Opinion

Secesión

Sixto Duarte/
Analista

2017-11-06

Cataluña ha sido la noticia internacional más comentada en las últimas semanas. La declaración de independencia, promovida por el Presidente de la Generalitat Carles Puigdemont, ha generado toda clase de reacciones dentro y fuera de España.
España es un país muy diverso, y uno de los más ricos desde una óptica cultural. Su cultura, tradiciones y lenguas son enormes, y varían de región a región, en una extensión que apenas ocupa el equivalente a la cuarta parte del territorio mexicano.
Los gallegos tienen su lengua e historia, misma que es distinta a la de los vascos en Euskadi, o a los catalanes en el noreste. La idiosincrasia no es la misma en Andalucía o en Madrid. Evidentemente todos tienen un pasado común, un elemento de cohesión que los hace constituir lo que hoy es España.
El origen diverso de cada uno de estos pueblos es motivo de orgullo nacionalista por gran parte de sus habitantes. De ahí, que basándose en un argumento histórico, ciertas naciones dentro de España demanden el reconocimiento de su independencia y autodeterminación.
Argumentos hay de los más variados para justificar su lucha: centralismo férreo promovido desde Madrid, cuestiones de carácter fiscal, producción económica, origen histórico y lengua diferentes, entre otros. Los independentistas parecen basarse más en las diferencias que tienen con el resto de España, que en sus coincidencias, que son las más.
Creo que son los españoles, y en especial los involucrados los que tienen el derecho de opinar al respecto. Sin embargo, el no tener interés particular en el asunto me permite emitir una opinión más objetiva que la de las partes involucradas.
Me identifico con la postura de los catalanes que se quejan de decisiones políticas centralistas. Considero que las comunidades deben tener mayor grado de autonomía en cuanto a su régimen interior. Precisamente en México, en teoría una federación, los Estados carecen de autodeterminación en la mayoría de los campos de acción del gobierno. Si Madrid fuera más flexible con las Comunidades Autónomas, estos argumentos secesionistas no tendrían cabida.
Sin embargo, al ver lo que sucede en España, necesariamente nos preguntamos si la unidad nacional está garantizada en nuestro país. La independencia de Texas y Yucatán pudieran decirnos que el riesgo de una secesión está siempre latente. Sin embargo, en lo personal no creo que sea así.
México es un país aun más centralizado que España. La capital es lejana a prácticamente todos los estados. Actúa de manera imperativa y unilateral. México es también un país más extenso, con naciones originarias y culturas repartidas por todo el territorio. Ya perdimos la mitad de México en el siglo XIX. Con estos antecedentes, cualquiera pudiera llegar a pensar que México es tierra fértil para movimientos nacionalistas. ¿Cuál es la diferencia?
Después del régimen franquista, en que toda manifestación nacionalista (incluida la lengua) había sido abolida, las comunidades autónomas retoman gran parte de la libertad perdida durante la dictadura. Una de ellas es desde luego la educación. Los programas educativos reconocen el origen, diversidad y riqueza de cada comunidad. De ahí que los niños conozcan de primera mano su origen regional, su lengua, y su historia. Esto desde luego que no es malo. El alumno va creciendo con una conciencia crítica. No estudiará lo mismo un niño de La Coruña que uno de Sevilla.
La diferencia en México es que un niño de Chiapas y uno de Tijuana estudiarán exactamente lo mismo: que los españoles eran los malos, y los indígenas eran los buenos. Es curioso que se siga enseñando eso en la primaria, cuando nuestro idioma es el castellano y nuestra religión la católica, herencia precisamente de España. Todos los lunes se llevará a los niños a los honores a la bandera, y se excluirá de los programas educativos enseñanza de historia regional. Esto trae como consecuencia un profundo sentido de patriotismo, desde la más temprana edad. Decía el maestro Gonzalo Sánchez de Tagle, que tres elementos de cohesión que tenemos en nuestra identidad nacional son la tortilla, la selección nacional, y la Virgen.
A pesar de que nos quejamos del centralismo todos los días; a pesar de que la federación abandona a las entidades a su suerte. A pesar de todo eso, no existen indicios separatistas en nuestro país. Considero que debido al programa educativo que desde niños estudiamos.

sixto.duarte@gmail.com

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