LA COLUMNA
de El Diario
• Al menos perdón de Corral ante Zaragoza y Gómez
• Graciela Ortiz en camino a la gubernatura
• Garfio se confesó ‘extraterrestre” para ser libre
Al acaparamiento de boletos VIP por parte de funcionarios estatales hasta de primer nivel para el concierto de la española Ana Torroja se sumó el sábado un intenso abucheo del público asistente cuando la secretaria de Cultura, María Concepción “Concha” Landa, nombró al gobernador, Javier Corral.
Dicho evento sería llevado a cabo el jueves por la noche pero no lo permitieron ni la lluvia intensa ni el intenso viento. Protección Civil ordenó la suspensión del masivo concierto y el desalojo de los asistentes. Fue reprogramado para el sábado.
Reseñamos en este espacio que los mejores espacios en zona VIP fueron monopolizados por funcionarios estatales y sus familias; y sus guaruras, como los casos del fiscal Zona Norte, Jorge Nava López y su jefe y jefe tras bambalinas de la institución en esta frontera, Ulises Pacheco.
Hubo quienes no se amilanaron ante la crítica y regresaron el sábado, como Enrique “Quique” Torres, el vocero del Gobierno estatal en funciones reales de chalán de la vicegobernadora Lety Corral, y varios líderes juveniles del PAN.
En esta ocasión se sumaron un desparpajado coordinador de Comunicación Social, Antonio Pinedo, con unas seis personas de comitiva; la familia del secretario de Educación, Pablo Cuarón, y otros funcionarios de esa dependencia encabezados por la maestra Alma Gómez. Ocuparon los espacios más exclusivos.
Todos recibieron su cereza del pastel cuando en las presentaciones fue nombrado el gobernador, la enfadada rechifla .
***
Si no fue la renuncia, sí al menos debió presentar perdones el señor gobernador, Javier Corral, a los pobladores de Ignacio Zaragoza y Gómez Farías, a los que tuvo no el valor sino el descaro de saludar de mano y asegurar en su cara que “trabajamos todos los días” por conseguir la “reconstrucción del tejido social que durante años ha sido lacerado por un sistema corrupto que permitió el enquistamiento de criminales en nuestra sociedad”.
Ya no fueron Corral ni su fiscal César Peniche los héroes en esa historia de infierno que han sufrido los pobladores de ambos municipios durante las últimas semanas. Ejecuciones, casas incendiadas, robos, enfrentamientos entre grupos criminales las 24 horas del día. Notas de portada los últimos 15 días en medios estatales y nacionales.
Cómo olvidarlo, el 15 de febrero del presente año, el gobernador y su fiscal estamparon sus firmas en aquella controvertida orden que por la fuerza intervenía a las policías municipales y agentes de Tránsito de seis municipios por parte de la Fiscalía General del Estado, bajo el siguiente argumento.
“Con el objeto de restaurar el orden y la paz públicos, se asume de manera inmediata y temporal el mando de la Policía Municipal y de Vialidad y Tránsito de los municipios de Madera, Temósachic, Gómez Farías, Ignacio Zaragoza, Casas Grandes y Nuevo Casas Grandes, como un caso de fuerza mayor ante las alteraciones graves al orden público”.
Tras casi 10 meses el fracaso es palmario. La obligada disculpa no llegó ni las correspondientes explicaciones e informaciones sobre los resultados de aquel famoso decreto, del que tampoco ha sido publicada la culminación de dicha intervención.
“La cesación de los efectos del presente acuerdo deberá ser publicada de igual forma en el órgano de difusión del Gobierno del Estado y notificada, en forma personal, a los servidores públicos a que se refiere la disposición tercera transitoria”, así fue publicado en el Periódico Oficial del Estado.
Los hechos son incontrovertibles y la realidad no sujeta a interpretación alguna. Ni puede justificarse con la responsabilidad del régimen anterior, ni con el federal ni menos con las autoridades municipales, por su propio pie y a punta de policías estatales tomó Corral el mando de siete municipios, entre ellos Gómez Farías e Ignacio Zaragoza. El revés tiene sellos y su firma.
