Sergio Pacheco González/
Analista
“Según el Consejo de Europa (2005), la cohesión social consiste en la capacidad de la sociedad de asegurar el bienestar de todos sus miembros, incluyendo el acceso equitativo a los recursos disponibles, el respeto por la dignidad humana, la diversidad, la autonomía personal y colectiva, la participación responsable y la reducción al mínimo de las disparidades sociales y económicas con el objetivo de evitar la polarización. Una sociedad cohesionada es una comunidad de apoyo mutuo compuesta por individuos libres que persiguen metas comunes por medios democráticos….” (CEPAL, 2007a, p. 28).
Esta declaración plantea al menos dos problemas. El primero, que no se hace distinción entre dos conceptos vinculados, más diferentes: sociedad y comunidad. El segundo, qué debe entenderse por sociedad, sobre todo cuando a ésta se le asigna la responsabilidad de asegurar el bienestar de quienes la integran. La propia CEPAL realiza al respecto una oportuna diferenciación: “la cohesión social es un fin y un medio a la vez”. (2007b, p. 19).
Es un fin en tanto es objetivo de las políticas públicas, que debieran procurar la satisfacción de las necesidades de la ciudadanía mediante la distribución eficiente y eficaz de los beneficios del desarrollo. Es un medio, en tanto la cohesión social favorece la confianza y el crecimiento económico. En este sentido, “la cohesión social puede ser entendida como la capacidad de las instituciones para reducir de modo sustentable las brechas sociales con apoyo ciudadano (pertenencia).” (CEPAL, 2010, p. 190).
Así, no es la sociedad en abstracto la responsable de lograr el bienestar sino el Estado, a través de sus instituciones, quien debe procurarlo. Este enfoque es consecuente con una perspectiva de derechos humanos: “Se ha dicho que el atributo que define el enfoque de derechos es que introduce la rendición de cuentas en el desarrollo. Por cada derecho que les asiste a las personas, se puede identificar una institución, un grupo o una persona responsable de hacer realidad dicho derecho” (Crim Newsletter, Red Reinformación Sobre Los Derechos del Niño, Número 18, marzo de 2005).
Con mayor precisión, indica la CEPAL, tres son los componentes que dan cuenta de la cohesión social. Dos de carácter objetivo: las brechas sociales y la capacidad institucional; y uno subjetivo: el apoyo ciudadano (2010, p. 191).
En este sentido, los procesos electorales son un parámetro que permite indagar sobre el grado de cohesión presente en un contexto específico. Esto es así, en dos sentidos. En el primero, de carácter objetivo, se trata de observar hasta qué punto los gobernantes en turno han logrado atenuar o reducir las brechas existentes en, por ejemplo, la provisión de servicios públicos, así como en cuando al desempeño de las instituciones, como las de procuración de justicia y de seguridad pública. Ambas dimensiones pueden ser objetivadas en diversas expresiones: calles pavimentadas, parques y jardines rehabilitados, colonias y/o vialidades con alumbrado público, frecuencia efectiva de la recolección de basura, provisión y calidad del agua, disminución del número de delitos, delitos denunciados, personas detenidas y sometidas al debido proceso, sentencias dictadas y disminución de quejas sobre el desempeño de las autoridades.
En el segundo, de carácter subjetivo, se destacan la percepción y las experiencias de la ciudadanía, las que tienen como referencia adicional a los medios masivos de información, las comunicaciones que reciben a través de las redes sociales y los intercambios que se producen en sus espacios de actividad cotidiana. Las evaluaciones serán diversas, como diversa es la composición de los grupos sociales que conviven en una ciudad, un municipio, un estado o un país. Esto es así, por que las brechas sociales también hacen referencia a las condiciones que viven las personas adultas mayores, niñas y niños, personas con orientación erótico afectiva distinta a la heterosexual, personas en condición de pobreza y pobreza extrema, por mencionar sólo algunas.
Así, un proceso electoral como el que tendrá lugar el próximo mes de julio, es una nueva oportunidad para ejercer un derecho, exigir que otros se cumplan y generar cohesión social.
•••
CEPAL. (2007a). La cohesión social en los países desarrollados: conceptos e indicadores. Santiago de Chile: ONU.
CEPAL. (2007b). Cohesión social. Inclusión y sentido de pertenencia en América Latina y el Caribe. Santiago de Chile: ONU.
CEPAL. (2010). Cohesión social en América Latina. Una revisión de conceptos, marcos de referencia e indicadores. s.l.: ONU.
sergio.pacheco@uacj.mx