Opinion

Si politizamos no avanzamos…

Carlos Irigoyen/
Analista

2017-10-19

Durante uno de los trabajos académicos que más me ha exigido disciplina y sangre fría para no dejar llevarme por los sentimientos, hubo una pregunta que volvía reflexivos a mis entrevistados: describa en sus palabras el Juárez del futuro. Con su mirada denotaban un aire de nostalgia por la localidad en la que vivieron sus padres, una sonrisa que los traicionaba al recordar aventuras de juventud y un aire de recuperación de la mística de nuestra Heroica Ciudad Juárez porque también tienen hijos, negocios o bien son profesores universitarios y hasta personas que quizá nacieron en otra tierra pero que ya son juarenses por convicción.
De aquel trabajo resaltaban algunas respuestas, la consolidación de la infraestructura, la necesidad de realizar un ejercicio de planeación estratégica para los años venideros, darle un sentido humano a la sociedad, aumentar el nivel educativo en la frontera y trabajar en conjunto todos los sectores para obtener una mejor calidad de vida.
La carta a Santa incluía también el desarrollo de un modelo económico dinámico y diversificado, un sistema de emprendimiento que le diera medios de desarrollo social y económico a la ciudad, una industria que estuviera orientada al diseño y no solo a manufacturar y que los gobiernos de cualquier tipo tuvieran desarrollo de alto desempeño.
Ave María Purísima, ¿cómo entender este galimatías en el que se ha convertido Juárez?
Esta semana ha sido pródiga en cuanto a percepciones negativas o divididas de los entes de gobierno municipal y estatal, e inclusive hasta de empresarios; unos con multas faraónicas, otros con “caricaturas” y “sarcasmos” dirigidos a gente que está “dentro” de sus equipos; y otros aplicando “el que madruga Dios le ayuda”.
La primera, los estacionamientos públicos. Se estuvieron cobrando boletos de estacionamiento, hasta que un grupo ciudadano comenzó a circular en redes sociales (el 5to poder) imágenes claras y precisas de los cobros y rápidamente un grupo social identificado con un partido político levantó literalmente las plumas, dimes y diretes para que luego actuara la autoridad clausurando las dichosas plumas.
Bien por el grupo de Juan Carlos Loera y Pedro Torres que con argumentos en mano hicieron la defensa del consumidor, conminando a las autoridades a hacer algo, podemos decir que este es un buen ejemplo de cómo se puede hacer mancuerna con las autoridades para erradicar problemas, ese es el lado positivo de la situación, sin raja política.
La segunda, el sentido común es el menos común de los sentidos. Primero aplico el reglamento y luego te educo. Fue portentosa la reacción comunitaria ante el excesivo incremento de las multas marcadas por el reglamento de Tránsito. Algunas sí merecen que se eleven así. Y es que las personas no entienden hasta que les tocan el bolsillo, pero siguen bajando por allá en Bachilleres 6 los muchachos a media calle, los automovilistas hablando por celular sin el uso adecuado de un “manos libres” (incluyendo oficiales de tránsito), la “habilidad” para pasarse en rojo los semáforos o volarse los altos.
Pero algo bueno debe venir de este revire, la educación vial que ahora debe ser ofertada desde los niveles básicos hasta los avanzados es ineludible y después de que tengamos esa herramienta, ahora sí y bajo un estricto análisis de factibilidad y de procesos relanzar el proyecto de las multas como medio de conciencia para desarrollar una cultura vial de mayores alcances y no por meros fines recaudatorios, porque entra el otro lado de la ecuación; entre más corrupta la sociedad más reglas necesita y si queremos ser una ciudad diferente tendremos que operar de manera diferente.
La ciudadanía no somos como los carros estándar donde metes “la pata y luego el cambio”. Y aquí no valen los dedos de fuego, no es error del alcalde es error de toda la administración, volvemos al tema si politizamos no avanzamos.
Y para cierre, el semanario Cambio 16 del Gobierno estatal con una caricatura alusiva al mandatario del gobierno municipal, un semanario que debe ser exclusivamente para uso de la expresión e información de obras del gobierno y no para vilipendiar la imagen pública de los servidores y además.
¿Qué no se supone que ambos están para servir a la comunidad de nuestra ciudad? Parafraseo al Gobierno estatal que expresa en su página de internet: “En el sistema político corporativo, la deformación de los programas sociales como herramientas de control político, clientelar y electoral han pervertido la relación de los ciudadanos con sus gobiernos; además, han conseguido erosionar la confianza en las instituciones y mancillado la dignidad de las personas vulneradas”, sólo hay que cambiarle de programas sociales a programas de comunicación y en la teoría habrá una muy buena forma de conceptualizar el sentimiento popular: menos ruido y más nueces. 
Quizá si realmente escucháramos más a la ciudadanía aquella carta a Santa que me dijeron podemos comenzar a cumplirla, mientras como dirían en el barrio, ¡nel pastel!
Porque si politizamos no avanzamos.
cirigoyen@itesm.mx

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