Opinion

El diablo trae descuento

Carlos Irigoyen/
Analista

2017-11-16

Se asoma diciembre, el Buen Fin, Día de Acción de Gracias y finalmente la carrera por el Guadalupe-Reyes. ¡El colofón a un año que no ha sido ni remotamente piadoso en muchas partes de México y que a nuestra frontera le ha dado con el látigo de la violencia!.  2017, un preludio de un 2018 recargado de promesas, uno donde vaticinan los clarividentes unas cuantas tragedias y hasta el fin de los tiempos. Así que antes de que se nos vaya 2017, tenemos algunos exhortos en forma de refranes como dirían los políticos encampañados o en los atriles del Congreso.

No mates las pulgas a balazos
El Buen Fin, una medida comercial que nace curiosamente en nuestra frontera como una forma de reacción al “Black Friday”. Estimado lector si en su caso ya le adelantaron algo de aguinaldo, evalúe muy bien sus opciones de compra y extreme la seguridad, es tiempo propicio para que los amantes de lo ajeno salgan en busca de lo que no quieren buscar por medios legales.
Evalúe las ofertas, Profeco en este momento debe estar atenta y alerta de los precios que se ofrecen en las tiendas y hasta en el comercio digital. Hay una percepción de que los comercios ofrecen un precio regular durante el Buen Fin sobre el cual aplican el descuento y terminan ofreciendo el precio que regularmente está en todo el año, la casa no pierde.
Eso se llama abuso y es sancionado por Profeco. Por favor si usted como consumidor detecta una irregularidad de este tipo ¡denuncie! Estas prácticas son nocivas para el desarrollo del comercio de nuestra frontera.
Empresarios, hay una gran derrama económica, pero necesitamos que pongan muy atractivas las ofertas para hacer que se nos haga una pérdida del tiempo la espera en los puentes, el dólar caro, no querer ver la cara de pocos amigos de los migras, el gentío del Black Friday; un buen aparato de promoción de ventas puede ser muy útil para hacer que la gente gaste aquí su dinero.
Vendan hasta al alma del diablo, seguramente un alma caritativa se la llevará a 12 meses sin intereses. Si no se hace un buen esfuerzo en la estrategia comercial estaremos quemando la pólvora en infiernitos. Dicen los rancheros, atácate marranito que hay lodo; los más encopetados, en casa llena pronto se guisa la cena.
Ser agradecido no es una oración que se hace antes de cada comida. Es una manera de vivir. Así reza un refrán que me encontré en las redes sociales. Como parte de los procesos de aculturización de la frontera, los juarenses han adoptado el día de Acción de Gracias, solemne ceremonia de los norteamericanos con un valor sentimental incalculable al ser el día por excelencia en el que se reúne toda la familia en torno a una deliciosa cena y dar gracias por todo lo que se tiene.
De igual forma, no podemos pasar por alto el grado superlativo de consumo en el día, los insumos para la cena, algún presente, los viajes que se llevan a cabo para poder llegar al hogar, los adornos, la vestimenta, los programas de televisión, las bebidas, el rito de la cena; todo diseñado por un aparato de mercadotecnia sumamente avanzado que ha incurrido en una falta grave y grosera con la sociedad norteamericana Entonces, ¿La convivencia se desarrollará ya en las tiendas?. ¿La convivencia se dará en base a la práctica de un consumo que puede rayar en una patología del consumidor?. Y es patológico porque en algunas ocasiones los mecanismos de defensa de las personas pueden incluir medidas violentas que reflejan un avanzado estado de tensión del individuo. Una incisión económica al espíritu de la celebración; la parte económica diría ¡no está mal! que se aprovechen de las ofertas, la parte social debería cuestionar severamente si es necesario romper la tradición de la cena en busca de lograr mejores ofertas de algunos productos.
Es el Waterloo de la espiritualidad de una festividad a manos del consumismo hedónico, ese que se jacta de las ansias de tener, poseer, manipular productos y servicios  que en muchas ocasiones son totalmente innecesarios.
Y te lo digo Juan para que entiendas Pedro. Después de ahí se desata el Guadalupe-Reyes, expresión máxima del consumismo mexicano donde el efectivo se va como agua entre las manos y las tarjetas tienen cara de ser una fuente de ingresos ¡que no tenemos! No es por asustarlos, pero 2018 viene embrollado y más vale prevenir que lamentar, no vaya a ser que el gozo se vaya al pozo.
¡Que comiencen los juegos de la manipulación comercial! 

cirigoyen@itesm.mx

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