Opinion

Reforma electoral a medias

Juan Carlos Loera de la Rosa
Empresario

2017-08-20

La reforma constitucional en materia electoral para el estado de Chihuahua que fue aprobada “de panzazo” hace unos días, le queda debiendo a la sociedad chihuahuense, que esperaba una actitud de empatía y afinidad con las propuestas ciudadanas expresadas en los diversos foros realizados en las principales ciudades del estado, en torno a este tema.
Los diputados que hacen mayoría desaprovecharon la oportunidad de realizar una verdadera reforma integral, dejando fuera las principales propuestas que ayudaban a darle certeza y transparencia a los procesos electorales, así como el respeto al derecho de los chihuahuenses en el exterior a votar y ser votados. 
La reforma se centró en intereses sectarios y no en el interés colectivo; si bien es cierto que la abolición de transferencia de votos entre partidos es un logro que le cerrará el camino a las rémoras partidistas que antidemocráticamente han sido subvencionadas por el erario, gracias a las alianzas condicionadas al reparto de votos que les permitían su supervivencia, no queda claro si esto signifique necesariamente un ahorro en las finanzas públicas, ya que el reparto de los recursos inicia teniendo como base una partida presupuestal para los partidos con registro, la cual será la misma pero repartida entre menos, como dirían en mi rancho: “Entre menos burros más olotes”.
Lo mismo ocurrirá con el reparto de las diputaciones plurinominales, al subir el umbral requerido dejando fuera a las fuerzas políticas que pierdan el registro (lo cual es bueno), las que lo mantengan se verán beneficiadas con más escaños; hubiera sido más sano que en función de esta nueva disposición, al haber menos partidos registrados también bajara el número de diputados. Finalmente, en las decisiones coyunturales los diputados siguen las indicaciones de sus partidos y votan en bloque, lo hemos atestiguado.
La representación de las fuerzas políticas en los congresos basada en la proporcionalidad de la votación es necesaria para hacer valer las demandas de las minorías y fortalecer la democracia, sin ella caeríamos en un totalitarismo parlamentario con una o dos voces haciéndose el "caldo gordo" entre ellas. El que dicha representación sea mandatada por las dirigencias de los partidos fortalece el cacicazgo dentro de los mismos, reciclándose continuamente y brincando de legislatura en legislatura sin el aval del voto popular, exceptuando el de sus dirigentes que muchas veces son ellos mismos. Por eso la iniciativa de los diputados de Morena de eliminar la lista de “pluris” y que la representación proporcional se base únicamente en el principio de prelación haría valer la confianza que un sector de los votantes deposite en tal o cual candidato. La propuesta, lastimosamente fue ignorada y prevalecerá el “dedazo” en las plurinominales.
El respeto a los derechos humanos y políticos de los chihuahuenses en el exterior se da a cuenta gotas, a pesar de que miles de paisanos son el único motor de la economía en diversos municipios del estado, y que el incremento de las remesas en grandes ciudades (como Juárez) fluye de manera constante, la reforma limita su participación a un plan sexenal de participación para elegir gobernador cuando eso ya está en la Ley Federal y únicamente tendría que ajustarse, es decir, no se amplía la participación a que incidan en la elección de los diputados locales o incluso en la de los presidentes municipales, mucho menos para tener una representación en el congreso con la figura del diputado migrante como se da en otros estados.
Los diputados del PRI y del PAN no desaprovecharon esta coyuntura para regular a modo su participación en el proceso electoral y así, poder reelegirse, pero por otra parte a los alcaldes sin partido los obligan a iniciar de cero en sus aspiraciones con el aval de las firmas ciudadanas para su registro. ¿Para qué? Si ya son alcaldes y cumplieron con ese requisito ganando el voto popular (ampliamente, por cierto), si hubiera un rechazo del electorado, en las urnas sería evidente. Contradictoriamente, los diputados tendrán la “opción” de retirarse del cargo durante las campañas, si así lo deciden podrán seguir siendo diputados con goce de sueldo y al mismo tiempo candidatos. ¡Lucrativo negocio!
La demanda generalizada de la ciudadanía acerca de la certeza, legalidad y respeto en los procesos electorales fue ignorada, a pesar de la negativa opinión que los mexicanos tenemos acerca de las jornadas electorales en las que no hay limpieza, ni imparcialidad, mucho menos, respeto al voto.
Por otra parte, la propuesta de Morena para que la apertura de los paquetes electorales tenga un marco de mayor flexibilidad y que sin tanto trámite se recuenten los votos y validen las actas no fue contemplada en el dictamen de la reforma, dando con ello pie a que la alquimia electoral persistentemente usada por los fraudulentos operadores electorales del sistema siga funcionando descaradamente.  
Por tal y tan intrascendente reforma, los diputados de Morena votaron en contra.
juan@alumi-tec.com

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