Opinion

Muestra 'la traidora' poderío hacia Los Pinos

LA COLUMNA
de El Diario

2018-01-06

Una levantadita a la piel del escenario nacional con el que arranca el 2018 hacia el primer domingo de julio resalta la impensable figura de la independiente Margarita Zavala Gómez del Campo como protagonista notable si no es que vital en la disputa por la Presidencia de la República.
Bastante familiar el nombre para la clase política juarense y nacional, Manuel Espino Barrientos, vaticinó desde mayo del año pasado que si Margarita no era la candidata presidencial del blanquiazul, Acción Nacional se desmoronaría.
Espino fue presidente del PAN en el país. Sus variaciones en lenguaje y posicionamientos son tantas que no ve la suya desde que llamó chaparrito, pelón de lentes a Felipe Calderón, justo cuando este se aprestaba a convertirse en candidato presidencial. Es diputado federal independiente pero obtuvo el escaño bajo las siglas del rítmico movimiento naranja.
Hoy Espino no habla del desmoronamiento del PAN porque ha confesado mantener pláticas con Morena y con el virtual abanderado panista, Ricardo Anaya, no con los independientes “porque es muy difícil que puedan reunir las firmas necesarias hacia la obtención de la candidatura...”. En mayo su razonamiento era tan genuino como objetivo.
Los nuevos número recién sacados del horno del Instituto Nacional Electoral (INE) dicen que Margarita lleva casi 867 mil firmas de las 866 mil 593 requeridas para ser aceptada como candidata independiente. Es más del 100 por ciento aunque no todas validadas aún. La representación alcanza a cinco estados de los 17 que debe tener. Indican los análisis  que fácilmente alcanzará la meta en el mes que hay de plazo para conseguirlo.
Jaime Rodríguez, “El Bronco”, anda ya en el millón 400 mil y Armando Ríos Piter en 660 mil firmas. El resto de los independientes intenta arañar apenas el 40 por ciento. Se perfilan en esta categoría, por lo tanto, únicamente los tres primeros, Margarita, Rodríguez y Ríos Piter, por cierto estos últimos muy cercanos a los independientes administradores de la Alcaldía juarense.

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Con 33 años de militancia en Acción Nacional, irreprochable primera dama durante el período 2006-2012 de su marido Felipe Calderón como presidente de la República, Margarita renunció a su partido en octubre del año pasado al no conseguir en varios intentos ningún compromiso democrático de Ricardo Anaya en el método para elegir candidato(a) a la Presidencia. No jugó con la indecisión, se colocó no atrás de su exjefe partidario, sino al frente.
Fue claro que el queretano buscaba esa nominación para él desde que venció ruidosamente al hoy gobernador chihuahuense, Javier Corral, en aquella inolvidable pelea interna por la presidencia partidaria, donde la “rebelión de las bases” del norteño mordió el polvo en proporción de 80-20 frente a la “cargada corrupta” de Anaya. “Corrupta”, así definió aquella operación Corral, aunque luego aceptara el “dedazo” anayista para obtener la candidatura a gobernador. Siempre contradictorio el mandatario estatal.
Tras la defección de Zavala fueron encendidos todos los motores de la operación Anaya-Corral para consolidar la coalición con los partidos de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano hasta cristalizar “por México al Frente” que ha colocado a Ricardo como inminente abanderado presidencial. El objetivo de siempre.
En el inter fue sacudido también el perredista jefe de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, tras acuerdos bastante lucrativos para el PRD y MC aunque de corte muy duartista para Acción Nacional con tal de obtener la candidatura presidencial. Hubo más cesión de espacios que la fuerza real del perredismo y los naranjas. También quedaron asfixiadas las nada sutiles intenciones de Corral por hacer a un lado a Anaya y agenciarse la candidatura. No hay vuelta de hoja, la nominación será para el actor principal del spot de La Bamba.

