Opinion

El camino hacia la paz

Juan Carlos Loera de la Rosa/
Empresario

2017-12-10

Hace unos días el líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador, volvió a marcar la agenda política del país, le puso "el cascabel al gato" cuando mencionó la palabra amnistía como una de las probables estrategias para terminar con la despiadada violencia que inunda al país de sur a norte y de este a oeste.
El artículo 73 en su fracción XXIII establece como una de las facultades del Congreso de la Unión “conceder amnistías por delitos cuyo conocimiento pertenezca a los tribunales de la Federación”.  Pero, ¿qué es la amnistía?, y ¿para qué sirve?  En términos llanos, la amnistía es una ley que elimina la responsabilidad penal de un delito, borrando este último.  Las amnistías van dirigidas a categorías de personas y tienen como propósito fundamental, la extinción de específicos comportamientos delictivos.
Pero, ¿y qué dijo AMLO? Diga lo que diga AMLO, genera mucha discusión y sus detractores están siempre pendientes para ver cómo se cuelgan o "piratean" las propuestas populares del tabasqueño, pero también permanecen al acecho para atacar las iniciativas controvertidas asumiendo posturas conservadoras y pusilánimes. El fondo de la propuesta de Andrés Manuel es la urgente necesidad de serenar al país y alcanzar la paz y si para ello es necesario consultar al pueblo se hará tomando en cuenta la opinión de las víctimas, ya que la amnistía es una posibilidad para poder lograr la tan anhelada paz.
Lo que resulta muy evidente es que la estrategia de seguridad de los últimos dos presidentes del país ha sido un rotundo y funesto fracaso, esto como consecuencia de la presumible guerra contra el narcotráfico que cumple ya once años y cuyo saldo arroja la pérdida de doscientas mil personas fallecidas, algunas agrupaciones civiles aseguran que hay más de 50 mil desparecidos, y más de un millón de víctimas. La racha violenta parece no tener fin.
La estrategia de AMLO sobre el tema, ha sido muy clara: no se puede apagar el fuego con más fuego, la solución al problema tiene que ser de raíz. La sociedad demanda oportunidades de estudio y de trabajo para los jóvenes, rescatar al campo, acabar con la corrupción, generar crecimiento económico para que haya empleos bien remunerados y un ambiente de equidad para todos. Para garantizar la paz, el problema de la inseguridad habrá que enfrentarlo de una manera distinta, no se puede depender solamente de políticas coercitivas y punitivas, las medidas policiacas reforzadas ahora con la presencia militar avalada en la nueva ley de seguridad interior no solucionarán el problema, sino que eventualmente lo recrudecerán.
Realmente quienes han actuado impunemente desde hace mucho tiempo son los responsables del abandono del pueblo, el país se ha empobrecido y se le ha condenado a la violencia.  Pero a diferencia de una amnistía donde los que han delinquido deponen las armas y corrigen el rumbo, los delincuentes de cuello blanco en el país siguen cometiendo sus fechorías al amparo del poder político y cobijados bajo la sombra de la impunidad.
Para las mentes conservadoras y electoreras, la estrategia del "ojo por ojo y diente por diente" es lo que les vende, ya lo hizo Javier Corral en su campaña y post campaña (que aún no termina), su mensaje fue convertir en eje central de su gobierno el encarcelamiento de César Duarte. ¿Y qué ha pasado? A sabiendas de que el supuesto castigo contra Duarte no resolvería el cúmulo de problemas del estado, Corral ha mantenido su estrategia punitiva que no nos ha conducido a ninguna parte; Duarte sigue libre, el estado muestra preocupantes señales de quebranto económico y buena parte del territorio chihuahuense está inmerso en la ingobernabilidad.
López Obrador en abierta y clara oposición y a riesgo de ser políticamente linchado con la franqueza que lo caracteriza se sostiene y responde a sus adversarios que el país se va a serenar, que se analizarán todas las posibilidades para que se logre lo principal: la paz y la tranquilidad que merecemos tener todos los mexicanos.
Es muy doloroso escuchar a los padres de familia que han perdido violentamente a un hijo, desgraciadamente conozco a varios, y a muy pocos les he escuchado clamar por castigo para los culpables, su principal súplica es que no les maten más hijos, ruegan porque termine la violencia.
Por eso, la opinión de las víctimas y la reparación del daño causado tienen que ser fundamentales en el proceso de pacificación del país que necesariamente se va a dar; como dijo AMLO: “aunque no les guste a los delincuentes comunes y de cuello blanco, se tomarán decisiones que beneficien al pueblo de México”.
"La ausencia de proyectos es la madre de la delincuencia" Charles Henry Parkhurst, clérigo y reformador social.
juan@alumi-tec.com

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