Opinion

Sucesión en la UACJ

Arturo Mendoza Díaz/
Analista

2017-11-07

Con el lanzamiento de la convocatoria para renovar el Consejo Universitario, inició el proceso para elegir al nuevo rector de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ).
Esta circunstancia hace pensar en lo necesario de que se respete la autonomía universitaria y el procedimiento sea terso, ante las ambiciones que sobrevuelan en el ambiente.
Por algo la UACJ es una comunidad donde interactúan varias decenas de miles de personas, entre estudiantes, maestros, empleados administrativos y trabajadores de diversa índole.
Lógicamente, en el escenario se manifiestan, ostensiblemente o no, distintas fuerzas, unas formales y otras fácticas, que esconden desde un proyecto institucional, de grupo y, acaso, hasta fines egoístas.
Y cualquier plan podría cristalizar, según el rumbo que tome el proceso del que saldrá el siguiente rector, detentando el manejo de recursos y un virtual coto de poder, así como trascendiendo a la vida pública.
Debido a ello, quienes llegan a ese cargo suelen salir hacia un puesto en el Gobierno, ejerciéndolo de modo aceptable porque de algo sirven el academicismo y la experiencia.
Disciplinados, como son, navegan bien en el sistema político, jungla donde no faltan las zancadillas, la manita de puerco ni el fuego amigo, no usuales en el acotado medio político universitario.
Algunos conocedores de los entresijos de la política local y del estado por este motivo han mencionado de manera jovial la situación, refiriéndose al “cártel de los exrectores”.
Sin embargo, las circunstancias actuales hacen un mundo de diferencia entre el próximo cambio de timón en la UACJ y los que hubo antes, como por ejemplo, el último.
Entonces predominaba el PRI. César Duarte, como gobernador, estaba en la cima. Se decía que había tejido excelentes relaciones y que pronto sería secretario de Estado.
Así, Ricardo Duarte llegó a ser rector, debiendo aclararse que, por su trayectoria, quizá de todos modos hubiera llegado a serlo, independientemente del apoyo fraterno.
Hoy todo es distinto aun sin considerar el Brexit inglés, las elecciones en Estados Unidos o el conflicto separatista de España, ni incluso, ya en México, el malestar social existente ni que AMLO se frote las manos por el 2018.
En Chihuahua, por otra parte, gobierna Javier Corral, la violencia campea, Duarte anda a salto de mata, y sus excolaboradores sufren la cárcel, el destierro o, azorados, buscan no llamar la atención.
Tal es el estatus en la parcela donde se halla la UACJ, con una sucesión en ciernes, como guiso a prepararse en una olla donde varios actores quieren meter su cuchara para darle su propia sazón.
Como están las cosas, el proceso no será aséptico en política partidista, casi siempre unida a connotaciones ideológicas. Ningún protagonista puede ser químicamente puro en cuanto a eso.
De esa forma, bajo escrutinio del gobierno estatal, el nuevo rector tendrá sólo una filia hacia el PAN, o bien, surgirá con un color azul subido, como viniendo de la mera entraña panista.
En el segundo caso, políticamente hablando, sería un alumbramiento con mayéutica electoral por inducción palaciega, que pudiera ser discretamente refinada o grosera a más no poder. 
Ahora bien, ciertamente, si alguien desea obtener algo en un proceso, sea quien sea, jamás se lo deja a la inercia para que sea ésta quien decida, sino que debe moverse.
Así, para que la manzana caiga, se debe menear el árbol, tratando de que queden los consejeros adecuados, que harán lo propio expresándose, vigilando y emitiendo su voto.
Lo malo estaría en que se violente impíamente la normatividad, cooptando, coaccionando y abusando de la potestad que se tiene o, literalmente, arrasando con la fuerza del Estado.
Pero el remedio es fácil: basta con buscar que se honre a la democracia, sean guardadas las formas, y el respeto prevalezca. Con eso, a la par del humo blanco, emanaría la certeza de que no hay lugar para reclamos.
Si tal es el desenlace, y la elección recae en el elemento idóneo, que ésa es otra historia, la UACJ crecerá, investigando, formando profesionistas y difundiendo el saber.
Esto, sin más cursos de posgrado truncos por falta de recursos o mala planeación, que de todo ha habido en mi alma mater, como el doctorado en derecho en que varios aspirantes nos quedamos “colgados de la brocha”.

cinthiamendoza.2360@yahoo.com.mx

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