LA COLUMNA
de El Diario
• A viejecita le cobraron tres mil 400 de agua
• Aparece el gobernador en faceta troglodita
• Anfitriones tercermundistas en Border Summit
• La estocada a los micropartidos es hoy
Casos hay a puños por toda la ciudad, por todo el estado. Ayer recibimos el de una viejecita de clase media-baja a la que no había tumbado la edad ni resfrío fronterizo alguno. Un infarto la pudo matar ahora. Le llegaron los de la Junta de Agua de Jorge Domínguez con un recibo por más de tres mil 400 pesos. Su promedio mensual no llegaba ni a los 300 pesos.
La señora camina firme pero lento y con trabajo. Carga muchos años encima. Se sintió desarmada frente al golpanazo. En su domicilio es acompañada de un tierno can de esos pequeños french como de juguete que son buena compañía aunque muy cagones y miones (por cierto, la autoridad municipal debe intervenir frente a irresponsables que sacan a pasear a sus perros en los parques pero se rehúsan a usar bolsitas para las contaminantes bolitas, chorritos o trocitos).
Queremos decir con eso que la señora no gasta agua en cantidades importantes. No había razón alguna para el insólito brinco. En ocasiones ni está en su casa. Se la llevaban sus familiares a El Paso... con todo y perrito.
Así como no faltan los abusones en gobierno, tampoco faltó el alma caritativa –una vecina– que tomó el asunto como propio hasta conseguir que los técnicos de la oficina pública fueran a revisar. No había fuga ni desperfecto alguno. Sólo un “error”. Le cobraron unos 330 pesos.
Miles no corren con la misma suerte. Aceptan por ignorancia o falta de tiempo los leoninos “convenios” que como machotes ya tiene la JMAS. Terminan pagando por una injusticia aunque pierdan más dinero en traslados y filas kilométricas.
Detonó este tema la publicación ayer de un alto exfuncionario público, José Luis Canales de la Vega, que por una residencia del Campestre paga solamente 129 pesos mensuales de agua. Influyentismo desbordante. Como mero contexto publicamos hoy de nuevo en la versión digital de esta columna una copia del recibo correspondiente que nos hicieron llegar “indignados” funcionarios de la propia Junta de Agua. Hubo reacciones por miles contra ese hecho.
Los abusos deben parar.
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Ocurrió ayer un incidente en el Centro de Convenciones Cibeles que ni debe pasar desapercibido, ni quedarse como asunto “cotidiano”, ni mucho menos repetirse.
El gobernador del estado, Javier Corral, rechazó contestar un par de temas que le serían expuestos por una reportera de El Diario. Repitió que no daría conferencia de prensa aunque sí daba información a periodistas de CNN. Hubo insistencia. Repuso el mandatario que tenía apuro e hizo a un lado con la mano –empujó– a la periodista. Entraron en acción los guardaespaldas de Corral y entre los manoteos golpearon a la compañera. Quizá no a propósito pero hubo golpes y hubo daño, físico y emocional.
Esa actitud nos recuerda los arrebatos que sufría en su trato con los periodistas el exgobernador Patricio Martínez, muchas veces emocional, frecuentemente irracional. Intolerante hasta la médula como si las respuestas sobre las preguntas a distintos hechos de gobierno fueran personales.
Esa actitud del jefe del Ejecutivo coloca en alto riesgo la integridad de los periodistas que deben tratarlo cotidianamente y elimina de tajo el derecho de los chihuahuenses a conocer la información y los posicionamientos institucionales en manos de Javier Corral, no como particular sino como gobernador del estado.
Es lastimoso que eso ocurra en tiempos cuando se creían superadas las conductas antediluvianas y cuando la promesa del régimen blanquiazul fue siempre de respeto pleno al ejercicio periodístico.
Era de los dientes hacia afuera.
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Esta frontera fue sede ayer de la cumbre 2017 US-Mexico Border Summit, con el fin de impulsar, promover y reforzar la relación binacional en esta región fronteriza. Abundaron temas de política, educación, economía, turismo y sociedad.
Organizada por The Borderplex Alliance, esta cumbre se convirtió en pasarela política para varios suspirantes del 2018, tanto locales como nacionales, desde la propia Alejandra de la Vega, quien por cierto se dice fue la mano que meció la cuna para el evento, los independientes alcaldes de Juárez y Parral que suspiran y aspiran por la reelección, hasta el mismísimo “Jaguar Mayor”, el senador independiente, Armando Ríos Piter.
Ese legislador se llevó un gesto duro del gobernador por haber llegado tarde al evento. Claro, no tan duro como las donas que pusieron entre los bocadillos para el desayuno, mismas que por poco hacen que la dentadura de una respetable dama quedara en la mesa que ocupaba. Equivocó la señora las donas de plástico con los panes reales. Meseros crueles.
