LA COLUMNA
de El Diario
• Por si fuera poco Julión, llega Calibre 50
• Trata a diputados como sus chalanes
• Omar en la madriguera “venezolana”
• Reviven a muertito de 63 millones
Estamos a horas que sean despejadas las punzantes dudas sobre la contratación de Julión Álvarez para la Feria 2017, la fiesta más esperada por la población fronteriza de Ciudad Juárez-El Paso y muchas otras poblaciones de Texas y Nuevo México. Si el Departamento del Tesoro no deja que cante allá el chiapaneco-sinaloense, su fanaticada será bien recibida en la tierra adoptiva de Juan Gabriel.
Los datos serán oficializados este martes por el propio alcalde de esta frontera, Armando Cabada Alvídrez, cuyo equipo tiene iniciados los acuerdos con los managers de Julión y prácticamente firmados los contratos con otras celebridades de la música popular mexicana, como Yuridia; y del propio estilo norteño-banda-buchón de Álvarez, Calibre 50, los iniciadores de ese estilo que tiene “tomada” la República Mexicana desde el 2010.
Nuestros informantes hacia el interior de la Presidencia Municipal aseguran que en la lista de celebridades ya firmes aparece el rockeroso Alex Lora y su equipo El Tri para aquellos(as) que aman el rock en español y sus rítmicos costales de gatos, como diría un colega amante de los norteños super clásicos.
La Feria Juárez 2017 cobrará vida bajo la vigilancia de la monumental X clavada por el escultor Sebastián en una explanada muy respetable conocida como Plaza de la Mexicanidad, pegadita al Río Bravo; Río Grande, gustan llamarlo desde El Paso hasta Washington. La fiesta es entre finales de septiembre y casi todo octubre.
El municipio y el jefe organizador del evento, Rodolfo “El Güero” Martínez, ya tienen avanzado el acuerdo con Julión Álvarez pero le pusieron pausa el fin de semana ante el explosivo anuncio estadunidense. Hoy Cabada podría oficializar la situación.
Deben aprovechar ahora que Presidencia de la República anda muy ocupada defendiéndose de los 10 millones de dólares que Odebrecht “podría” haber dado al exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, como soborno para conseguir contratos.
Que haga changuitos la fanaticada.
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Los diputados del PAN se resisten a ser tratados como chalanes o súbditos sin razón ni neurona por su jefe político el gobernador, Javier Corral Jurado. Eso ha convertido al Congreso del Estado en un embrollo que afecta considerablemente el interés de todos los chihuahuenses, e inclusive la relación de Chihuahua con otros órdenes nacionales de gobierno.
El señor gobernador goza encantado temas de grilla en el altiplano azteca como el “frente amplio opositor” y su anhelo de volver a la Ciudad de México como presidente de la República, pero ha sido incapaz de tratar con sus diputados para acordar temas harto delicados como la reforma electoral, el refinanciamiento bancario de 20 mil millones de pesos y una reforma a la ley orgánica del Poder Legislativo.
“Ni de chiste sacará todos los temas como los pretende”, dijo un alto funcionario cercano al mandatario. No consensó con los diputados su propuesta de reforma que deberá ser aprobada en el último minuto legal para hacerlo habiendo tenido todo el año para su manufactura.
Tampoco ha tratado personalmente con ellos el refinanciamiento y menos los pretendidos cambios en el Congreso que afectarían a intereses de los propios legisladores.
El gobernador ha dispuesto para su interlocución al secretario general de palacio, César Jáuregui; y al dirigente estatal del PAN, Fernando Álvarez, quienes han reducido sus diálogos al jefe y subjefe del blanquiazul en el Congreso, Jesús Villarreal y Francisco Malaxiechavarría, respectivamente.
Son 33 diputados, de ellos 16 panistas, y entre los panistas son únicamente dos o tres los afines al gobernador. No hay dato registrado ni extraoficialmente de que haya tenido algún encuentro siquiera con los 16 blanquiazules a lo largo de los casi 11 meses de administración, menos con los restantes 17 de otros partidos. Puros mensajes imperativos a través de sus dos enviados. Otro volcán a punto de estallar.
