Opinion

Los retos que llegan con el 2018

Isaías Gómez Orozco/
Analista

2018-01-03

Sin temor a equivocarnos, puede asegurarse que la inmensa mayoría de los mexicanos, desea que a partir de éste año 2018 las cosas cambien favorablemente para todos los seres pensantes y actuantes que habitamos los tan ricos y malhadados Estados Unidos Mexicanos (EUM).
No es posible, es inconcebible seguir viviendo así, en las condiciones de hartazgo, en un país –afortunadamente– aún rico en ecosistemas, en sus diversas  culturas y bellezas naturales, con su gran fuerza de trabajo humano.
Es imperativo empezar a construir  los EUM, verdaderamente libre, democrático, justo y equitativo; donde nos veamos y convivamos como verdaderos hijos y hermanos de la Patria y Estado Nación mexicano. Convencidos y firmemente cohesionados, sin ventaja alguna, incluyendo las etnias originarias o indígenas, como las mestizas y demás grupos exóticos que hayan adoptado a México como su tierra.
En tal sentido, todos los mexicanos: hombres, mujeres, jóvenes, adultos, de las diversas ideologías y pensamiento político-partidista, filosóficas, religiosas... y de las variadas condiciones económicas y educativo-culturales; debemos, preeminentemente,  pronunciarnos y exigir formalmente y en los hechos, que el proceso electoral nacional en curso, que abrirá sus urnas de votación el próximo domingo primero de julio del año que acaba de nacer, sea respetado por todas la instituciones  del Estado Mexicano, fundamentalmente por el Poder Ejecutivo federal, el Ejército Mexicano y demás Fuerzas Armadas del país, como garantes de la paz, tranquilidad, independencia y soberanía de la Patria y Nación mexicana; para que tal justa electoral, por primera vez, después de 1917, se realice dentro de los cánones constitucionales y en una muestra auténtica de democracia política-cívica-electoral.
Obviamente, tal pronunciamiento y exigencia debe extenderse a la partidocracia, la cual, por sus prácticas marrulleras permanentes y electoreras, de guerra sucia, de calumnias, difamaciones e insultos mutuos, cayó en la incredulidad, desencanto y hartazgo entre la ciudadanía y la población toda. Pero ante todo, si queremos que los resultados computacionales de los comicios del domingo 1° de julio sean limpios de todo a todo, debe rechazarse toda “sugerencia” de falta de  respeto a la libertad del voto, para la compra del mismo, o las amenazas de perder el trabajo por no haber votado por el partido de Estado u oficial, o del partido o gobernante en turno, sea del PRI, PAN, PRD...
¿Por qué tanto énfasis en el proceso electoral en marcha? Porque de llegarse a respetar el voto de la mayoría de quienes acudan a cruzarlo en sus respectivas casillas, sin lugar a dudas, el mismo no será para el partido tricolor que después de “gobernar” a México, por más de ocho décadas, terminó por decepcionar a la mayoría de los mexicanos, sobre todo a los trabajadores de la ciudad y del campo. Luego, el partido albiazul de derecha (¿demócratacristiano?), con dos sexenios en Los Pinos y de vez en cuando en Palacio Nacional, bastaron para demostrar que iban a ser y fueron peor, que el partido que día tras día, criticaban en todo, por su “mal gobierno”.
Es de esperar, entonces, que el candidato y/o partido por quien opte la ciudadanía, inicie el verdadero cambio que hace sexenios desean tirios y troyanos, el cual debe apreciarse por lo siguientes hechos.
Que para poder avanzar en una democracia que no se estanque en lo electoral y electorero nada más, sino que ante todo y sobre todo, impulse realmente y evidentemente el desarrollo económico, social, educativo-cultural y recreativo de todas las familias que puebla los EUM, se combata radicalmente la corrupción  y la impunidad, el descarado robo al erario municipal, estatal y federal. Y que se persiga la ancestral evasión fiscal, trátese de la empresa o negocio de quien se trate.
Muy importante el reto que tendrán quienes a partir del domingo primero de julio resulten electos para la gran responsabilidad de dirigir al país: asegurar y promover el empleo de toda la Población Económicamente Activa (PEA) de los EUM; ya que eso garantizará, la lucha contra la inseguridad y la criminalidad en que lamentablemente está sumido todo México.
Por lo demás, no son deseos por el  inicio de un  Nuevo Año, sino del hito de un México Nuevo, que deberán gozar en el presente y en el futuro, nuestra descendencia.

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