Opinion

Un año, pocos cambios

Juan Carlos Loera de la Rosa/
Empresario

2017-10-15
Aun y cuando el presidente municipal Armando Cabada Alvídrez hace una especie de reclamo a la asociación civil Plan Estratégico de Juárez, por haber evaluado únicamente al gobierno municipal sin hacerlo al gobierno estatal y al federal, además de aducir que el diagnóstico del Plan Estratégico difiere del suyo; es evidente que el alcalde resultó beneficiado con la opinión que se tiene sobre su desempeño; sobre todo en lo que a percepción ciudadana se refiere. 
Para los políticos que desempeñan algún puesto de elección popular es difícil ser evaluado favorablemente con un porcentaje mayor al cincuenta por ciento de aceptación; en primer término, porque no son electos por la mayoría de los ciudadanos; el abstencionismo y la confianza depositada hacia los candidatos perdedores tiene como resultado una opinión dividida, por lo cual se requiere llevar a cabo una tarea decidida y acertar en los puntos más neurálgicos para revertir dicha apreciación, además -por supuesto-, cumplir con las promesas de campaña, para conservar la confianza y aceptación de quienes le ofrecieron su voto ciudadano.
En el caso de Armando Cabada quien resultó ser un fenómeno electoral con casi el 50 por ciento de votos emitidos a su favor, la realidad es que debido al abstencionismo,  fue electo solamente por el 20 por ciento de los potenciales electores, ése es su piso; entonces si en una muestra en la que no importaría si los encuestados son abstencionistas o no, y se le otorga casi el 50 por ciento de aprobación en los rubros de transparencia, participación ciudadana, credibilidad, cumplimiento de promesas de campaña y aplicación imparcial de las leyes, esto se traduce en una buena aceptación de parte de los probables electores que avalan su trabajo. Hay que considerar que sus antecesores desde el 2010 al 2016 estaban muy por debajo en sus respectivas evaluaciones. ¿Entonces de qué se queja Cabada?
¿No será que al igual que el restante 50 por ciento de la población que opina lo contrario, Cabada está consciente que los resultados de la percepción ciudadana obedecen en buena medida al trabajo propagandístico y mediático que ha hecho de su persona? Y que en vez de resolver los problemas de la ciudad le ha metido bastante al espectáculo y diversión masivos para mantener contenta a la gente.  Cabada es muy bueno para el asunto de organizar eventos de entretenimiento. 
Porque hablando en plata, a un año de gobierno municipal encabezado por un presidente sin partido, nos preguntamos: ¿Se ha cambiado el estilo con el que otros alcaldes han gobernado para escalar puestos en sus carreras políticas?, ¿ha postergado sus aspiraciones  por la gubernatura del estado y concentrarse así mayormente para lo que fue electo? ¡La respuesta es no!  La estrategia del alcalde es clara: como  en la época del imperio romano durante la decadencia en la participación política de los ciudadanos se mantenía dicha apatía a base de pan y circo. En Juárez se vive lo mismo.  
En su informe de gobierno reconoce que los recursos destinados para los más pobres son inferiores a lo que se gasta en espectáculo; entre ellos, el circo, festivales, aniversario luctuoso de Juan Gabriel, el "grito", la feria, etc.  El folleto en el que informa sobre su primer año de gestión es claramente mejor en términos publicitarios a como lo hicieron los anteriores alcaldes. También en eso "lleva mano". Cabada es todo un experto en comunicación; además está rodeado de un equipo dedicado a resaltar y agigantar los logros del gobierno municipal. 
No quiero ser aguafiestas, ni desdeñar algunos avances, sobre todo en lo que se refiere a participación ciudadana, el acondicionamiento de algunas vialidades y el buen desempeño de los agentes de tránsito (exceptuando los retenes), tampoco pretendo desvirtuar el resultado de las encuestas del Plan Estratégico, simplemente me encuentro en ese 50 por ciento de los juarenses que no percibe un cambio sustancial en la ciudad, los niveles de inseguridad son mayores a los de hace un año. Se habla sobre la realidad atemorizante de las extorsiones, del narco menudeo, de los asesinatos, robos y asaltos. La ciudad sigue en penumbras igual o quizás peor que hace un año.
La esperanza de una mejor ciudad se desvanece al enterarnos que no hay incremento en los recursos destinados para la obra pública, la operación burocrática sigue siendo onerosa, el 80 por ciento del presupuesto es acaparado para sostenerla, acompañada de muchos gastos superfluos, no hay austeridad ni visos de alcanzarla. Casi la mitad del otro 20 por ciento es para pagar las deudas absurdas. 
El tiempo que dedica el alcalde a la operación política electoral es mucho y le dificultará cumplir sus compromisos, la postulación de sus funcionarios a candidaturas de diputaciones federales, supuestamente independientes, devela la creación de facto encaminada a un nuevo partido de carácter privado en el cual Cabada es el líder, esa nueva credencial le ayudará en sus no muy ocultas intenciones, con el consabido costo para la ciudad que una vez más será dirigida por un suplente. Existe incertidumbre acerca de su continuidad. ¿O se inaugurará una etapa administrativa cocida al vapor?
 
juan@alumi-tec.com 
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