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El mismo gobernador Corral o tropieza con sus propias palabras y hechos o de plano concede muy poco espacio de frente a los chihuahuenses; en otras palabras, trata de insultar la inteligencia de sus gobernados.
Ayer reaccionó con sobredosis de histrionismo al decir que “realmente sería un absurdo” de su parte andar “en las calenturas electorales” pero “sí contribuiré a que México tenga una transformación profunda el año entrante”. Caritas de emoticon sorprendidas. No pero sí.
En los hechos ha sido notorio el activismo del señor gobernador. Encabezó hace escasos días un “encuentro nacional” en la ciudad de Chihuahua con miras al 2018. Eso es electoral. Se enreda en el lenguaje; se contradice y se exhibe como falso.
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Hay paletita de consolación para el exrector de la Autónoma de Ciudad Juárez y exdelegado federal del Instituto de Migración en esta frontera, Willy Campbell. Se encargará del proceso interno hacia la renovación del PRI municipal juarense, apartado ya para el ex diputado, Óscar René Nieto Burciaga. Mayra Chávez seguirá como la jefa hasta el cambio.
El Willy viene apareciendo últimamente en el establo del director nacional del ISSSTE, José Reyes Baeza. Es de bajo perfil público pero intensa operación en catacumbas. No por nada obtuvo la Rectoría de la máxima casa de estudios juarense.
Es posible que la posición como delegado del PRI estatal en esta frontera sea formalizada este martes por el propio líder del tricolor, Omar Bazán, que también se reunirá por la tarde en Las Cúpulas con líderes sociales, empresarios, partidistas, etc.
Al inicio de la renovación del Comité Directivo Estatal era Campbell el sintonizado por los distintos grupos para suceder a Mayra Chávez en la dirección del PRI fronterizo. Hoy sólo será delegado por unas semanas con posibilidad de obtener algo de cartel hacia los huesos que serán puestos en la mesa del 2018.
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Omar Bazán se aventó el tiro de visitar ayer al gobernador del estado, Javier Corral Jurado. Fue un acercamiento de los denominados de cortesía o de establecimiento de relación institucional.
Para muchos líderes priistas, su dirigente se metió “en la madriguera venezolana”. Así llaman ahora a Palacio de Gobierno por la forma brutal que sus funcionarios están manejando el conflicto en el Colegio de Bachilleres, donde personal administrativo y académico es despedido sin consideración por oponerse a las políticas emprendidas por la directora general, Teresa Ortuño.
El nuevo líder del Revolucionario Institucional pisará en pantano cuando acuda al llamado del nuevo amanecer.
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En septiembre del 2015, el entonces tesorero del municipio, Miguel Orta, informaba a los medios de comunicación que el fideicomiso para la construcción del centro de convenciones en Ciudad Juárez llevaba acumulados aproximadamente 63 millones de pesos.
Tenemos información de que el tema ha sido retomado por la actual administración estatal panista. Los funcionarios de obras públicas con Andrés Carbajal Casas al frente discuten en voz baja el asunto y toman algunas decisiones impulsadas desde la Secretaría de Innovación y Desarrollo Económico.
Ese fideicomiso nació salado y sigue salado. Han sido señaladas tantas irregularidades que cuando fue presidenta ¿o es aún?, Guadalupe de la Vega, se negó a recibir las cuentas por sospechas de malos manejos en alrededor de siete millones de pesos.
Recordemos que pasaron meses de discusiones sobre el lugar para su construcción. Que el Centro de la ciudad, que los hoyos de “El Chamizal”...Finalmente quedó en el ex-hipódromo, donde también inició el Hospital de Especialidades sin concluir todavía.
Nos aseguran que la presión ahora es porque el proyecto regrese a los hoyos de El Chamizal, con todo y el gasto en el exhipódromo, incluídos varios millones pagados por el proyecto al arquitecto Fernando Romero, yerno del magnate mexicano, Carlos Slim.
La administración estatal anterior jugó con los empresarios juarenses que buscaban sacar jugo del negocio. Algunos se hicieron de terrenos en el centro, otros en “El Chamizal”. Ahora buscan mover las influencias para mover de nuevo el plan. A la cabeza aparece otro líder del fideicomiso, Carlos Murguía.