoyar candidaturas de personas que no hayan dado resultados comprobables o que hayan aportado algo extra para mejorar la calidad de vida de sus gobernados, no más remolones ni zánganos, hago un enérgico llamado a la ciudadanía a escoger la opción de su preferencia con la convicción de estar contestando: ¿Quién debe de gobernar?
De los partidos políticos poco y nada se podrá decir, sus alianzas para sobrevivir en el caso de algunos de ellos son patéticas, no aportan ni personajes ni propuestas y si hacen demasiada grilla y sobre todo: chupan recursos tan necesarios para el desarrollo de nuestra nación o ciudad. Las propuestas han sido poco o nada ilustrativas, quizá porque su ausencia aun no es tan notoria; no es igual a decir yo pienso, creo u opino a decir vamos a hacer con los siguientes recursos; prometer no empobrece, cumplir es lo que fastidia.
Pero, en un corto tiempo comenzaran las carreras de verdad para convencer al electorado de propuestas elaboradas y platicadas al nivel de la población que quieran alcanzar; aquí entrara en juego la mercadotecnia política para quitarse sablazos y angustias; o bien, para convencer de las diversas opciones que habrá y que todo apunta que a nivel nacional habrá 5 o 6. En el ámbito municipal aun no funciona la bola de cristal, solo asoman la cabeza 4 candidatos de forma visible. Ojalá que para entonces ya se hayan afinado los aparatos de mercadotecnia porque hasta hoy han exhibido lo mas pueril de las herramientas mercadológicas; ataques sistemáticos a la personalidad del contrincante; sacando a relucir un dudoso pasado, un presente de recelo y un futuro que no debe de existir para el “enemigo”; no aprendemos aquella lección del Principito que reza “caminando en línea recta no puede llegar uno muy lejos’”, una retórica al principio de la lógica que dice que la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta. El ser emotivo contra el ser racional.
Ojalá que el consciente político alcance al inconsciente colectivo para que el consciente colectivo ajusticie al inconsciente político, juegos de palabras cual campaña política al estilo mexicano; es el tiempo de las definiciones. Cuanta razón tenia Antoine de Saint-Exupéry con El Principito que manifestaba: “Se debe de pedir a cada cual, lo que esta a su alcance realizar”; sin demora y sin escatimar en el esfuerzo. Los tiempos políticos son una abierta y seductora invitación a la participación cívica, ¿Nos comprometemos?

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