Opinion

El 11 de septiembre

Sixto Duarte/
Analista

2017-09-11

El día de ayer se cumplieron 16 años del más grande ataque terrorista del que se tenga memoria: el ataque al World Trade Center en Nueva York. En gran medida, la historia contemporánea bien puede dividirse en el antes y el después del ataque perpetrado por Osama Bin Laden y Al Qaeda. Como consecuencia de dicho acto, el mundo cambió, no nada más respecto al entorno geopolítico en que se ha dividido el planeta, sino en múltiples aspectos que, en primera instancia, parecerían no guardar ninguna relación con el cobarde atentado.
Todos recordamos qué estábamos haciendo esa mañana de septiembre. Yo en lo personal, recuerdo que iba rumbo a la escuela. Tenía clase a las 7:00 ó 7:30 AM, y como cada mañana, escuchaba radio en mi trayecto. En aquel momento, en el programa que iba escuchando, el locutor comentó que aparentemente una avioneta se había estrellado en una de las torres gemelas en Nueva York.
El locutor decía, que probablemente el accidente se debiera al mal tiempo o a la neblina y que por la posible impericia del piloto, había ido a estrellarse justo a una de las torres gemelas. Debo precisar para las nuevas generaciones que no recuerdan con precisión aquella fecha, que si bien contábamos con internet, las redes sociales no existían en la forma que existen ahora, y que la información no viajaba a la misma velocidad que viaja ahora. Facebook todavía no existía como hoy y su creador Mark Zuckerberg, probablemente iba a la escuela esa mañana justo como yo o millones de jóvenes en el mundo.
Al llegar a la escuela, mis compañeros y yo entramos a clase de informática. El tema del día era PowerPoint o Excel, por lo que no requeríamos estar ‘surfeando’ el internet, aunado a que, como decía anteriormente, la información viajaba de manera más lenta en ese momento. Al cambiar de salón, a uno que tenía televisión, muchos fuimos testigos del segundo avión estrellándose en aquella enorme e imponente estructura, que parecería invencible ante los ojos comunes. Poco más de media hora después, y en directo por televisión, ante nuestros ojos y los de millones de personas que seguían la misma transmisión en el mundo, se colapsaba una de las torres gemelas. Casi al mismo tiempo, un avión se estrellaba en el Pentágono, el centro militar más importante del mundo, y otro avión caía en Pensilvania. Se creía que éste último tenía como destino la Casa Blanca o el Capitolio.
En ese momento, la historia y el mundo habían dado un enorme giro, sin siquiera habernos percatado. Vimos el cobarde ataque en directo, pero no alcanzábamos a entender las enormes consecuencias de lo que habíamos presenciado. Sin saber si había sido un acto militar, o uno terrorista, muchas personas, incluso el profesor, auguraban el inicio de una tercera guerra mundial. Por fortuna no se llegó a eso, pero el mundo sin duda alguna cambió. A partir de ese día, Estados Unidos endureció su sistema migratorio, y las revisiones en sus puertos de entrada. Todos los que hemos crecido en esta frontera recordamos que el ir a El Paso implicaba hacer “enormes” filas en los puentes de hasta veinte minutos. En diciembre, las filas se incrementaban y había quienes hacían “hasta una hora”. Suena de risa que hoy en día, el hacer veinte minutos de fila una mañana para ir a El Paso suena casi imposible. Días después de los ataques, las filas que se hacían se incrementaron enormemente. En ese momento, las filas llegaron a promediar entre tres y cuatro horas para cruzar a El Paso. Las revisiones se volvieron más exhaustivas a partir de ello.
Las instituciones financieras iniciaron a ejercer controles más estrictos verificando el origen del dinero que ingresa al sistema financiero norteamericano. El combate al terrorismo y lavado de dinero han tenido como arena el sistema financiero. Las revisiones en los aeropuertos se incrementaron drásticamente. Antes, era costumbre que la gente fuera hasta la puerta de embarque a despedir a sus seres queridos.
A partir de entonces es imposible. La xenofobia y discriminación siempre han existido, pero a partir de dichos ataques, la comunidad musulmana ha sido víctima de estas conductas en mayor escala, junto con la comunidad inmigrante en cualquier país. A partir de entonces el mundo es un lugar en el cual podemos confiar poco de los demás. Con tanto odio que existe en el planeta, la psicosis y la paranoia están presentes en cada aspecto de nuestras vidas.

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