Lo lamentable del evento, a pesar de su relevancia y notable convocatoria, fue la pésima organización y logística del mismo. Mala coordinación de los anfitriones.
A tanto llegó el desorden que el gobernador Corral y el alcalde Cabada, que llegaron a tiempo ambos, debieron buscar un espacio en privado para hacer un ajuste forzado de agenda. En el encierro no pasaron del hola, hola, y del buen clima. Nada de fondo. A Corral le importa poco lo que ocurre en Juárez.
Muy bien por la naturaleza y alcance del evento, pero muy mal por los organizadores.
Armando Ríos Piter llegó al Cibeles justo cuando salían Cabada y Corral, fue el alcalde de Juárez que detuvo al mandatario para que saludara al “Jaguar Mayor” en la puerta de vidrio de la salida.
Ante las explicaciones de Ríos Piter, por llegar a esa hora ya que venía en vuelo comercial retrasado desde la Ciudad de México, el gesto poco amigable de Corral fue más que evidente.
Cuestionado al respecto, Ríos Piter minimizó el hecho y se concentró en su ponencia y en hablar sobre el interés que ha despertado, en su visión, la posibilidad de que un ciudadano independiente compita por la Presidencia de la República y que además pueda ganarla.
De Corral dijo: “¡Bah, ya se le pasará!”
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Los diputados de los micropartidos o partidos bonsai darán patadas de ahogado pero terminarán sucumbiendo frente a la alianza de los grandulones PAN y PRI.
Este fin de semana el Congreso del Estado deberá sacar adelante la microrreforma electoral que afecta a los chiquipartidos.
PAN y PRI acordaron que ya no habrá transferencia de votos de un partido a otro. También, que deberá ser del tres y no del dos el porcentaje mínimo de votación en la elección del 2018 para conservar el registro, recibir dinero público y obtener diputaciones de representación proporcional.
El pastel del presupuesto público será repartido sólo entre los grandulones y dos chiquillos que han preferido la sombra de sus mayores: Morena y Encuentro Social. Quedarían fuera las familias del PT, Partido Verde, Movimiento Ciudadano (con un exdiputado procesado penalmente por corrupción), PRD y el de los profes, el PANAL. Es posible que de último momento reculen estos últimos y apoyen a los partidos de los que son originarios: PAN y PRI.
Las dudas quedarán despejadas por completo hoy después de las once durante la sesión del pleno de los 33 diputados, en la Torre Legislativa, en la ciudad de Chihuahua, México.
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Lo paradójico del aparente estrés que sufren directivos de Comunicación Social del Gobierno estatal en Juárez al crear un discriminatorio chat whatsapero entre ellos y “reporteros de la fuente” es que no atienden los propios grupos de comunicación internos entre Juárez y Chihuahua. En esos se hacen loquitos y casi no participan. Claro, ahí sí es chamba de la que se habla.
Ayer de inmediato recibimos mensajes de Chihuahua y Juárez al enterarse del grupo armado bajo la dirección de Enrique “Quique” Torres, Gabriel Simental y Gamaliel Carrasco. Agarraron al tin marín y dejaron a puro compa, sí relacionados con los medios informativos pero no a todos los que deben estar ahí: fotógrafos, camarógrafos, reporteros.
Tanto en las oficinas estatales en Juárez como en Chihuahua han sido creados grupos similares para comunicación interna. Ahí están incluidos los chicos de “Quique” y del vocero estatal, Toño Pinedo, pero ahí no participan aunque lean los mensajes. Se hacen que la Virgen les habla. Es chamba.
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El trabajo lo tiene hecho, sólo falta el último tirón para que el presidente, Enrique Peña Nieto, otorgue el visto bueno y sea ella quien presida la última mesa directiva del Senado de la República. Así terminaría el período 2012-2018.
En esos niveles anda la senadora chihua-huense Graciela Ortiz. Encabezó la mesa de rendición de cuentas y código de ética hacia la asamblea nacional priista y fue de las presentadoras de las conclusiones generales en dicho evento presidido el sábado por el jefe de Los Pinos y su muchacho, el dirigente del PRI en el país, Enrique Ochoa.
Ortiz González llega a las puertas de la mesa directiva de la Cámara alta con altos bonos en su trayectoria como senadora, operadora del PRI nacional y cercana al presidente de la República.
Sería la cereza del pastel la presidencia de la mesa directiva; más todavía, sería colocar medio cuerpo en la candidatura a gobernadora del estado para el 2021. Más o menos de ese pelo.