Opinion

Idénticos

Luis Javier Valero Flores/
Analista

2017-12-09

Es de no entenderse.
¿Qué lleva a un grupo de experimentados políticos, contundentes ganadores de las elecciones del año anterior, conscientes de que su triunfo obedeció, más que a sus aciertos, al enorme desprestigio del gobierno de César Duarte, a efectuar idénticas conductas y posturas que las de sus antecesores?
Más aún ¿Cómo nos explican que ya en el gobierno rompan con lo que enarbolaron tradicionalmente, es decir, la honradez, la probidad, las buenas formas y las mejores conductas, además de ser los heraldos de las buenas costumbres y la moral republicana?
Ejemplo de tales pretensiones es, por ejemplo, la decisión del gobernador Javier Corral, de sustituir el tradicional retrato del gobernante, colgado en todas las oficinas de gobierno de los sexenios precedentes, por el del “Código de ética” de su gobierno.
El rechazo de la mayor parte de los electores al gobierno de Duarte fue generado por la extendida percepción de la enorme corrupción existente en esa administración y que en una de sus vertientes -razón por la cual varios de los más altos dirigentes del PRI  en ese sexenio enfrentan procesos judiciales- fue la de emplear los recursos públicos en beneficio de su partido, hechos repudiados por la sociedad.
Entonces, si esa fue una realidad, hasta electoral, pues los ahora gobernantes la esgrimieron fuertemente en el curso de la campaña electoral e, incluso, previamente ¿Entonces cómo explicarnos que ahora, quienes tanto criticaron esas conductas, ahora las repliquen desde el gobierno de la misma manera que sus antecesores?
“El encargado de operar entre los funcionarios de primer nivel del Gobierno de Chihuahua, a través de la Coordinación Ejecutiva de Gabinete, Gustavo Madero Muñoz, acumuló de octubre de 2016 a septiembre de este año al menos 15 viajes pagados con recursos públicos en los que atendió asuntos del Partido Acción Nacional”, señala en un puntual reporte periodístico El Diario de Juárez (Nota de Itzel Ramírez, El Diario de Juárez, 8/XII/17).
¿Qué lleva a un hombre como Gustavo Madero, el expresidente nacional del PAN, ex candidato a la alcaldía chihuahuense, ex presidente de las comisiones de Hacienda de la Cámara de Diputados y de Senadores, además de presidente de esta última cámara en un período; pudiente, además, como muy pocos chihuahuenses, a emplear subterfugios, chicanadas y mil y una maniobras para que el financiamiento de sus actividades partidarias vaya por cuenta del erario estatal, del mismo modo que antes lo realizó César Duarte?
Llegaron, los del gobierno del nuevo amanecer, a cambiar la podredumbre existente en el gobierno de Chihuahua; serían distintos, le prometieron a los chihuahuenses, pero lo acontecido en apenas año y dos meses es tremendamente decepcionante.
Y si quien fuera líder nacional de ese partido, hombre rico además, es uno de los más consistentemente señalados de cometer actos irregulares para ahorrarse unos pesos, la desilusión y la indignación son mayores pues no se trata de cualquier militante, o de un cuadro dirigente de medio pelo -como es el caso de, por ejemplo, el juez Guillermo Gómez, el agresivo ex candidato de Morena a la alcaldía de Juárez, agresor de su propia hermana, en público y en oficinas públicas-; no, estamos hablando de quien ocupó el cargo más honroso al que puede aspirar cualquier militante de un partido, el de dirigente nacional, más obligado, por tanto, a guardar una conducta respetuosa del marco legal.
Pues bien, de acuerdo a la exhaustiva investigación realizada por la reportera Itzel Ramírez -en la que combinó preguntas a los sitios de transparencia del gobierno estatal, revisión de los sitios de las redes sociales de Madero y de varios dirigentes panistas, así como la hemeroteca- resultó que Madero ha utilizado algunas de las prebendas de su cargo -Coordinador del Gabinete de Javier Corral- para resolver las tareas derivadas de su cargo partidario -Coordinador de la elaboración de la Plataforma Electoral del PAN para las elecciones del 2018- a través de adecuar sus compromisos partidarios con los derivados de su función pública, especialmente en el gasto del traslado a la ciudad de México, que lo ha hecho con cargo al erario estatal.
Según la investigación, “Madero realizó hasta septiembre de 2017 un total de 32 viajes, 26 de ellos a la Ciudad de México, todos con cargo al erario”, la mayoría de los cuales le sirvieron para “combinar” los asuntos de su dependencia con la de su partido, entre los que se cuentan reuniones de los órganos de dirección nacional del PAN, así como de su encomienda partidaria y eventos en los que recibió reconocimientos partidarios.
El recuento es extremadamente puntual:
