Opinion

Los retos electorales de 2018

Sixto Duarte/
Analista

2018-01-01

Se ha comentado en diversos foros que los comicios de 2018 serán los más sucios de la historia reciente de nuestro país. Si bien la guerra electoral lleva meses que comenzó, no creo que vayamos a ser testigos del proceso más cuestionado en nuestros años recientes. Durante el proceso electoral de 2006, los videoescándalos de Bejarano y Ponce se dieron a conocer más de dos años antes de la elección. La diferencia en votos de aquella jornada electiva fue menor al 1 por ciento. En el proceso electoral vigente, no ha habido escándalos políticos de aquella dimensión. Si mucho algunos señalamientos recíprocos entre precandidatos. Es decir, la sangre no ha llegado aún al río.
El hecho de que no haya habido escándalos todavía, puede representar dos cosas: o que hemos llegado a un grado de madurez política en México, o que debemos estar atentos porque no tardan en estallar escándalos en los siguientes meses.
Una realidad tangible es que llegamos a una elección donde el elector ha demostrado estar harto de las fórmulas políticas tradicionales. La gente ha expresado en diversas formas su aversión y repudio a la clase política, no únicamente en México, sino prácticamente en todo el mundo. Esto se ve reflejado en diversas formas, que pueden ser que el elector vote por el candidato que represente todo lo contrario al ‘establishment’ (dando entrada al populismo), o simplemente no votar (dando entrada al abstencionismo). Tanto el populismo como el abstencionismo son riesgos para la democracia. En el caso del abstencionismo, es aquí donde entra el primer reto que enfrentará la autoridad electoral, consistente en invitar al ciudadano a emitir su sufragio la primera semana de julio. Igualmente, la autoridad electoral deberá  buscar el apego irrestricto a la ley por parte de partidos y candidatos, garantizando de esta forma la equidad del proceso. La autoridad electoral cuenta con un presupuesto millonario para cumplir su función. Igualmente, la autoridad electoral deberá vigilar el gasto de cada uno de los partidos, para evitar la entrada de dinero de origen dudoso.
Los partidos políticos enfrentan un reto mayor al de la autoridad electoral; el reto es convencer al ciudadano de que son opciones viables de gobierno. Como mencionamos líneas arriba, el descrédito que enfrentan los partidos políticos en el mundo es algo nunca antes visto. De ahí que deban buscar fórmulas efectivas para lograr convencer al electorado de la viabilidad de sus proyectos políticos. Igualmente, los partidos políticos deben apartarse de vicios arraigados al momento de postular candidatos. De nada le servirá a los partidos políticos cumplir con compromisos internos con grupos si los candidatos que finalmente se postulen son poco competitivos en el proceso constitucional.
En el caso del gobierno, el mismo deberá garantizar la equidad en la contienda. Cuando los gobiernos intervienen en una elección se rompe con el principio de equidad que debe prevalecer en todo proceso electoral. Igualmente, los gobiernos deberán abstenerse de disfrazar sus actuaciones como acciones legítimas de gobierno, cuando claramente tienen un objetivo electoral (Operación Justicia para Chihuahua, Michoacanazo, etc.).
El ciudadano debe asumir el reto de participar en las decisiones del Estado. La participación democrática no se agota en el momento de emitir un sufragio (que por cierto, solamente el 40 por ciento de la gente lo hace). La participación democrática va más allá de la introducción de una boleta en una urna. Las sociedades más desarrolladas del mundo son aquellas donde la mayoría de sus ciudadanos toman parte de la ‘res pública’. Existe en nuestro país una falsa concepción de que la clase política es quien resuelve todos los problemas sociales, cuando en realidad se requiere de la participación de todos.
Puede sonar esta opinión como un catálogo de buenos deseos. Estoy seguro que al paso de un año, aún tendremos enormes vicios en nuestro sistema político. Sin embargo, espero que para entonces hayamos avanzado aunque sea en uno de los factores que aquí se han mencionado. Si el sistema no está funcionando, es momento de evaluar en qué estamos fallando y corregirlo. Finalmente las decisiones políticas que se toman, nos afectan a todos día con día. Hago votos porque en 2018 avancemos en el rubro democrático. ¡Feliz Año Nuevo!

sixto.duarte@gmail.com

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