Javier Cuéllar Moreno/
Analista político
Para los efectos de la naturaleza, todos los actos que implican un exterminio de las especies son trascendentes. Tarde o temprano nos cobran la factura, por eso, el eminente ecólogo de la Universidad de Arizona señor Donald Falk nos dice: "Las especies son como ladrillos en la construcción de un edificio. Podemos perder una o dos docenas de ladrillos sin que la casa se tambalee. Pero si desaparece el 20 por ciento de las especies, la estructura entera se desestabiliza y se derrumba. Así funciona un ecosistema".
Y en la política sucede más o menos lo mismo, no se puede exterminar a las diversas corrientes políticas que inciden en nuestro medio social porque con su presencia contribuyen a la estabilidad de todo el sistema político mexicano. A los únicos que hay que acabar es a los que pretenden exterminar a los demás porque no debe haber derecho de aniquilación.
En Chihuahua ha estado sucediendo una serie de exterminios políticos que tienen pronóstico reservado. Al efecto, cuando en su momento César Horacio Duarte Jáquez ganó, primero la postulación y después las elecciones a la gubernatura del estado, se dio un proceso de eliminación de todos los diversos grupos de priístas que convivían al interior del Partido Revolucionario Institucional en una forma salvaje, de tal manera que en sus seis años de gobierno prácticamente no quedaban en Chihuahua más priístas que los pertenecientes al duartismo, pues a todos los demás los habían arrinconado al borde de la extinción total, (casi total afortunadamente) porque seis años de hambruna sistémica fue algo brutal y los que no se murieron de inanición tuvieron que emigrar a otros lugares de la república para sobrevivir. La masacre interna del PRI fue despiadada. Del único grupo que aún quedan ejemplares vivos es el del Reyesbaecismo, los demás están prácticamente muertos. Aunque algunos minúsculos reductos luchan por su supervivencia con poco éxito.
Ahora, con la llegada de Javier Corral Jurado a la gubernatura del estado, el toque a degüello de exterminio se ha dado contra los duartistas y lo cierto es que ha sido tan efectivo que en poco más de un año ese grupo, otrora dominante, se encuentra al borde de la extinción y muchos han seguido o preparan abiertamente la ruta del exilio, comenzando por su líder máximo que por ahora se encuentra refugiado, escondido en la ciudad de El Paso Texas, pendiendo sobre él más de diez órdenes de arresto y las que se acumulen esta semana.
Muchos de sus correligionarios y socios han seguido la misma suerte y más que la sufrirán, máxime ahora que algunos han aprendido a abrir las cerraduras de las prisiones con “el dedo”, según afortunada caricatura de Mahoma.
Sobrevivir o morir: He ahí el dilema
En este panorama de dos oleadas de exterminio contra supervivencia, se darán las elecciones del 2018 y al efecto los diversos grupos políticos que se muestran activos en el estado se aprestan a dar una serie de batallas que pugnarán por su supervivencia, por su permanencia o por su supremacía. Pero las victorias que se obtengan se darán a costa de la existencia de los otros.
Al interior del PAN el gobernador Javier Corral Jurado está pugnando por establecer una hegemonía corralista que deje fuera de combate a todos los demás grupos de panistas que existen en el albiceleste, lo cual puede ser muy peligroso porque de suyo, antes que él llegara, ya existían algunos clubs de pitufos que habían estado dando la batalla contra el PRI y que habían logrado los sufridos triunfos de los que Javier Corral pudo disfrutar a su llegada, manteniendo viva a esa sana oposición.
Ellos son triunfadores sin padrino, ni dinero, ni nada y contra todas las adversidades que les representó el duartismo implacable. Duartismo que si fue inclemente con el propio PRI, más lo fue con ellos. Parecía una gracia pero no lo fue. La biodiversidad política es vital para la subsistencia del sistema.
En este entorno los líderes del movimiento independiente del estado acantonados en la ciudad de Parral y en esta frontera, a la sazón Alfredo Lozoya y Armando Cabada, deben organizar con mucha eficacia sus cuadros y unirse en un movimiento independentista que logren postular tantos candidatos a diputados como les sea posible, no sólo en sus ciudades de influencia directa, sino en las comarcas de ascendencia naturales para ver la posibilidad de ganar la mayoría del Congreso para los independientes.
