Opinion

La seguridad y la discreción

Javier Cuéllar/
Abogado

2017-11-07

Las noticias publicadas por El Diario son persistentes, el sector empresarial y de hecho toda la ciudadanía acrecientan su temor por la ola de delincuencia e inseguridad que azota nuestra comunidad a un grado no visto hace apenas dos años que coinciden con la terminación de la anterior administración.
El recién nombrado presidente del Consejo Coordinador Empresarial y presidente de Desarrollo Económico de Ciudad Juárez, Juan Carlos Sapién de Anda, dijo: “hay la preocupación de saber cuáles son las acciones que está haciendo el Gobierno, entonces sí estamos atentos de los delitos y vigilando que no haya incrementos con los indicadores de la Mesa de Seguridad”.
Son varias las reuniones que diversos organismos de la iniciativa privada han celebrado con las autoridades responsables de la seguridad pública. Aunque se desviven en explicaciones, lo cierto es que la paz pública no retorna a nuestra frontera y por el contrario, se suceden diariamente hechos que nos alarman.
Las autoridades policiacas deben reforzar sus cuadros de investigación delictiva y refinar sus procedimientos de inteligencia policiaca para poder contener la crecida de violencia y criminalidad que amenaza con perturbar cada día más la paz pública. Tal parece que los planes que se han definido y expuesto no han tenido resultados en la realidad objetiva y los índices de inseguridad siguen creciendo.
No al grado que existía hace siete años, pero sí mucho más que hace dos, con lo cual la protesta empresarial tiene una base de justificación. Sin embargo, la misma iniciativa privada debe tomar algunas precauciones para no propiciar la ola de atracos que se ve incentivada por la época de fin de año donde existen algunas promociones que provocan mayores movimientos de efectivo.
No se justifica ya el pago de las nóminas empresariales con efectivo cuando pueden perfectamente hacerse en cheques o en depósitos a cuentas de tarjetas de débito teniendo como objetivo que se maneje el menos circulante que se pueda en los bolsillos de los trabajadores y también de los empresarios.
Los depósitos bancarios deben hacerse preferentemente utilizando el servicio de recolección con unidades de seguridad y estimulando el uso de tarjetas de crédito y débito entre la clientela concurrente.
No tiene caso manejar tanto efectivo pues esto sirve de atracción para los salteadores y pone en grave peligro a la comunidad que, por el impuso de su legítima defensa, muchas veces ha puesto resistencia a los atracos con resultado funestos.
Para acabarla de amolar se aprecia una embestida del hampa organizada en contra de muchos elementos de las fuerzas de seguridad al grado que todos tenemos miedo por sus vidas que se han visto mayormente afectadas por asesinatos cobardes.
Las medidas de seguridad deben reforzarse por toda la sociedad en su conjunto tomando las más elementales reglas de precaución y cuidado, sobre todo al extraer de las instituciones bancarias algunas cantidades de dinero, no tiene caso portar efectivo cuando los pagos pueden hacerse por medio de algunos instrumentos bancarios solo cobrables por los interesados, el objetivo final debe ser el transportar lo menos de efectivo que se pueda, eso desalentará a una buena parte de los criminales cobre todo en estas épocas de gran movimiento de masa monetaria.
“Hombre precavido vale por dos” y ahora no están los tiempos para manejarse y circular con descuido. Las autoridades policiacas son las principales responsables de la seguridad ciudadana, eso no lo ponemos en duda, pero nosotros también debemos poner nuestra colaboración colocándonos lo menos posibles en situaciones de vulnerabilidad y haciendo alarde de prudencia y sensatez.
Al fin y al cabo que las victimas preferidas del hampa son siempre los ciudadanos descuidados y también los que hacen alarde de su riqueza. Mejor es manejarse con un discreto perfil que nos haga poco visibles a los facinerosos. Es por el bien de todos.

yatrogenia@hotmail.com

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