LA COLUMNA
de El Diario
• Empolva Corral expediente de Miroslava
• Reserva boletos Maru para salir a Colombia
• El ahijado de “El Güerito” no hizo la tarea
“El Cabo”, César Raúl Gamboa Sosa, alcanzó un rango arriba de importante dentro del crimen organizado en Chihuahua. Al morir tripulaba una GMC Denali blindada. Ninguna autoridad quiso informar si era robada o propiedad de quién en caso de que fuera legal.
Numerosos grupos de sicarios de distintas partes del estado protegían a ese jefe del narco en su principal centro de operaciones, Cuauhtémoc. Fue emboscado cuando se dirigía de esa ciudad a Bachíniva.
Cayó “El Cabo” en aquella balacera que alcanzó grandes espacios en medios informativos estatales y nacionales pero de la que fluyó muy poca información oficial. Agua revuelta entre bandas delictivas y policías.
Oficialmente sobre la muerte de Gamboa hubo sólo una fotografía del fiscal general del estado, César Augusto Peniche y del comisionado de seguridad, Óscar Alberto Aparicio, junto al cuerpo del capo y otros ocho miembros de su grupo acribillados... o también de sus antagonistas. Nunca aclararon.
Se habló de una balacera que duró varias horas, que hubo más de 30 muertos e incontables heridos. Se mencionó que el enfrentamiento fue contra Arturo Quintana, “El 80”, un objetivo del gobernador, Javier Corral, desde que el panista andaba en campaña electoral... ¿Verdades?. ¿Mentiras?. ¿Medias verdades? Todo puede ser en ese mundo.
Ahora se habla de otra realidad: un nuevo grupo del crimen organizado que opera principalmente en las regiones de Cuauhtémoc, la ciudad de Chihuahua y Juárez. Eso ha dicho el fiscal Peniche ante el incremento de la violencia en el estado. La capital del estado y esta frontera como los principales centros de guerra. Debe destacarse en esa confrontación la importante ausencia de las dos principales policías en las calles, las municipales y la estatal. La Federal siempre ha estado ausente. Van más de 60 ejecutados en esta frontera sólo durante septiembre.
No es un nuevo cártel el que anda operando, dicen los especialistas en el tema, son los operadores huérfanos de “El Cabo” y desprendimientos de otros grupos (de la propia Línea a la que pertenecía Gamboa), Gente Nueva, Nueva Generación e independientes. El desorden está en su clímax porque los grupos tradicionales buscan retener los espacios considerados propios.
Hay fuego para rato, según observamos de la “conveniente” inmovilidad en las corporaciones de seguridad.
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Acaso dos o tres días después del enfrentamiento en Cuauhtémoc que costó la vida a “El Cabo”, fue asesinada en la ciudad de Chihuahua la colega periodista, Miroslava Breach Velducea. Hoy se cumplen justo seis meses de aquel asesinato impune.
Los victimarios de Miroslava han sido siniestros. Días después de los hechos, apareció en Chihuahua el cuerpo de un hombre. Dejaron en él una cartulina adjudicándole la muerte de la periodista. Distractor, concluyó la Fiscalía. Entre esa muerte y mensajes dejados en mantas las acusaciones apuntaban al bando contrario como responsable del crimen.
Nada de eso, aclaró la Fiscalía. El gobernador Corral y el propio fiscal Peniche aclararon que las investigaciones señalaban a la tierra natal de la colega: Chínipas, donde el grupo de los Salazar Zamorano habría sido afectado en objetivos políticos por publicaciones de Breach.
Corral entregó semanas después del asesinato un supuesto expediente sobre el tema al presidente, Enrique Peña Nieto. Hasta ahí llegó todo. Ni un milímetro de avance desde entonces, casualmente cuando empezaba a trascender la participación (como intermediarios) entre los supuestos autores intelectuales del asesinato y varios personajes destacados del Partido Acción Nacional (PAN), el exalcalde de Chínipas, y el vocero blanquiazul en el estado, Alfredo Piñera Guevara.
Acaso hoy el gobernador emita algún posicionamiento sobre ese crimen más obligado por la manifestación que llevarán a cabo frente a Palacio de Gobierno colegas y familiares que otra cosa.
“Seis meses sin tu voz… sin resultados, sin culpables, sin justicia”, dicen los carteles que fueron distribuidos durante la víspera para la protesta de este sábado a las once de la mañana en la Plaza Hidalgo.
