LA COLUMNA
de El Diario
El dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya, negoció entre las cámaras de diputados y senadores del Congreso de la Unión impunidad para su enriquecimiento inexplicable sorpresivo en sólo 15 años.
Mientras llegaba al pináculo del sistema político nacional, consiguió su familia incrementar de 20 a más de 300 millones de pesos su fortuna.
Tras la revelación informativa correspondiente a cargo de El Universal, el dirigente blanquiazul fue objeto de señalamientos e investigación oficial. Su imagen arrastró el suelo. Peligró su estancia en la pelea por la candidatura presidencial 2018. Margarita Zavala tocó el cielo.
Tuvo el dirigente partidista una oportunidad de continuar respirando y la aprovechó. En el Senado fue impuesto como presidente de la mesa directiva un acérrimo opositor interno, Ernesto Cordero. Esperó con paciencia a la integración de la mesa directiva de la Cámara de Diputados para usar su fuerza legislativa (aliado con el PRD y MC).
Condicionó la votación correspondiente a retirar el artículo transitorio de la Ley Anticorrupción que daba pase automático al procurador general de la República como fiscal de ese otro recién creado mounstro burocrático. México se quedó sin Cámara de Diputados por unos días hasta que cedió el PRI. Ayer.
Operadores personales de Anaya negociaron con el gobierno de la República “bajar” de los medios y de las presumibles investigaciones su enriquecimiento “inexplicable”. Las discusiones fueron extensas entre las noches de lunes, martes y miércoles. César Camacho, Emilio Gamboa, Miguel Ángel Osorio, el mismo Anaya, los principales protagonistas.
El pase automático sólo fue la cereza pública del pastel que disfrutó en público el líder blanquiazul. En privado, el gozo es la impunidad.
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El presidente municipal de Ciudad Juárez y operadores de su equipo intentaron sincronizar fechas y actividades con el Gobierno estatal pero ni el teléfono les contestaron.
La Feria Juárez 2017 fue anunciada hace más de 10 días para ser desarrollada durante la primera quincena de octubre. Aunque arrancará el 29 de septiembre. El Festival Internacional Chihuahua (FICH) recorrerá las tres últimas semanas de octubre, según dieron a conocer en la ciudad de Chihuahua el pasado lunes.
Ambos niveles de gobierno se pisarán las mangueras. Sigue sin tregua la distancia marcada entre el gobernador Javier Corral, y el alcalde Armando Cabada. Es la competencia por la plaza electoral, la mayor del estado con su casi 40 por ciento de electores.
De antemano podemos adelantar quién se llevará el público. Para efectos populares no hay comparación alguna entre Julión Alvarez y Calibre 50 contra Aterciopelados, Ana Torroja o la estadunidense Maimouna Youssef (¿¿??!!).
Entre paréntesis debemos mencionar que si bien está Julión amarrado para el 11 de octubre, sus abogados dudan en cancelar el contrato porque el Departamento del Tesoro estadunidense ya entró en contacto con su similar de Hacienda mexicana para ver ese y otros casos.
No tenemos duda que la Plaza de la Mexicanidad se desbordará con el gentío mientras algunas almas muy solidarias se apersonarán en el Centro Cultural Paso del Norte para escuchar juntas a las orquestas filarmónicas de Chihuahua y Baja California.
Dirán algunos lectores (as) que son públicos distintos pero en dilemas como el presente aun al más sofisticado lo jala el aroma a tacos, enchiladas, cerveza y las adictivas voces de cantantes populares. Ya lo confirmaremos.
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El Estado no pudo ponerse de acuerdo con el municipio para no empalmar fechas entre el FICH y la feria juarense no sólo por la interminable pendencia entre Cabada y Corral. Esa fue quizá la razón menor.
El problema mayor lo tiene el gobernador todavía en la Secretaría de Cultura. La nueva secretaria, doña Concha Landa, no ha superado los conflictos internos que sufre la Secretaría ni en su oficina de la ciudad de Chihuahua y menos en Juárez.
Mencionamos en este espacio la renuncia de la coordinadora original del FICH, Elizabeth Moreno por desavenencias con la intumbable subsecretaria de Cultura en Juárez, Austria Galindo .
Doña Concha envió de Chihuahua a Raúl Balderrama para hacerse cargo de continuar el trabajo de Moreno, pero de inmediato entró en pleito con los coordinadores juarenses de área, Daniel Miranda, Pablo Juárez y Oralia Palos. Se habla de despotismo, maltrato e informalidad tanto por parte de Balderrama como de la propia sobrina del subsecretario de Gobierno en esta frontera, Ramón Galindo.
