Opinion

Rambla trágica

Sergio Sarmiento

2017-08-17

Ciudad de México– Una vez más escribo con el corazón apesadumbrado. Es difícil aceptar que tiene uno que acostumbrarse a la muerte violenta, al homicidio en nombre de Dios.
El nuevo atentado terrorista ha tenido lugar en Barcelona, esa ciudad entrañable, catalana y española, cosmopolita e introspectiva, la casa de Eusebi Güell y de Antoni Gaudí, esa ciudad amada por tantos artistas, admirada por Woody Allen, hogar temporal de Gabriel García Márquez y muchos más.
El terrorismo es execrable por naturaleza. Es matar por matar, destruir por placer, provocar el sufrimiento por gusto. Ayer, 17 de agosto, 13 personas murieron y más de un centenar quedaron heridas en un atentado que ha demostrado una vez más que los terroristas no tienen que subirse a aviones ni utilizar armas o explosivos. Una camioneta, una furgoneta, es lo único que se requiere para que un demente demuestre que tiene el valor de matar a inocentes al azar.
España ha sido ya víctima de la muerte por terror. ETA la cultivó durante años con el pretexto de una supuesta rebeldía política. Las organizaciones fundamentalistas islámicas, sin embargo, han ido mucho más allá en su práctica. Los atentados de Atocha, Madrid, del 11 de marzo de 2004, dejaron 192 muertos y 2,057 heridos en un ataque reivindicado por una organización filial de al-Qaida. El atentado del restaurante El Descanso por la Yihad Islámica del 12 de abril de 1985 dejó un saldo de 18 muertos.
En esta ocasión el Estado Islámico ha reivindicado el atentado: "Los ejecutores del ataque en Barcelona son soldados del Estado Islámico y han realizado una operación contra un país de la coalición", ha declarado la organización. Según la especialista en terrorismo Rita Katz, el ataque se produjo dos semanas después de que los usuarios pro-Isis [de redes sociales] amenazaron con reconquistar al-Ándalus [el viejo reino musulmán del sur de España] y con un ataque inminente."
El terrorismo se está volviendo cosa de todos los días. En el último año ha habido ocho atentados con atropello de peatones en distintos países de Europa: España, Francia, Alemania, Reino Unido y Suecia. Otros ataques han usado explosivos, como el de Mánchester. Los medios internacionales prestan atención fundamentalmente a los atentados en países desarrollados, pero los que afectan a naciones pobres, incluso islámicas, son más frecuentes.
Una vez más el ataque en Barcelona busca generar la mayor atención posible. La Rambla, ese gran camellón que recorre la parte central de la ciudad, desde la plaza de Cataluña hasta el puerto, es el lugar más concurrido de una ciudad muy turística y en la que a la gente le gusta vivir fuera de sus casas, en las calles, en las ramblas, en los restaurantes. La loca carrera de la furgoneta sobre la Rambla, que arrollo a su paso a un centenar de personas, terminó cerca del mercado de la Boquería, el mismo al que tanto me gusta ir cuando visito la ciudad.
Me encantaría decir que los terroristas no están teniendo éxito: que ni los barceloneses ni los catalanes ni los españoles serán presa del miedo. Pero la experiencia me dice que los terroristas al final tienen éxito al lograr el deterioro de las libertades individuales y la tolerancia que tanto aborrecen.
Hoy mi corazón está en Barcelona, esa ciudad que tantos hemos aprendido a querer. Sé que hoy la población tiene miedo y lo entiendo. Nadie está salvo de gente que piensa que Dios puede querer la muerte violenta de inocentes.

Ahorro y dispendio
Mikel Arriola del IMSS afirma que la compra consolidada de medicamentos del sector salud para 2017-2018 puede generar un ahorro de 14,300 millones de pesos para el sector público. Magnífico. Mientras tanto, el INE está considerando dar a los partidos políticos 6,789 millones de pesos en 2018.

Twitter: @SergioSarmiento

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