Adela S. González
Analista
Para garantizar el suministro de agua potable a los miles de juarenses que viven dentro y alrededores de la mancha urbana se requiere un enorme esfuerzo de las autoridades responsables sin disponer ni la infraestructura adecuada ni recursos para atender un problema agravado con el paso de los años, el crecimiento desordenado e intereses políticos que han transitado de una a otra administración, ninguna exenta de la consabida corrupción.
Es obligación de gobierno proporcionar servicios eficientes y cobrar en plazos convenidos apegándose a la medición estricta del consumo mensual con tarifas en las que no medien favoritismos ni descuentos, pues como ciudadanos todos estamos sujetos a iguales derechos y obligaciones. Igual vale el suministro de electricidad que como el del agua potable incide en los mismos defectos. El agua debe cobrarse por consumo efectivo, no por estimaciones de buen cubero, presiones o consideraciones políticas, todos sabemos de la JMAS como instrumento político en etapas electorales.
Los “altos cobros” constantemente denunciados contra esta descentralizada estatal tienen en muchos casos antecedentes de adeudos acumulados, consumos no cobrados al vencimiento en espera de una reducción en el monto cuando la empresa amenaza cortar el servicio. Eso es lo que evidenció la protesta de usuarios la semana anterior, que obligaron al cierre de oficinas de la JMAS, recibiendo a cambio de la inconformidad lo que su presidente Jorge Domínguez Cortés llama “Justo Ajuste” que cancela hasta 95% de los adeudos; de paso, invitó a otros morosos a pedir descuentos. (El Diario 7-11-17).
Fueron alrededor de cien manifestantes que con pancartas y gritos planteaban un “ya basta de altos cobros en el agua Corral, no podemos pagar”, creando una situación francamente inequitativa para millares de usuarios cumplidos en el pago y responsables en el manejo del líquido al evitar desperdicios.
Al presentarse las temperaturas que han roto récords de calor las últimas semanas surgieron problemas de suministro en varias colonias que provocaron enfrentamiento entre estado y municipio, dramática situación que mereció solidaridad generalizada. Ahora, no fue la falta de servicio por fallas atribuibles a la descentralizada lo que fundamentó la protesta diferente a la de los colonos sedientos que en su momento clamaban por el líquido. Visible el manipuleo de estas personas por líderes interesados en crear problemas sin aportar soluciones.
Puede ser que las autoridades actuales sientan vergüenza de no responder positivamente a las promesas de bienestar formuladas en campaña. Bien conocían de los problemas acumulados que Ciudad Juárez padece desde siempre y el del agua, de las escuelas inhóspitas, de las calles en pésimo estado agravado por la lluvia; la falta de equipamiento, la inseguridad, etc. son piezas enormes de un total de problemas que no se solucionan en el día a día pues requieren de sentido común, decisión y energía para emprender acciones decisivas antes que acuciosos y costosos estudios técnicos que confirman el problema en tanto absorben el tiempo de mandato y los pocos recursos disponibles.
Quienes empiezan a moverse en pos de la Alcaldía para el siguiente año deben estar bien enterados de todo esto y no hacer promesas vanas. Es oportuno anticipar que la propaganda política basada en meros ofrecimientos no les allegarán los esperados votos. Los ciudadanos que honramos esa condición, esperamos propuestas fundadas en la realidad, conocimiento y otras virtudes ausentes en los candidatos.
Estimo a Joaquín Cosío, conozco su talento y trabajo artístico en cine, televisión y teatro. Con todo, no lo veo candidato idóneo para la Alcaldía. Por respeto a él mismo y a la comunidad debe rechazar ofrecimientos políticos. Carmen Salinas en el Congreso federal y Cuauhtémoc Blanco como alcalde de Querétaro gritan “ Zapatero a tu zapato”.
asierra040@gmail.com