Opinion

La nueva esperanza

Sergio Conde Varela/
Abogado

2017-09-08

En el año 2012, Benedicto XIV, beatificó a José Guissepe Toniolo, un abogado y economista laico, italiano, con una trayectoria impresionante en Derecho y Sociología económica, egresado de la relevante Universidad de Padua. Murió el siglo pasado en 1918 prácticamente al terminar la primera guerra mundial.
Sus ideas se desprendieron de las letras de Santo Tomas de Aquino y de Santa Teresa de Ávila. Una de ellas de gran trascendencia para nuestros días fue la de subordinar la economía a la justicia como requisito para operar.
Además con gran impacto vinculó la ética con las prácticas económicas y fue contrario de manera manifiesta al liberalismo de los barones de las finanzas y al socialismo. Subrayó la importancia de los valores cristianos para que operara una sociedad justa.
Fue este abogado, promotor de las semanas sociales para defensa y capacitación de los trabajadores y defendió con brillantes tesis el descanso semanal, el límite de las horas de trabajo y algunas de estas ideas se implantaron en la Ley del Trabajo nuestra de 1931.
Esta breve biografía es de gran utilidad y de brillantes luces para lo que ha sucedido en nuestra tierra.
En nuestra patria grande y chica, urge que se levante la ética sobre los actos inhumanos de quienes manejan las finanzas del gobierno y se aprovechan abiertamente de sumas millonarias que repercuten con estruendo en las miserables economías que tienen millones de mexicanos, incluidos los marginados del estado y nuestra ciudad.
Un fraude detectado por “Mexicanos contra la corrupción y la impunidad” y “Animal político” se eleva a la suma de siete mil millones de pesos de los cuales se destinaron tres mil 433 millones a empresas fantasmas todas ellas desaparecidas según las investigaciones hechas.
La “gran estafa”, como la llaman los investigadores, involucra a 11 dependencias de suma importancia del Gobierno Federal y originó que la Contraloría mayor del Gobierno federal dijera a través de su titular que se debe proceder de inmediato contra los responsables.
Por otra parte son conocidos en el país entero, los célebres procesos penales en contra de los ex gobernadores de Chihuahua, Veracruz y Quintana Roo. Sólo Javier Duarte ex gobernador de Veracruz se encuentra en prisión en dicho estado; el de Quintana Roo está en las manos de la justicia internacional en Panamá y el de nuestro estado se encuentra en Estados Unidos, con un proceso abierto por denuncia presentada por el abogado chihuahuense Jaime García Chávez.
Estos hechos han involucrado lamentablemente  a personas de universidades, a muchas empresas ya sujetas a investigación, por haber asignado dinero a trabajos que no se hicieron y que se simularon a rabiar contratos inexistentes desapareciendo millonarias sumas asignadas por el gobierno.
Es absurdo y hasta enfermizo, que se hayan esfumado tantos miles de millones y no supieran los responsables de la existencia de 54 millones de pobres, 26 de ellos en extrema pobreza.
Por lo anterior, las ideas señaladas del abogado economista italiano en el principio de este comentario, de subordinar todas las operaciones del gran capital de los servidores públicos a la justicia  sirven para que se entienda que para el gobierno lo primero es la gente, en especial los más desprotegidos. Seguramente cuando esos funcionarios han sido comerciantes o empresarios con sus propios negocios, revisan hasta el último centavo de sus movimientos. Si pasaran los desvíos y los fraudes que se dan con los dineros estatales en sus negocios, seguramente serían ya difuntitos con ramilletes panteoneros.
Es tiempo de que nazca en México y en nuestra tierra una nueva esperanza que es la de trabajar como es debido, con decisión y empeño, guardando la capacidad de administrar correctamente, México lo exige, la historia lo demanda y el sentido común lo indica. Justicia a secas queremos quienes vivimos en estas tierras.

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