Opinion

Candidatos al Senado

Sixto Duarte
Analista

2017-12-04

El domingo pasado, José Antonio Meade, se registró como candidato del PRI a la Presidencia de la República. En un evento masivo, Meade se dirigió a los priistas destacando algunos aciertos del gobierno de Peña, y señalando a su principal adversario, Andrés Manuel López Obrador. Este último tendrá su registro como candidato el 12 de diciembre, ‘coincidentemente’ el Día de la Virgen de Guadalupe. Los ojos de la prensa mundial estarán en el discurso de López Obrador.
El próximo presidente de México será uno de los dos mencionados. La coalición PAN-PRD parece írsele de las manos a Ricardo Anaya, quien, emulando a Roberto Madrazo en 2006, no aceptará ningún candidato que no sea él mismo. Esto favorece la candidatura de Meade, pues es bien visto por amplios sectores del panismo, que representan la disidencia respecto a Anaya.
Hasta aquí no hay sorpresas. López Obrador se ha venido  anunciando como candidato desde hace más de doce años. Y José Antonio Meade ya está registrado en un partido. El elector tomará en cuenta estos dos proyectos políticos. Sin embargo, los candidatos a la Presidencia no pueden ganar solos. Si bien los candidatos a la Presidencia arrastran la mayoría de los votos, y el elector identifica a estos en primera instancia, también es cierto que los partidos requieren postular candidatos en los estados que ayuden a sumar votos. Un buen candidato a la Presidencia puede no ser suficiente para convencer al elector de un estado, si en éste se postulan candidatos malos o poco populares. El elector no siempre ‘cruza’ el voto, pues regularmente vota por la misma opción política para presidente, senador y diputado. De ahí la importancia que los candidatos que acompañen a Meade, a López Obrador y a quien sea candidato del Frente (o del PAN y PRD) sean competitivos en sus respectivas entidades. Esto puede ser la diferencia del resultado nacional, especialmente si tomamos en consideración la diferencia de votos en la elección de 2006.
Chihuahua, al igual que el resto de las entidades, tiene que escoger bien a sus candidatos al Senado, por las razones antes expuestas. En el PRI se barajan diversos nombres. El que más ha sonado es el del exgobernador José Reyes Baeza. Por el hecho de ser exmandatario, Reyes se ubica en posición para ser candidato al Senado. Méritos partidistas no le faltan. Sin embargo, existe una traba para su proyecto, y ésta es el tema de la paridad en las candidaturas. Cada partido determinará en qué estados la primera fórmula corresponderá a hombre y en qué estados corresponderá a mujer. Si el PRI determina que la primera fórmula en Chihuahua corresponde a una mujer, se complicaría el escenario para el exgobernador, pues la segunda fórmula tendría un proceso más complicado en la elección más reñida de nuestra historia reciente, como será la de 2018.
Existen además dos mujeres que disputarían la primera o segunda fórmula al Senado.  Ambas son bien vistas en el altiplano. Una de ellas es la diputada local y exdiputada federal Adriana Fuentes, quien encabeza el sector empresarial del PRI a nivel nacional. Fuentes tiene buenos vínculos en el CEN, y es cercana a personajes con poder de decisión en el PRI. La otra es la diputada federal Georgina Zapata. Georgina es secretaria general del PRI en Chihuahua, y su vínculo con el sector obrero del partido es su principal fortaleza, pues la CTM tiene acceso a candidaturas del PRI.
Por el lado de MORENA aparecen tres personajes que estarían disputando las candidaturas al Senado. La diputada Leticia Ortega parece ser una de las cartas para abanderar al Movimiento de Regeneración Nacional. La otra fórmula parece disputarse entre el empresario Juan Carlos Loera y el exdiputado Cruz Pérez Cuéllar. A Loera lo respalda su historia en MORENA, pues indudablemente es una referencia de ese partido y de la lucha de la izquierda en la entidad. Pérez Cuéllar en cambio, va llegando a la corriente lopezobradorista. Irónicamente esto pudiera ser una ventaja para Cruz, pues no ha sufrido desgaste interno en MORENA, aunado a que ha demostrado ser un hábil operador político.
Por el lado del PAN, parece que la mesa está servida para Gustavo Madero. expresidente del PAN y del Senado, es actualmente diputado con licencia. Si quiere ser candidato seguramente lo será, a menos que decida no serlo, como en 2016. El PAN no ha proyectado a alguna mujer para la fórmula, aunque se habla de Cristina Jiménez.

sixto.duarte@gmail.com

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