Javier Cuéllar Moreno/
Analista político
Algunos legisladores locales entre los que se significa el diputado Miguel La Torre Sáenz consideran que el fiscal, César Augusto Peniche Espejel, debe dar muchas explicaciones sobre la marejada de violencia asesina que está rebosando al estado de Chihuahua y que alcanzó su punto más cruel y sanguinario con la masacre de los internos del centro de rehabilitación “Uniendo Familias para Vivir Mejor” de la ciudad capital que arrojó hasta ahora 15 muertos y siete heridos, de los cuales algunos lo son de gravedad. Este acto de barbarie ha conmocionado a toda la comunidad.
Dice una vieja sentencia popular: “Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido.” La paz social alcanzada bajo la administración de César Duarte Jáquez, se ha roto en forma muy importante. Lo peor de todo es que nuestras autoridades parecen no tener un plan de contingencia definido más allá de la simple vigilancia al estilo de testigos de piedra, lo cual sume a la población en el más profundo desconsuelo y desconcierto. ¿Qué nos puede explicar el fiscal general?. ¿Qué, si ni él mismo sabe lo que está sucediendo?
Por su parte, el general Ricardo Fernández Acosta, comandante de la Quinta Zona Militar, ha externado que cuentan con una fuerza de 500 efectivos adscritos al 23 Batallón de Infantería para apoyar tareas de combate a la delincuencia organizada y que están en constante comunicación con las autoridades municipales y estatales del ramo para ese fin. La verdad es que no se ve nada en los hechos y los delincuentes se pasean a lo largo y ancho del estado a su entera voluntad. Lo cierto es que nada tienen. Esas fuerzas, al igual que todas las demás, permanecen ociosas. Nada más cobrando y haciendo antigüedad.
La ola de criminalidad que nos abate ha llegado ya a un clímax peligroso, sería injusto decir que estamos peor que en los años de la violencia desatada por la guerra contra casi todos los narcos de Felipe Calderón, no, pero para allá vamos con cierta prisa.
¡Urgen soluciones!
Renunciar al fiscal, Augusto Peniche, sería por lo pronto ocioso, mejor es que él se organice con su gente y contrate policías avezados y forme uno o varios grupos de inteligencia policiaca de investigación y asesten golpes certeros a las organizaciones delincuenciales.
Corral comparte nuestra angustia
De poco sirve espetar al gobernador Javier Corral, seguramente él se encuentra tan asustado y espantado como nosotros. La presión que contra él se ejerza no resulta fructífera, tan sólo lo estruja a tomar decisiones desesperadas que a la postre no conducirán a nada. El desconcierto seguirá campeando.
Los delitos que se cometen son clara competencia del Gobierno del Estado pero la responsabilidad operativa se encuentra entre los mandos intermedios de la policía investigadora. Es ahí donde deben realizarse los ajustes necesarios en busca de personal con la suficiente destreza para resolver los problemas con efectividad. De hecho pueden asesorarse con las corporaciones policiacas de los Estados Unidos que presumen tener experiencia operativa en eso de la investigación contra delincuencia organizada, aunque en el combate a las mafias del narcotráfico también han fracasado, pero es lo mejorcito que se tiene.
Nos queda otra solución al problema de la extrema violencia generada por el narcotráfico. Es la legalización del comercio de estupefaciente. Se quitaría al mercado negro de los enervantes su ingrediente de violencia, aunque con ello nos quedaríamos con un entuerto de drogadicción más agudo, pero al menos se acabaría todo este baño de sangre salvaje al que nos están sometiendo. Esa solución no está en manos del gobernador Javier Corral sino del congreso federal. Tal vez tengamos que llegar hasta ahí.
El PRI va por la revancha
Por otra parte, en preparación a los retos que el proceso electoral del 2018 representa para el PRI en Ciudad Juárez su nuevo presidente, Oscar Nieto Burciaga, ha conformado los básico de su equipo de trabajo con un grupo de priístas que amalgaman juventud y experiencia.
De esa manera nombró como su secretario de finanzas a David Hernández Peñaloza; como secretario de vinculación con la sociedad civil a Allan Lozoya Ramos; asesor jurídico a Manuel Guzmán Pérez; y de vinculación con el empresariado a Alejandro González Nieto; como secretario de acción electoral al profesor Alfonso Luján Gutiérrez. Habrá más nombramientos porque es mucho el trabajo y para realizarlo eficientemente debe dividirse.