***
La treintena de alcaldes priistas que anduvo el fin de semana en la Ciudad de México consiguió de la mano del dirigente estatal tricolor, Omar Bazán, buen aprovisionamiento para el año próximo que deberá tener como principales beneficiarios a los candidatos(as) de su partido. En Chihuahua no iban a conseguir nada con un gobernador y mayoría legislativa panista.
Desde Sagarpa habrá programas especiales para regiones. Este fin de semana hará recorrido por varias ciudades del estado el exgobernador y director general del ISSSTE, José Reyes Baeza, además vendrá por otro lado su coordinador de asesores para atender directamente varios asuntos planteados por los alcaldes.
La Secretaría de Gobernación incluirá a los municipios en las estrategias “de impacto”. La Cámara de Diputados impulsará 116 proyectos que serán directamente presupuestados. Le darán mayor presupuesto a los pueblos turísticos. La Secretaría de Hacienda concretará los acuerdos a través de enlaces institucionales... Conagua, Sedatu y otras más visitadas por los ediles priistas hicieron compromisos específicos para bajarlos específicamente el año entrante.
Habrá de esas polémicas recurrentes sobre el involucramiento de las siglas partidarias pero ya saben los dirigentes de los partidos y los funcionarios cómo sortear las fronteras entre la legalidad y lo ilegal. Lo mismo ocurre con el PAN, PRD y hasta Morena, que de esta forma ha tomado el control del más del 50 por ciento de la Ciudad de México.
***
Tiene lógica el trascendido de que la senadora, Graciela Ortiz González, dejará su posición en el Senado de la República apenas inicien las nominaciones del PRI hacia el proceso electoral 2018.
Fuentes tricolores analizan que la senadora dejará su escaño para pelear la diputación por el Noveno Distrito con cabecera en la capital del mundo, Parral.
Esa sería una forma empleada por la dirigencia nacional priista para mantener vigente a la chihuahuense hasta el 2021, cuando deba ser renovada la guberntura.
Para aquella fecha posiblemente no haya siquiera presidente de la República priista pero el tricolor en el estado mantiene la fuerza suficiente para creer que retome el poder estatal en cuatro años.
Las principales piezas del PRI en Chihuahua están debidamente acomodadas mediante un control compartido entre varias tribus influyentes en los municipios encabezadas por el exgobernador, Reyes Baeza, (en pos del Senado) y la propia Ortiz González.
Sólo una debacle nacional priista y una “toma completa” de los eventuales ganadores de Los Pinos movería esa estrategia, que habla de Ortiz hacia Palacio de Gobierno.
***
El proceso judicial contra el exalcalde del municipio de Chihuahua, Javier Garfio Pacheco, tiene ahora más que nunca el tufo a componenda oscura y justicia política, si el término nos es permitido para ubicarlo con algo de precisión.
Los jueces que llevan el caso suspendieron la lectura de sentencia que sería dictada ayer contra el priista expresidente municipal; a cambio giraron un boletín de prensa y con ello deben darse por bien informados los chihuahuenses sobre la decisión de ponerlo libre bajo las múltiples condicionantes. Libre y punto. A escondidas el veredicto como ahora acostumbra el corralista Tribunal de Justicia.
Javier Garfio aceptó la culpabilidad de haber malversado recursos públicos en operaciones inmobiliarias de entre 100 y 400 millones de pesos a cambio de conseguir un juicio abreviado, disminuir la condena y evitar la prisión preventiva.
Es evidente que el exalcalde aceptó la culpa para no permanecer más tiempo en prisión y que la Fiscalía y el Poder Judicial admitieron la negociación para presumir como un “hecho sin precedentes (haber) obtenido un fallo condenatorio por el delito de peculado agravado... por un monto de 328 millones de pesos”, según sorprendente comunicado autoelogioso del gobernador Corral... o de la Fiscalía, que es la misma.
Hay que decirlo, esa justicia parece muy torcida y con claros visos de una tortura física y emocional por completo encaminados a obtener una confesión de culpabilidad. ¿Dónde están los empresarios y el resto de los implicados para dejar patente, sin duda, que existió delito? Es la fábula del conejito que se confesó elefante en aquel “modelo policial” mexicano.
@