Opinion

Cuando pase el temblor…

Sixto Duarte/
Analista

2017-09-25

Uno de los grupos de rock en español que más ha influido en mí, y del cual me declaro su fan, es Soda Stereo. Gustavo Cerati, su vocalista  y quien falleció hace poco más de tres años, fue uno de los rockeros más influyentes del género en español, y un referente obligado en la historia musical de los 80s y 90s. En más de una ocasión las letras de sus canciones fueron objeto de análisis y reflexión; muchas veces profundas, muchas veces sin sentido aparente, Cerati compuso un enorme cúmulo de canciones que se dieron a conocer a través de su carrera como vocalista de Soda Stereo, y en su breve carrera de solista.
Una de estas canciones fue “Cuando pase el temblor”, escrita por el mismo autor. Al igual que muchas de sus canciones, el significado se ha tratado de desentrañar por décadas. Diversas interpretaciones se han hecho de la misma. Muchos le asignan una connotación sexual, mientras que otros tantos le atribuyen una interpretación en el sentido de que el temblor es de hecho una dictadura (como la de Pinochet, vigente en aquel momento). Otras interpretaciones más literales indican que el tema es precisamente un temblor, pues Cerati se encontraba componiendo dicha canción cuando ocurrió el temblor de 1985 en México.
El pasado 19 de septiembre se cumplían treinta y dos años del terrible terremoto de México que dejó miles de muertos. Justamente el día que se conmemoraba aquel lamentable hecho, volvió a temblar en la Ciudad de México y alrededores.
A partir del momento del terremoto, la población se solidarizó y se dedicó enteramente a las labores de rescate. Habiendo vivido hace un mes el impacto de ‘Harvey’, y habiendo visto cómo la sociedad se volcaba en lanchas a rescatar a damnificados del techo de sus casas, me conmovió en sobremanera ver imágenes de la gente colaborando en los rescates de la gente atrapada bajo los escombros. El gobierno federal y los de los estados afectados (incluido el de la Ciudad de México) respondieron de forma pronta y adecuada a las diversas contingencias presentadas en los lugares donde impactó con mayor fuerza el fenómeno. En situaciones como esas, la población no tolera de ninguna manera que se lucre políticamente con la catástrofe y el dolor de la gente. De ahí que los diversos gobiernos (todos ellos emanados de distintos partido políticos) hayan respondido de manera eficaz, sin querer llevar agua para su molino. La sociedad y el gobierno mostraron carácter y madurez para enfrentar esa adversidad.
Desde luego que, hay quienes buscaron pescar en río revuelto. A la periodista Lydia Cacho, en su arraigada fobia antipeñista, se le ocurrió señalar que el gobierno había llegado tarde a las labores de rescate, a pesar de que el gobierno estuvo actuando desde el primer instante. Lo que en otro momento hubiera sido aplaudido por la comunidad twittera, fue repudiado casi de manera unánime. De mezquina y difamadora no la bajaron.
El pueblo mostró una enorme capacidad solidaria en esta tragedia. Aunado a ello, actuó con madurez atendiendo lo prioritario, que era el rescate, sin distraerse en politiquería. Sin embargo, una vez pasado el temblor y el temor del fenómeno, las cosas empezaron nuevamente a ubicarse en el lugar que ocupaban antes de la tragedia. Al Gobierno de Morelos se le señaló por acumular los apoyos enviados a los damnificados, y querer promoverse con ellos. Se inició una campaña mediática para la reducción de las prerrogativas de los partidos políticos, y destinar esos recursos a las labores de reconstrucción. En lo personal me parece que los partidos políticos deben recibir menos prerrogativas, y transparentar su gasto. Pero renunciar al presupuesto público es una medida populista. Si los partidos renuncian a estos recursos, el dinero saldrá de algún lugar. ¿De dónde pudiera salir ese dinero? ¿Del narcotráfico? ¿De empresarios que querrán cobrar favores una vez instalados en el poder?. Esos son los riesgos al eliminar el dinero público para los partidos. El dinero destinado a los partidos representa el 0.1% del presupuesto de egresos. ¿Se debe recortar únicamente en ese rubro?. En lo personal me parece peligroso y corremos el riesgo de tener un Proceso 8000, como Samper en Colombia.
México fue muy maduro en la tragedia. Debemos seguir siendo maduros cuando pase el temblor. Como diría Cerati, “despiértame cuando pase el temblor…”

sixto.duarte@gmail.com

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