Opinion

Desdén por el pasado

José Ignacio Gallardo/
Analista

2017-10-17

El eterno conflicto de Ciudad Juárez, su historia y las autoridades sigue siendo estando presente hoy,  más que nunca. Resulta incomprensible ese desdén tan evidente por la historia de esta frontera por parte de la misma sociedad y de las autoridades de los tres niveles de gobierno.  Está documentado el deterioro que ha sufrido el patrimonio arquitectónico e histórico de esta comunidad.
Es alarmante constatar que a pocos ciudadanos les preocupa que se siga extinguiendo el legado histórico de esta noble ciudad.
El tiempo no perdona y el paso de los años deja huella en calles, edificios, y  monumentos. Pero mucho más daño ha hecho la apatía ciudadana y gubernamental a todo el acervo cultural que poco a poco ha ido desapareciendo.  Importantes edificaciones que existían en Juárez hoy sólo quedan en el recuerdo de unos cuantos. Sol, viento y lluvia han sido implacables, como de igual modo lo son la apatía y el desinterés de funcionarios y ciudadanos.
A diferencia de otras ciudades en donde sí existe una defensa del patrimonio cultural, en esta metrópoli cada día que pasa cada vez son menos los edificios históricos que posee.
Sorprende que Ciudad Juárez carezca de un programa de conservación de edificios históricos, con todo y presupuesto. Muchas otras ciudades de la República Mexicana donde la historia es tomada como algo muy serio, no escatiman recursos para estos fines.
Aquí ni siquiera se cuenta con un museo dedicado al benemérito de las Américas, ilustre personaje del que esta población tomó su nombre a manera de homenaje.
Esta frontera tampoco cuenta con un museo que relate la historia de esta urbe, con museografía que aborde la participación de esta frontera en momentos clave en la historia de México. Un recinto que relate la historia del arribo de los primeros pobladores a esta región, del proceso de colonización de estas tierras, de su transformación de misión en villa y luego en ciudad. Una exhibición donde se cuente la llegada del ferrocarril a esta comunidad y de la época algodonera en los extensos campos de cultivo de la zona.
Es obligatorio que también se aborde la historia de la avenida Juárez, y de la manera en que impactó los tiempos de la prohibición de alcohol en la Unión Americana a esta región fronteriza.
La llegada de las maquiladoras debe ser un tema obligado. Pero no, desafortunadamente, a nadie se le ocurre, a nadie parece interesarle. Pocos quieren invertir en este tema tan siquiera tiempo. Mientras esto pasa aquí, en otras ciudades mexicanas el turismo histórico y cultural son grandes pilares de su economía. Son pujantes en cuanto a desarrollo industrial y comercial, pero no descuidan su historia ni su pasado, aquí parece que lo quieren enterrar.
En estos momentos el debate está centrado en el mercado Juárez. Uno de los pocos íconos de la arquitectura histórica que ha logrado sobrevivir en esta frontera.
El actual conflicto radica en la negativa de los locatarios en ser desalojados con el argumento de la remodelación que se pretende hacer del lugar. Existe un fondo de 30 millones de pesos para remodelar este edificio tan apreciado por los juarenses.  Es un hecho que al inmueble le hace falta una buena restauración a fondo, más no una remodelación.  Y es ahí donde surge la inconformidad de locatarios, historiadores y público en general. 
Se tiene el temor fundado de que se pretenda modernizar tanto el lugar que pueda perder su esencia.  Funcionarios estatales hablan de crear un mercado tipo europeo.
No se entiende para qué andar imitando a mercados de otros países, ya que lo que se pretende es exaltar la cultura y artesanías de este país. El proyecto no se tiene o no se quiere dar a conocer. Y si se tiene y no se ha compartido con los locatarios del mercado Juárez,  grave error.  No tomar en cuenta a quienes han mantenido en pie esa tradición de visitar dicho inmueble, nos habla de un mal manejo político del asunto.
Por todo esto que ocurre en la ciudad, se hace urgente la creación de una comisión ciudadana que vele por el patrimonio histórico, cultural, y arquitectónico de los juarenses. Urge la elaboración seria y profesional de un catálogo de edificios históricos, para que ningún particular o autoridad pueda destruir o modificar algún inmueble catalogado como tal, sin el aval de dicha comisión.
Y lo ideal sería que conformada por ciudadanos, historiadores, instituciones académicas, el sector empresarial, colegios de arquitectos, ingenieros y medios de comunicación. El patrimonio de los juarenses está en riesgo. Alguien tiene que detener este desdén por el pasado. Que mejor que fueran los propios juarenses los que detuvieran este injustificable deterioro.
 reflejojuarez@yahoo.com.mx

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