Opinion

La "realpolitik" del gobernador

Arturo Mendoza Díaz/
Analista

2017-11-21

A pesar de que después de las últimas polvaredas entramos a un lapso de calma, tal parece que las directrices que el gobernador Corral sigue en su administración no son las adecuadas.
Sin enfocar la violencia, el manejo de los dineros públicos o la procuración de justicia, diremos que una época como ésta, de conflictos con la prensa, no se había visto nunca. Por ello debe haber ajustes para que la situación vuelva a ser normal.
En política nada es gratuito, y en algo habrían de parar tantas actitudes viscerales y lances contra molinos de viento emanados de una realidad interna más bien llamada surrealismo.
Eso se agrava si se considera lo oneroso de un gobierno metido a periodista que detenta la infraestructura de los medios de comunicación para operar al modo de los regímenes fascistas.
Luego se produjeron affaires con periodistas de la revista Proceso, sobre el asesinato de Miroslava Breach Velducea, y por el video donde se acusa al gobernador, al alcalde de Madera y a policías estatales de apoyar a un grupo delictivo.
Entonces vino la acusación contra El Diario, de ser portavoz del crimen organizado, sumada a la de haber recibido “carretadas de dinero” en la administración de César Duarte, la cual llevó a los periodistas de El Diario a reclamarle a Corral.
Con entera justicia, censuraron el hecho de haber sido criminalizados, recordándole su deber de proteger el derecho de los ciudadanos a expresar sus ideas, por molestas, perturbadoras u ofensivas que le parezcan.
Uno de los errores más graves, que barrió y trapeó con la igualdad de género así como con los principios feministas, fue el ataque a Rocío Gallegos, directora editorial de El Diario.
Las consecuencias abundaron: Hubo repulsa general. El Congreso estatal reprobó el ataque. La organización Artículo 19, que pugna por la defensa de la libertad de expresión, lanzó una alerta el fin de semana.
En ella, urgió al Mecanismo de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas a conocer del caso, e instó a las comisiones Nacional y Estatal de Derechos Humanos a proceder según sus atribuciones.
Asimismo, citó una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, de que “señalar a la prensa o medios como voceros del crimen organizado aumenta su vulnerabilidad”.
Finalmente, le pidió al Gobierno del Estado considerar que su papel de autoridad le exige una tolerancia a la crítica, mayor que la de los ciudadanos comunes. Esto dijo la organización Artículo 19.
Más allá, en otro ámbito, está la verdad incontrovertible, impresa en la mentalidad colectiva, y acaso hasta en los genes de todo caballero, de que una dama será siempre una dama.
De esa forma, un hombre nunca saldrá bien librado al buscar confrontarse con una mujer, y menos si, como es el caso del gobernador Corral, tiene tras de sí la fuerza del Estado.
Por otro lado, si el ataque fue por el video de marras, no hay duda de que un suceso de esa índole es de interés público ni de que su aclaración corresponde al ministerio público, no a los periodistas.
Entendemos que el gobernador no es el responsable total, por ejemplo, de la desprotección de los médicos, el abandono de comunidades indígenas o los desfiles del crimen organizado.
Pero otras cosas sí son por decisión del ejecutivo estatal, como el empleo de procedimientos impropios en un cargo al que llegó con ideas de resentimiento y revanchismo.
Su política no fortalece a Chihuahua en cuanto a convivencia ni se nota que haya dimensionado las potestades que operan en su parcela ni que busque establecer un sano equilibrio de fuerzas.
Al respecto, hubo antaño personajes que estuvieron, también, al frente del timón del estado, y que, como gobernantes de tiempo completo, no fueron demagogos ni frívolos ni buscapleitos.
Ahí están, por mencionar algunos, don Teófilo Borunda, Manuel Bernardo Aguirre y Oscar Ornelas, que habiendo poseído don de gentes, sirvieron a su comunidad sin tener qué ponerla de cabeza.
Porque toda meta es susceptible de alcanzar, adentrándose en la esencia de los problemas, cediendo en unos puntos para conseguir otros, a fin de buscar el consenso y la armonía.
Así, si Corral, pensando en la tranquilidad de Chihuahua, no da un giro a su gobierno, en favor de una política realista, padeceremos la relatividad del tiempo, de Einstein, cuando sus cinco años de gestión nos parezcan más largos.

arturmendo@yahoo.com.mx

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