“El miércoles 30 de noviembre de 2016 a las 13:00 horas, Madero acudió a la sesión de la Comisión Permanente del PAN en la CDMX. El viernes 2 de diciembre también de 2016, el PAN informó de la participación de Madero en otra sesión de la Permanente”.
Otro miércoles, ahora del 18 de enero de 2017, recibió “de manos del dirigente Ricardo Anaya un reconocimiento. A ese acto acudió también el gobernador Javier Corral”. (Ibídem).
El 29 de abril (sábado) fue nombrado presidente de la Comisión de Plataforma Electoral PAN 2018, pero usó el pretexto de la realización del  Foro de los países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible, efectuado dos días antes, para aprovechar el “ráid” del presupuesto estatal.
No hay información de los resultados de tal reunión.
“El jueves 22 de junio un nuevo viaje oficial llevó al coordinador a la capital del país, ahora con de ‘fortalecer a la industria vitivinícola en el estado al invertir proyectos para su desarrollo”, y aprovechó el viaje para participar en la reunión de “la Comisión Permanente del PAN, según informó el partido, (para que) Madero revisara los tiempos legales del proceso electoral y fijara los pasos para construir el frente (FC)”. (Idem).
Lo mismo ocurrió el 11 de julio. Ese día se instaló la Comisión de Plataforma Electoral 2018 en Acción Nacional, pero el día anterior, coincidentemente, había estado “con funcionarios de Nacional Financiera y de Banobras”, con gastos a cargo del gobierno de Chihuahua.
“Reconozco el compromiso de @GustavoMadero al frente de la Comisión de Plataforma Electoral 2018””, escribió Ricardo Anaya en Twitter el 11 de julio a las 18:53 horas. (Ibídem).
El lunes 31 de julio viajó a la Cd. de México, según esto para reunirse con Agustín Carstens, gobernador del Banco de México. De esa reunión no hay reporte, pero, a cambio, el 1 de agosto, sí se supo, participó en la reunión “Diálogo Galileos”.
Lo mismo ocurrió 15 días después, viajó nuevamente a la Cd. de México con cargo al erario estatal a atender asuntos relacionados con el Fideicomiso de Puentes Fronterizos, pero ese día -el 16 de agosto (miércoles)- participó en un foro organizado por la Fundación para la Democracia, en la mesa de ¡Legalidad y derechos humanos! (sic).
A la semana siguiente, ocurrió lo mismo, “otra reunión del Fideicomiso le llevó a la CDMX, ahora a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes… y Madero acudió el 22 al CEN del PAN para acompañar a Anaya y otros correligionarios a dar un posicionamiento político”. (Ibídem).
Luego, el 7 de septiembre viajó nuevamente para atender una reunión con el Secretario de Hacienda, José Antonio Meade. Pero “antes del mediodía apareció también en el Senado de la República, ahora para una conferencia de prensa en la que acompañó a políticos como Alejandra Barrales, Martha Tagle, Emilio Álvarez Icaza y Agustín Basave para manifestar su rechazo al pase automático del entonces procurador Raúl Cervantes a la Fiscalía General”.
El 20 de octubre aparecería nuevamente Madero en una reunión de la Comisión Permanente de su partido. Todo muy bien, sólo que era ¡Viernes!
La conclusión es una sola. Es estremecedora pues estamos hablando del partido que ocupa el segundo lugar nacional en preferencias electorales y es el partido del gobierno en Chihuahua: “Estamos subsidiando al Comité Nacional del PAN rumbo a la campaña presidencial”.
Tal conducta no se diferencia, casi en nada,  a la del ex gobernador César Duarte, quien, no sólo utilizó los recursos públicos en su beneficio personal, entre ellos los aviones y helicópteros del gobierno estatal, sino que eran ostensiblemente usados para actividades partidarias, y no sólo él:
“A una semana de una de las elecciones presidenciales más controversiales de las últimas décadas, han aparecido distintos hechos que levantan algo más que suspicacias. ¿Qué hacían, de media mañana a mediodía de un día hábil, en la casa de Gobierno del Estado de México, en Toluca, un buen número de gobernadores emanados del PRI, reunidos con miembros del Comité Nacional de su partido y a quien -como no queriendo, así como de pasadita- pasó a ‘saludar’ el candidato Enrique Peña Nieto?
¿Qué agenda relacionada con el desempeño de sus cargos desahogaban con los dirigentes nacionales del PRI?
¿Coincidentemente, todos andarían en el DF y acordaron darse una vueltecita a Toluca, a la reunión de sus dirigentes partidarios y po’s, ya puestos, ante la invitación de éstos, quedarse a saludar a Peña Nieto? Po’s nos quedamos, no compadre?
¿En qué vehículos se trasladarían a Toluca? De veras ¿A qué fueron?”. (“Barruntos de aquellos ayeres”, LJVF, El Diario, 24/VI/12).
Igualitos, y sólo por ahorrarse unos centavos…

asertodechihuahua@yahoo.com.mx 

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