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Lunes 25 y martes 26 de septiembre son de actividad gremial periodística en Ciudad Juárez. Es la presentación del libro Narco Periodismo (de Javier Valdez Cárdenas), que será comentado por el jefe de información de Ríodoce, Andrés Villarreal; y un foro llamado “cobertura periodística del narcotráfico en México; vivencias y retos en la frontera norte”, donde participarán colegas de Zeta, Proyecto Puente, El Diario de Juárez, Vanguardia, El Mañana y Ríodoce.
Ambos eventos son a las siete de la tarde en el Museo La Rodadora. Los enmarca la Feria Estatal del Libro que se desarrolla ahí mismo, organizada por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ).
Los eventos para el gremio periodístico y público en general son llevados a cabo por La Red de Periodistas de Juárez.
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La alucinación terminó. Con esta expresión un alto funcionario del gobierno estatal en Ciudad Juárez consideró como nacido y muerto el proyecto de un periódico impreso manejado por el coordinador de comunicación social del gobierno estatal, Antonio Pinedo Cornejo.
La operación de ese plan fue puesta en manos del periodista José Pérez Espino. Estuvo trabajando varias semanas en esta ciudad. Generó varios estudios y opciones de presentación. Tuvo el gobernador Javier Corral los resultados en sus manos.
Fue planteado el esquema con una “innovadora” participación de la Iniciativa Privada. Un grupo empresarial de los más influyentes en Juárez formaba parte del plan. No cuajó por inviabilidad financiera.
Pérez Espino fue integrado el miércoles al equipo de comunicación social central en Palacio de Gobierno como asesor de Pinedo.
Hasta ahí llegó esa historia. Sigue la otra, la de la televisión estatal que fue presupuestada en 50 millones y lleva ya 400 millones de pesos. Les quedan otros cuatro años para la planeación.
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Viene otra gira internacional top secret de la panista presidenta municipal de Chihuahua, María Eugenia Campos. Este sería el tercer viaje y su quinta semana ausente de la ciudad bajo su gobierno desde octubre del año pasado.
Nos aseguran que ahora la alcaldesa tiene boletos reservados para ir a Colombia. Alguna de nuestras fuentes dice que su viaje es de mero relax, otra que por equis problema de salud... y otra hasta menciona asuntos de carácter estético.
Las especulaciones abundan porque no se genera información oficial sobre esos viajes. Ni la primera autoridad que es el Cabildo conoce a ciencia cierta los motivos de esas ausencias recurrentes.
Se ha rumorado que la alcalde ha viajado antes a Canadá, a España y otros lugares, pero los datos no han sido confirmados. A su regreso ella sale de inmediato por la tangente y sólo explica: “gracias a Dios todo salió bien”. Hoy sí hemos podido confirmar con fuentes extraoficiales que va a Sudamérica.
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La renta de 110 vehículos para la Secretaría de Seguridad Pública se cayó en la sesión de Cabildo del jueves por la tarde porque de plano no le cuadraron los números al oficial mayor, Víctor Manuel Ortega Aguilar, cuate-pariente del administrador de la ciudad, Rodolfo “El Güerito” Martínez.
Mínimo una amonestación se debe haber llevado el funcionario por parte del alcalde, Armando Cabada. Entre regidores del PAN y hasta del Verde, con preguntas inocentes sobre las corridas financieras, tumbaron el punto.
Desde luego la discusión fue larga. La independiente Rosario Valadez salió como siempre al quite en favor de la alcaldía y hasta buscó insultar a sus opositores del PAN: “hay contadores a los que no les cuadran las cuentas porque nunca han ejercido”, les soltó a sus compañeros del PAN, Hiram Contreras y Eduardo Fernández.
Estilo duelo secundariano contestaron a ella: “hay maderas que no agarran el barniz”.
El negocio se cayó por lo pronto. Regresará la discusión en la próxima sesión del Cabildo... o antes.
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Terminó ayer el desahogo de pruebas en el juicio oral sobre los asesinatos de 11 muchachas casi adolescentes adjudicados al líder de un grupo de narcomenudeo y prostitución, Pedro Payán, “El Pifas”. Los crímenes ocurrieron entre 2009 y 2011. El viernes de la semana entrante serán los alegatos de clausura y el fallo correspondiente a cargo del tribunal de enjuiciamiento penal que lleva el caso, presidido por la juez Elizabeth Villalobos.
Es un caso histórico en la historia de feminicidios ocurridos en esta frontera. Considerablemente mayor en muchos sentidos a los estremecedores ocurridos en los Campos Algodoneros, Cerro del Cristo Negro y Lomas de Poleo...
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