La batalla política no estará en las presidencias municipales, esas parecen ya estar definidas, la verdadera lucha política del 2018 en Chihuahua se centrará en las diputaciones y eso será muy importante, porque quien domine el Congreso mandará en el estado.
El holocausto político
Según se puede ver, el gobernador Corral Jurado está empeñado en una tarea de exterminio de carácter múltiple. Primero contra los priistas personificados en el duartismo la cual ya va muy avanzada, segundo; al interior de su partido contra todos los que no traigan su sello personalísimo y tercero; contra cualquier grupo político que le trate de disputar el control del Congreso y ahí podemos leer Morena, y cualquier otro partido satélite no disciplinado claramente. La lucha va a ser contra todos los no corralistas, al interior del PAN y también al exterior.
Esto puede ser muy peligroso porque la gente sabe entender con cierta dificultad que ha perdido, pero de ahí a que lo quieran borrar del mapa existe mucha diferencia y eso es lo que está haciendo Javier Corral con sus opositores, especialmente contra los del priismo duartista que está viendo afectada su vida lo cual puede ser muy peligroso para el líder del nuevo amanecer porque bien nos dice Sun Tzu: “Colócalos en una situación de posible exterminio, y entonces lucharán para vivir. Ponles en peligro de muerte, y entonces sobrevivirán. Cuando las tropas afrontan peligros, son capaces de luchar para obtener la victoria.” Y el propio PRI puede sacar fuerzas de flaqueza y organizarse para ganar lo más posible en las próximas elecciones.
A todos sus adversarios Corral los quiere exterminar y eso puede erigirse en la última fuerza de ellos. Lucharán por su supervivencia. No les quedará de otra, según se puede adivinar, quienes sobrevivan serán los únicos que podrán luchar en las elecciones del 2021 por la próxima gubernatura, presidencias municipales, diputaciones y todo lo demás. Vivir o morir, he ahí el dilema.
Dudo mucho que la concreción de este plan hegemónico sea posible pero sí creo que esto sería fatal para nuestra sociedad que necesita la diversidad política en pacifica coexistencia para progresar y lograr un nivel adecuado de democracia porque bien lo dijo Benazir Bhutto: “Las fuerzas de la moderación y la democracia deben, y van a prevalecer, contra las del exterminio y la dictadura”.
A mi ver, Duarte fue un dictador corrupto pero su crítico más virulento ha sido Javier Corral.
La fiesta de la política
La actividad política se encuentra a todo lo que da entre las fuerzas vivas de nuestra ciudad y al efecto la señora Lilia Merodio trabaja en todo lo que puede, siendo criticada por sus adversarios que no hacen otra cosa que estar sentados. Les dicen Los Mineros, porque tienen oro en la boca, plata en las sienes y plomo en las patas. “Quien hace lo que puede, hace más de lo que debe”. Dice por ahí el refranero popular mexicano.
A efecto de ganar adeptos para su causa, Merodio organizó una segunda fiesta para celebrar el cumpleaños de 100 quinceañeras de las clases más humildes de nuestra ciudad con bastante éxito y aunque muchos consideran este tipo de actividades como insulsas, para esas cien quinceañeras y sus familias fue el evento más trascendente de sus vidas y eso es muy importante.
Abraham Lincoln, ese gran estadista norteamericano nos dijo: “Si quieres ganar un adepto para tu causa, convéncelo primero de que eres su amigo sincero”. Y eso es precisamente lo que está haciendo la señora Merodio, acercándose a esas familias en una efeméride que para ellas es la más importante y que de ninguna otra manera pudieran celebrar en mejor forma.
Al final de cuentas la acción política es, en su sentido más simple, una fiesta popular y una quinceañera es, sencillamente, la más popular de las fiestas.
De hecho todos los políticos más significativos de nuestro entorno se están orientando por el mismo lado y participan y organizan las más fiestas posibles por mucho que algunas terminen en funestas borracheras.
Por lo menos Lilia Merodio organizó una fiesta familiar multitudinaria y si alguien cree que con ello no gana popularidad pues está muy equivocado.
Bien harían en hacer de la política una fiesta y de la fiesta una política, con todo lo que la cercanía de la gente significa y vale. Nuestras felicitaciones a las quinceañeras, que Dios las conserve muchos años.
yatrogenia@hotmail.com