Opinion

Frente opositor... al pueblo

Juan Carlos Loera de la Rosa
Empresario

2017-08-06

En medio de un cúmulo de problemas que aquejan a la sociedad chihuahuense, Javier Corral desplegó la mesa ( haciendo uso del tiempo y los recursos del erario) para reunir a personajes de la vida política nacional, muchos de los cuales coinciden en algo fundamental: cerrarle el paso a Andrés Manuel López Obrador.
Al igual que en su campaña electoral, Corral recibió el espaldarazo de actores políticos que poco o nada tienen que ver con su principal obligación, el gobernar con eficacia para que los chihuahuenses vivamos con seguridad, progreso y bienestar, distrayéndose así de atender problemas neurálgicos del estado, el gobernador sirvió de anfitrión y moderador en un acto de catarsis para sus correligionarios panistas; entre ellos el dirigente nacional Ricardo Anaya, su antecesor Gustavo Madero y el ex secretario de Gobernación foxista Santiago Creel, quienes cínicamente, le apuestan a que los mexicanos olvidemos la actuación ladina que han tenido para favorecer los programas y estrategias de gobierno de corte neoliberal; causantes de la actual desgracia mexicana.
Cuando López Obrador buscaba la jefatura de gobierno del hoy ex Distrito Federal, las críticas de sus rivales (Creel entre ellos), se acentuaban en señalarlo peyorativamente de populista por hacer énfasis en la necesidad de garantizar ingresos a los sectores vulnerables, entre ellos los adultos mayores;  luego, al ver los grandes resultados y aceptación de las políticas sociales, de transparencia y austeridad durante la gestión de AMLO, los gobiernos de Calderón y Peña intentaron copiarlas, pero al igual que toda la piratería fueron deficientes y carentes de seriedad, debido a que se usaron con tintes electoreros y muchos de ellos, fraudulentamente.
En la campaña de 2006, Andrés Manuel, con su característico y agudo olfato político enfatizó el principal problema: la pobreza generalizada. Desde 2012 a la fecha, ha hecho el puntual señalamiento acerca de la caducidad del régimen actual, caracterizado invariablemente por el saqueo a la nación y la imperante corrupción que lo sostiene, avalado desde luego por la derecha del PRI y del PAN, así como la cada vez mas aislada dirigencia perredista.
Por lo tanto, lo de ahora es el cambio de régimen y la transformación del país, exactamente como el presidente de Morena lo ha venido planteando y luchando por ello en su itinerario por todo el país, vaya ni siquiera  le mueven una coma. Al igual que en los últimos 20 años, la propuesta de AMLO es contradictoria y burdamente retomada por sus adversarios, pero no solamente eso, también se atreven -hipócritamente- a llamar a la unidad.
Los principales interesados (y totalmente carentes de credibilidad) en cuajar el frente opositor, son Corral, Madero, Acosta Naranjo, Castañeda y los presidentes del PAN y PRD. Hoy introducen al aguaje a referentes históricos por la democratización del país, entre ellos, Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, quienes caen de bruces en la trampa tendida por los alcahuetes de Salinas, representado en los periodos de Fox, Calderón y Peña.
Pues bien, ahora resulta que los promotores de la reforma laboral, educativa, fiscal y energética llaman al cambio de régimen. En la exposición del pretendido análisis de los problemas contemporáneos concuerdan en que dicho régimen ha fracasado y ahora se llaman opositores. ¿Cómo? Si ellos son el régimen, han sido parte de los fraudes electorales, de la degradación de la política en nuestro país, han permitido las privatizaciones, el desmantelamiento del Estado mexicano, la pauperización del salario, la pérdida de los derechos laborales de la clase trabajadora, el sometimiento del modelo educativo a intereses extranjeros, la militarización del país, el surgimiento de la narcopolítica, el abandono del campo, la pérdida de la soberanía e identidad como nación, de todos y cada uno de los ingredientes del actual régimen cocinado a fuego lento desde el fraude electoral de 1988 y del establecimiento de la dictadura neoliberal.
De manera burda el objetivo del ilegalmene patrocinado foro se reiteró en el discurso de los ponentes:  la creación del frente opositor para las siguientes elecciones y un supuesto gobierno de coalición, es decir, se convirtió en una asamblea promotora de una fuerza electoral y en la alianza PAN-PRD. ¿Opositor a qué? La respuesta es clara, opositor al pueblo, opositor a un gobierno con legitimidad que termine con los privilegios de la clase política y opositor a la instauración de una verdadera democracia en México.
Los discursos contra el TLC, los fraudes electorales, la migración forzada, el entreguismo del sistema, los índices de violencia y la pobreza generalizada llegan demasiado tarde, el daño está hecho, la puntilla la dieron ellos mismos con la perversa alianza PAN, PRI y PRD al suscribir el Pacto por México.  Hagan lo que hagan, la percepción de muchos no cambiará, son los mismos que le han hecho el juego al régimen y que ahora hipócritamente dicen combatir.

juan@alumi-tec.com

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