Opinion

Doce meses desaprovechados

José Ignacio Gallardo/
Analista

2017-10-03

Era la mañana del lunes tres de octubre del año pasado. El primer cuadro de la ciudad presentaba un aspecto distinto en aquella ocasión. Un movimiento inusual de elementos y vehículos de seguridad pública estatal y municipal, y la presencia de un buen número de lujosas camionetas con escoltas se podían observar en el perímetro del edificio de la ex aduana.
Fue el Museo de la Revolución en la Frontera (MUREF), el recinto que Javier Corral elige para dar a conocer, horas antes de su toma de protesta como gobernador constitucional del estado de Chihuahua, a los personajes que integrarían su gabinete de trabajo. El propio Corral explicó que se decidieron por Ciudad Juárez para realizar este importante evento, porque se quería enviar el mensaje de que esta frontera seria prioritaria para la nueva administración que estaba a punto de iniciar.  En su mensaje indicó que tenía un plan especial para darle a esta ciudad lo que en justicia le corresponde y tanto tiempo se le ha negado.
Sin embargo, han pasado ya 12 meses desde aquella mañana  y el panorama para los juarenses no ha cambiado mucho. Las promesas para esta ciudad dichas en el Muref con tanto entusiasmo y compromiso ante futuros funcionarios, invitados especiales, y miembros de la prensa se empezaron a desvanecer a los pocos días. Empezando con que el recién nombrado gobernador ni siquiera estuvo presente en la toma de protesta del alcalde independiente. No le importó guardar las formas y previo a la ceremonia de investidura del juarense Armando Cabada hizo saber su tremenda molestia por el nombramiento como jefe de seguridad pública municipal de Jorge González Nicolás. 
A partir de entonces el gobernador Corral ha hecho sentir su enojo al alcalde juarense en más de una ocasión de manera directa y publica. Lo preocupante del asunto es que estas diferencias, trascendieron el plano personal, y se han trasladado a la relación institucional entre estado y municipio. El incremento en los niveles de inseguridad que presenta esta ciudad se debe en gran medida a la falta de coordinación entre estas dos esferas de gobierno. Pero obvio que esto no lo ven, ni lo entienden, ni tampoco lo reconocen en la capital del estado.
En las  primeras semanas de su mandato, Corral dejó sentir su desprecio por esta urbe al ausentarse de manera prolongada. Contrario a sus iniciales promesas de hacer de Ciudad Juárez una prioridad para su gobierno. El estado de Chihuahua y en particular esta frontera pudieran encontrarse en otras circunstancias, pero no.  Se han desaprovechados doce meses, tiempo valioso que se fue para no regresar.
Al gobernador le ha ganado la víscera en más de una ocasión, tal parece que esa ha sido la tónica de su mandato. Se ha privilegiado mucho más el encono que el entendimiento. Se prefiere dedicar mucho más tiempo al desquite personal que a atender los problemas reales del estado, porque se gobierna más con aires de rencor y venganza que de justicia.  Tanto el actual mandatario como algunos de sus familiares en estos doce meses han dedicado mucho tiempo a la práctica del desquite y la confrontación.
Empezando con los medios, con quienes rompió relaciones en las primeras horas de su mandato. Y desde entonces no han dejado de privilegiar el ataque directo y personal  a varios comunicadores.  Existe un plan orquestado desde palacio de gobierno para darle seguimiento puntual a cada uno de los críticos de la administración corralista e iniciar ataques en cuanto se atrevan a comentar cualquier cosa en contra del gobernador. A pesar de haber prometido en campaña que su gobierno sería receptivo a la crítica, en los hechos Corral ha sido intolerante al periodismo que se ejerce en el estado de Chihuahua.
Sus promesas de resolver los crímenes en contra de periodistas en esta entidad, tampoco se han cumplido. Situación contradictoria ya que él ha participado como editorialista en diversos medios de comunicación desde hace más de tres décadas. Sorprende esa falta de compañerismo y solidaridad con el gremio. Gobiernos que toleren la crítica periodística, era lo que exigía en sus escritos quien ahora gobierna esta entidad.
Probablemente habrá un informe por el primer año de gobierno, pero seguramente no se abordaran los temas que los chihuahuenses conocen y padecen. De la escasa obra pública en el estado, sobre todo en esta ciudad; del regreso de los altos niveles de una violencia que se pensaba superada, de berrinches y desaires, o de los constantes  viajes a la ciudad de México para hacer grilla, de los muchos viajes a Mazatlán para jugar golf, o de los doce meses desaprovechados, de eso, seguro no se hablará.    

reflejojuarez@yahoo.com.mx

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