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Igual de osado que torpe, innecesariamente ofensivo hacia una mujer con la que compartió décadas de respetuosa militancia y activismo político, uno de los nuevos fervientes anayistas, el senador y exgobernador de Baja California, Ernesto Ruffo Appel, dijo al conocer la renuncia de Margarita que sintió “como un alivio... Haga de cuenta como cuando uno tiene un absceso y sale la pus. Así de claro. En el PAN no hay política de exterminio, a los traidores se les trata así”.
En efecto, la exprimera dama fue tratada sin ningún miramiento por la facción de Ricardo Anaya. Los desafectos, desacuerdos y disputas que tuvieron con el expresidente Felipe Calderón y con los propios senadores calderonistas que les ganaron la presidencia de la mesa directiva en la Cámara Alta fueron endilgados por completo a Zavala.
La campaña mediática en su contra tanto en redes sociales como en medios convencionales ha sido bárbara, brutal. No hay mote que haya faltado en la retahíla lanzada. Ninguno que valga la pena mencionar por su marcado déficit de ingenio.
Hoy tenemos que Zavala está consiguiendo la ‘inconcebible’ cifra de las 900 mil firmas para convertirse en candidata presidencial independiente. Es indudable que obtendrá los números necesarios también en los 17 estados para ser aceptada en la contienda por la Presidencia de la República, igual que ocurrirá con “El Bronco” neolonés Rodríguez y altamente posible Ríos Piter.
Esa realidad ha obligado a los encuestadores a colocarla como candidata en sus sondeos; el último de estos ejercicios llevado a cabo por Mitofsky para el rotativo El Economista.
Sin arrancar todavía la campaña, sin “La Bamba” ni el niño cumbiero en los spots, para esa encuesta realizada en diciembre, Margarita  alcanzó un “pronóstico” de voto del 5.4 por ciento, frente a 20 de Ricardo Anaya; 19.4 del tricolor José Antonio Meade, aliado con el Verde; el 23 por ciento de Andrés Manuel López Obrador, aliado con el PT, y el 3.8 de “El Bronco”. Esos números por supuesto ya variaron entre finales de diciembre y principios de enero.
Falta la inclusión de Nueva Alianza con el PRI y de Encuentro Social con el PT.  Las cifras para el levantamiento de firmas se movieron considerablemente en menos de 10 días así que al final de enero puede haber más sorpresas.
Ese casi cinco y medio por ciento para Margarita bordea los cinco millones de votos respecto de la lista nominal nacional, con aproximadamente 89 millones de ciudadanos(as) registrados.
Es indiscutible con esas números negar el boquete que producirá la “traidora” al blanquiazul, particularmente cuando los resultados de las últimas dos elecciones presidenciales han sido bastante ajustados entre el primero y el segundo lugar. Si la campaña constitucional no acerca a la victoria a Margarita, por lo menos la mitad de sus seguidores pueden ladear la balanza hacia cualquiera de los punteros. Su expartido el PAN, el mayormente afectado.
En la jornada electoral por la Presidencia de la República del 2006, Felipe Calderón derrotó por menos de un voto porcentual al tabasqueño, Andrés Manuel López Obrador. El priista Roberto Madrazo se quedó más de 10 puntos abajo de ambos. 22 contra 35 por ciento.
Seis años más tarde el actual presidente, Enrique Peña Nieto, obtuvo el 38 por ciento de los votos contra casi el 32 de López Obrador y apenas el 25 por ciento de la panista, Josefina Vázquez Mota.
Anaya se afanó escrupulosamente en obtener la coalición del PAN con PRD y MC. Echó encima de Zavala a todos sus operadores pero ha dejado de lado a sus principales enemigos que avanzan con rapidez por todo el país; no son el PRI ni Morena, es la fragmentación, la discordia y las deserciones en las propias filas panistas y perredistas.
El avance de Margarita tiene una razón, y en parte es esa. Marcha sin estridencias, sin alboroto ni majaderías. Se nota todavía poco pero en Chihuahua, Juárez y otros puntos del estado, opera importantes cuarteles de activistas. Funcionarios de primer nivel estatales y municipales entre sus activos.

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