Sergio Conde Varela/
Abogado
Se transformó México. Corrió esa noticia como reguero de pólvora. Los niños, hombres, mujeres, jóvenes y viejos manifestaban con poderosa voz ese hecho de cambio y evolución, sin tratarse desde luego del terrible sismo del 19 de septiembre, sino del clamor que circula velozmente por calles, ciudades, estados, en una palabra, por México entero en el año esperado del 2018 que dará a luz , la madre de las elecciones.
Fue de tanto poder el lenguaje colectivo usado, que de inmediato se sintió una trasmisión profunda que pasó allende las fronteras hacia el norte de la nación ligadas con Estados Unidos y Canadá y al sur colindante con Latinoamérica. Con rapidez inaudita rebasó fronteras y en pocos minutos se extendió el grito por Europa y los demás continentes.
Igual de rápida que la primera noticia se formuló la pregunta ¿Cómo se dio ese cambio proclamado? A la velocidad de la luz, vino la respuesta colectiva: “Se transformó el país porque los mexicanos cambiamos nuestra antigua manera de pensar por una nueva”.
Vamos a triunfar porque así pensamos y hemos puesto manos a la obra. Sabemos que somos hijos de Dios y por ello rechazamos a fondo el hecho que en el año 2016, siete mujeres según la organización de damas pro defensa de la mujer fueron privadas de la vida cada día sin detención del o los culpables.
También condenamos la apatía manifiesta para arrancar de la pobreza extrema a 26 millones de pobres y a 54 millones con pobreza generalizada. Existen en nuestro país 26 mexicanos con capitales todos ellos mayores de mil millones de dólares en efectivo, además de otros cuantiosos bienes y no se ha pasado un solo programa que impulse a esos barones de las finanzas para producir enormes cantidades de fuentes de trabajo para reducir la hambruna de tanta gente.
Nuestros antepasados fueron personas de capacidades innatas que proyectaron a nuestra Patria como generadora de hombres y mujeres y hasta la fecha reciben el reconocimiento universal por sus grandes construcciones y su avanzada ciencia.
Por lo anterior y por otras razones, la decisión para el triunfo personal y comunitario dependerá de nosotros y de nadie más y se dará por razón natural. Ya no se embaucará por la mentira, por los malos manejos y por el miedo. Lo anterior será arrancado de raíz sin duda alguna.
Nuestro triunfo surgirá de un ambiente de respeto y de inteligencia suprema. Los moradores de estas tierras vamos a cambiar nuestro entorno como nosotros pensemos y no descansaremos hasta alcanzar el éxito. Nuestra decisión será insobornable rompiendo barreras de conductas infames.
Depende de nosotros, juarenses, chihuahuenses y mexicanos y de nadie más, sin titubeos, sin dudas, porque el que duda dice la Escritura es como ola de mar, con su vaivén interminable
Realmente por los hechos y condiciones que se han dado, México, vivirá en 2018, un episodio crucial en su historia que se condensa en esta frase “como el hombre y la mujer piensen así serán”
Ejemplo real y no aparente, los países Noruega y Suiza han puesto en práctica ideas similares y sin hacer escándalos demagógicos son de los pueblos más avanzados en todos los órdenes del mundo en que vivimos
Es un hecho que está al inicio de este proceso la elección política, diferente a muchas del próximo año. Hay factores positivos y negativos que giran alrededor del 2018 y eso lo hace inédito, misterioso y que envuelve grandes sorpresas en todos los órdenes y por razones obvias lo impulsa a ser un movimiento transformante, decidido, práctico y poderoso.
A estas alturas ya se han colgado los hábitos de las estafas públicas y quien no lo crea, lo verá poco a poco, paso a paso, firmemente. Sin dudas, sin titubeos.
Creemos con toda sinceridad que el año entrante, los juarenses, chihuahuenses y mexicanos podremos por derecho propio recibir bocanadas de aire fresco.
Y… colorín colorado, este cuento se ha acabado… Si así lo queremos . De nuevo... si así lo queremos. Ojala y no.
condevarela81@hotmail.com