Opinion

La resiliencia juarense, ¿puede caducar?

Carlos Irigoyen/
Analista

2017-09-07

Hay en la ciudad una incertidumbre que grita sobre lo silencios de nuestra sociedad. Se siente en el ambiente un estertor que va mas allá de la calidad de ciudad resiliente que nos asignó la Fundación Rockefeller, esa que nos equipara con urbes como Atenas, Barcelona, Buenos Aires, Dakar, Mandalay, Rotterdam o Wellington entre otras muchas otras de la gran red de 100 ciudades resilientes y más de mil 600 propuestas estratégicas.
En su momento, en diciembre del 2014, el entonces alcalde, Enrique Serrano, destacó que “se observó la capacidad de respuesta de Ciudad Juárez para enfrentar retos en materia de inseguridad, se tomó en cuenta lo que hicimos para proteger a la ciudad en las lluvias que se dieron este año.
El empuje que tiene la ciudad frente a los Estados Unidos en materia comercial, la visión que tenemos compartida con El Paso y Las Cruces en una economía global. La violencia prácticamente ya no destaca”.
Al día de hoy la página de internet de las ciudades con capacidad de recuperarse frente a la adversidad postula como retos juarenses el crimen y la violencia, la inequidad económica, el clima extremo, la pobreza y el desempleo (http://www.100resilientcities.org/cities/juarez/).
Lo que son las cosas, se ha disparado de nueva cuenta la violencia, en particular los últimos días atentando incluso contra instituciones policiacas, el INEGI anunció la inflación más alta para nuestra frontera en los últimos 17 años, las lluvias que han caído de manera inusual evidencian carencias de infraestructura y visión.
Los cinturones de pobreza son cada vez más pronunciados y la oferta de empleo -aunque sea muy abundante- tiene la cualidad de que un 34.5% de los juarenses dice que no les alcanza con lo que ganan y tienen problemas severos de subsistencia. Evidencia contundente de que hay que renovar el concepto de resiliencia en Juárez; ésta lejos de ser sólo un sentimiento o una cualidad, es un liderazgo en acción.
La RAE dice que la resiliencia es la “capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos”. Pues hoy estamos ante eventos sumamente perturbadores, urgen nuevos modelos en muchas ramas para recobrar competitividad y atractividad como plaza.
Si aspiramos a ser la economía del conocimiento necesitamos ser más audaces en las propuestas de innovación y emprendimiento, más intrépidos en buscar los resultados. Ser ambiciosos en las propuestas educativas para desarrollar conocimiento. Si queremos ser pilar del desarrollo, ajustar los parámetros de la maltrecha infraestructura. Si pretendemos ser la punta de lanza de una nueva idiosincrasia política habremos de desvestirnos de intereses particulares o grupales para reflexionar-proceder en el colectivo; necesitamos una comunión entre asociaciones gubernamentales y los ciudadanos, renunciar a la filosofía “quejumbrista de liberación personal”, donde todos tienen la culpa de todo menos yo mismo.
En julio se llevó a cabo en Nueva York la cumbre mundial de la Resiliencia Urbana con representantes de la ciudades que conforman el programa y desde este espacio pedimos  orientación sobre como colaborar en las iniciativas y seguir luchando por nuestra ciudad, la imponente urbe Ciudad Juárez.
Una urbe que tiene familias enteras sufriendo por los feminicidios, por hijos que caen en la red de las adicciones, por la desunión familiar debido a que el modelo económico no permite la convivencia familiar, por perdidas en el patrimonio familiar al caer en los baches que se formaron debido a la falta de ética de compradores públicos que se hincharon sus bolsillos a costa de la buena fe de todos sus representados, por personas que siguen haciendo de la cultura de la simulación su modus vivendi en forma de maestros, funcionarios públicos, empresarios, constructores, comunicadores; de esos personajes que comulgan y pregonan el hago que trabajo porque hacen como que me pagan.
Nos gustaría saber los resultados de la última convención y de que manera se orientarán los recursos económicos y de estrategia en los cuatro rubros propuestos: economía, salud, sustentabilidad, así como liderazgo y estrategia. De acuerdo con los reportes periodísticos del 16 de noviembre del 2016, la Fundación Rockefeller invertiría un total de $230 mil dólares en nuestra frontera.
¿Ya entraron a las arcas del comité que opera el programa en la ciudad? Y si así fue, ¿Cómo se utilizaron?
Urge trabajar al respecto, no queremos volver a los tiempos de la ciudad más violenta del mundo, a la que es severamente cuestionada por la violencia de género, la del desarrollo social desordenado, la de la mano de obra barata; esa no es la ciudad de la resiliencia, ni la del futuro y dudo mucho que sea la localidad que quieren vivir nuestros jóvenes.
Renovemos pues el concepto de resiliencia, el que quiera integrarse desde su trinchera, ¡que lo haga! y el que no… mucho ayuda el que no estorba.

cirigoyen@itesm.mx

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