El reto que les espera a estos dinámicos tricolores es muy grande. El partido viene de sufrir una de sus más estrepitosas derrotas y debe sobreponerse a ella. Lo peor de todo, casi sin dinero, por lo que este grupo afrontara la difícil tarea de liderar voluntariado.
Con estos nombramientos se puede entender que el PRI se está abriendo poquito a las corrientes jóvenes que vendrán a constituir el relevo de la vieja guardia que nos dicen por ahí ya está muy cansada y decepcionada por tanto egoísmo y cerrazón que se ha dado en el pasado.
La nueva directiva no está sola, cuenta con asesores de gran experiencia como lo es el licenciado Wilfrido Campbell y se le desea todo el éxito del mundo. Con este grupo el partido aplanadora espera demostrar que no está borrado del mapa político local y que todavía existe partido para rato.
La voladora contra los prestanombres
En días pasados algunos agentes ministeriales realizaron un embargo precautorio en un rancho en la localidad de Villa López propiedad del empresario duartista Otto Valles, a quien la Fiscalía reputa como presunto prestanombres del exgobernador César Duarte Jáquez, presumiendo que dicha propiedad en realidad pertenece al exmandatario ahora refugiado en la ciudad de El Paso Texas en espera de que pase todo el chaparrón corralista de “venganza para Chihuahua”.
Dice por ahí un viejo adagio popular: “Si ves las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”. Y todo se calienta en el estado de Chihuahua. En muchos círculos allegados al exgobernador, tanto en lo político como en lo empresarial e incluso en lo personal, se ha expandido un grave temor porque muchos de ellos se hicieron de grandes propiedades, especialmente ranchos (¡cómo les gustaban los ranchos!) durante ese sexenio.
Ahora a la Fiscalía no le parecen muy claras las fuentes de esos recursos económicos y las atribuye a la figura de prestanombres. Los embargos y decomisos no se harán esperar, pero lo más grave sería que los vinculen a los procesos penales contra el licenciado César Duarte por complicidad o encubrimiento colaboracionista lo cual pudiera reducirlos a prisión. La cosa esta de cuidado y siembra mucho temor entre la clase político empresarial del estado.
De gorrones y miserables
Lo cierto es que en nuestra sociedad existen muchos gorrones que bien pudiéramos llamar miserables, La Renata está plagada de ellos.
La palabra miserable reconoce su origen etimológico en el latín Miserabilis derivada de Miser con el significado de desgraciado. La calificación de miserable podemos atribuírsela a cosas, sentimientos, experiencias, o personas, siempre con connotación negativa. Ejemplos: “la casa en la que vive Luis está tan arruinada, que presenta un aspecto miserable”, “es muy miserable de tu parte negarte a ayudar a tu hermano en una situación tan traumática”, “viví una de las más miserables experiencias, cuando fui secuestrada y privada de mi libertad y dignidad”, “Juan es tan miserable que guarda su dinero en el colchón y vive como un mendigo”, respectivamente.
En ciertos casos, y con una significación diferente, la persona miserable es la que se aprovecha de otros y los engaña para su provecho. También designa a quien tiene valores materiales pero los guarda y vive en forma denigrante. Lo miserable alude en todos los casos a escasez; en estos dos últimos casos la falta es ética y espiritual. En estos casos estamos hablando ciertamente del gorrón.
Una persona debe vivir y conducirse de acuerdo a su verdadera situación económica, ni por arriba de ella ni por debajo de ella y estos comentarios vienen al caso por la alusión de la opípara cena que disfrutaron las señoras Luz Estela Castro, Stefany Olmos y Emma Saldaña Lobera en el famoso restaurante Mochomos de la ciudad de Chihuahua capital. Ellas ganan sueldos muy elevados como para darse, cuando les plazca, esos lujos sibaritas, lo malo sería que esas cenas se las cargaran al erario público pero si ellas las pagan de su peculio pues nada malo hay en eso.
Pero lo que se sabe es que esa exótica comida la pagó la presidente municipal de Chihuahua señora Maru Campos así como el banquete del Shangri La, ofrendado a José Luis Rodríguez en días pasados. Este lo pagó la secretaria de Innovación y Desarrollo Económico del gobierno del estado. O sea se trata de gorrioncillos pechos amarillos a costillas de los dineros del pueblo devorador de frijoles. ¡Pobres políticos ricos en países de pobres! No tienen empacho en engordar a costa de los fregados.
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