Ese es y será el principal problema que enfrenta el otrora reconocido Festival Internacional Chihuahua. El mal ambiente se respira por cada esquina de la Subsecretaría.
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La secretaria general de Morena en el país, Yeidckol Polevnsky, tiene una fijación especial por Chihuahua.
Desmenuzó la operadora número uno de “El Peje” listas y nombres que los afanosos representantes de su partido en Chihuahua le llevaron hace unos días como precandidatos (as) a senadores y diputados.
Cual maestro (a) acucioso de secundaria pasó su vista una, dos y hasta tres veces por el listado. Echó telefonazos y pidió hacer de nuevo la tarea. Nuevas “encuestas”, otras revisiones.
Martín Chaparro, el dirigente estatal por su lado; y Juan Carlos de la Rosa por el suyo, tendrán que avocarse a buscar más perfiles y ampliar sus sondeos entre mayor número de chihuahuenses.
Ese trabajo deberá llevarse a cabo nuevamente si doña Yeidckol se sale con la suya pero los Morenos chihuahuenses ya tocan las puertas de su jefe Andrés Manuel López Obrador para que apruebe las listas y continuar hacia el 2018.
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Atención especial en ese partido merece la disputa que se está llevando a cabo por las candidaturas en primera fórmula al Senado, que necesariamente deben ser para mujeres.
Las encuestas arrojaron a la terna conformada por Bertha Saldaña, Bertha Caraveo y la diputada local, Leticia Ortega, pero pocos fuera del círculo de Juan Carlos y el diputado Pedro Torres, quedaron contentos.
Otro frente de Morenos insiste que esa primera fórmula debe ser encabezada por la exdiputada tricolor chihuahuita, Patricia Borunda, empujada por un fuerte grupo de izquierda en la ciudad de Chihuahua y por el secretario de Desarrollo Social del Gobierno estatal, Víctor Quintana Silveyra, donde ella también labora.
Borunda está respaldada también por la jefa del Consejo de la Judicatura, Luz Esthela, “Lucha” Castro, con cuyo equipo se reúne frecuentemente, ya en el Sanborns de Ortiz Mena, ya en la residencia de “Lucha”.
Promete dar la batalla. La está dando.
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El director de Ecología del municipio, Jurgen Ganser Carbajal, y su jefe político directo, el diputado del Partido Verde, Alejandro Gloria, pusieron a trabajar a sus sabuesos al interior de la dependencia municipal para proceder contra quienes filtraron información a esta columna sobre la corrupción en esa área. Quieren carne de sapo.
La fama de Jurgen es de antaño, va más allá de su actual cargo, pero ha dicho que las críticas han surgido por el “trabajo de limpieza” llevado a cabo entre inspectores, funcionarios y empresas que se “arreglaban” con mordidas para cualquier trámite. Al director lo acusan de usar a los empleados municipales hasta para “encargos” de su esposa y sus negocios.
Ha prometido don Ganser que pronto dará sorpresas sobre quiénes son los “verdaderos” responsables de la corrupción; algo así como lo ocurrido en la Dirección de Comercio, la pelea entre facciones descubre las irregularidades y son despedidos los eslabones más débiles de la cadena.
Esa es la sorpresa que tiene Jurgen. Su jefe Gloria también exige castigo.
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El descaro y el desprecio por los chihuahuenses no tiene precedente. El coordinador ejecutivo del Gobierno estatal, Gustavo Madero Muñoz, de nuevo se apareció ayer en otro evento que nada, absolutamente nada, tiene qué ver con la función que debiera desempeñar y por la que cobra puntualito aproximadamente 100 mil pesos mensuales.
Madero apareció en la foto atrás de la presidenta del PRD en el país. Hicieron bola en el Senado para seguir su protesta contra el pase automático del procurador general de la República a fiscal anticorrupción, chantaje del líder nacional del PAN, Ricardo Anaya, que dilató la instalación de la mesa directiva en la Cámara de Diputados.
Así ha transcurrido casi el año que lleva Madero al frente de la coordinación ejecutiva (con apenas un seis en materia de transparencia). Atiende en exclusiva actividades de carácter partidario e indudablemente sus negocios particulares (es magnate).
Se ha convertido el funcionario en un operador político personal del gobernador Corral, ofensivamente con cargo al erario chihuahuense.
Antes esa oficina tenía una variante en el nombre pero la función era la misma. Estuvo a cargo del profe Mario Tarango y hasta “Teto” Murguía pasó por ahí cuando Duarte lo usó como carnada para entregar la candidatura a gobernador a Enrique Serrano. Pero ambos chambearon. Ninguna crítica hubo por ausencia. A Madero no le mueve ni el abuso.