LA COLUMNA
De El Diario
• Creyó que estaba solo y sacó ropaje priista
• La verdad oculta en galimatías y mentiras
• El rompemadres y un pedazo de historia gringa
• No fue pleito el de Armando y Corral; había fiesta
No hubo boletines de prensa pero ni falta que hizo. Un alma caritativa de esas que vagan como Gasparín en pena por las redes sociales consiguió la grabación tal cual. Completita. Ni el vocero estatal, Antonio Pinedo, ni el municipal Quique Torres, tuvieron indicaciones de enviar comunicado, así que sólo brotaron algunos datos enviados por el Consejo de la Judicatura.
Lo dicho por el gobernador del estado, Javier Corral Jurado, durante la reunión privada con jueces que sostuvo el lunes por la tarde en las oficinas de Gobierno estatal en Juárez (las del Pueblito Mexicano) no tiene desperdicio.
Se sintió en la confianza de que no habría boletín y se soltó el pelo al estilo del más rancio gobernante priista.
Algunos aspectos de los ahí abordados sin duda son positivos para esa parte del Poder Judicial llamado jueces asentados en Juárez. Si Corral les cumple lo deben subir en hombros. Más poder y recursos de inmediato para despachar en oficinas dignas.
Casi literalmente giró instrucciones “a los diputados” (representados ahí por su amiga la legisladora presidenta del Congreso, Blanca Gámez) para aprobar la suficiencia presupuestaria requerida en el “fast track de una semana” y poner manos a la obra.
Muy serio, circunspecto, en el clímax de la convicción profunda (histrionismo de alfombra roja) , dijo a los jueces y magistrados miembros del Consejo de la Judicatura que si algún legado desea dejar al concluir su régimen es el de un Poder Judicial independiente. Aplaudieron con las manos, rieron en su interior, o lo pudieron calificar de cinismo sin igual. Después de César Duarte si alguien ha mangoneado al Poder Judicial con mayor intensidad es el propio Corral. A puños los ejemplos.
También “recomendó” a la Judicatura investigar el “monumento a la corrupción que hacen llamar Ciudad Judicial” en la ciudad de Chihuahua. “Ahí sobran los espacios que faltan en Juárez”.
Dijo que hubo corrupción sin precedentes no sólo en la construcción de dicho edificio sino en el equipamiento del mismo. A seguir temblando Everardo Medina y su hermano Armando, los operadores en la edificación del carísimo armatoste que ahora hasta un litigio enfrenta por 300 millones.
Los jefes del Tribunal Superior de Justicia son los 27 magistrados que conforman su pleno. Esos no fueron invitados (salvo los cinco que conforman la Judicatura) al evento. Es parte del memorable legado que se va dibujando.
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La Dirección General del Colegio de Bachilleres (Cobach) terminó como víctima de sus propios rompecabezas y galimatías surgidos de acuerdos y boletines oficiales generados por la propia institución educativa. Buscaron ocultar y/o minimizar con toda su alma el aumento en las colegiaturas para el segundo semestre que tiene como fecha de arranque el 14 de agosto.
Tanto fue el afán por disimular cifras que terminaron inclusive echando penosos embustes. El 16 de junio publicó el Cobach un comunicado de prensa que habla de una disminución en el costo de los uniformes. Alcanzaría en total mil pesos, acorde con la cifra aprobada un par de días antes por la junta de gobierno de dicha institución educativa.
Ese comunicado detalla el precio de cada prenda y habla de supuestos ahorros pero oculta el monto final por uniforme. En el acuerdo de la junta sí es muy clara la cantidad: 600 pesos el uniforme diario y 400 el deportivo: mil pesotes.
Ayer entregó Bachilleres otro comunicado a los padres de familia para informar que el 14 de julio serán entregados los resultados de los exámenes de admisión y detalla requisitos y costos para quienes sean aceptados: Uniformes: mil 200 pesotes, 200 más de los aprobados en la junta de gobierno, escondidos en el boletín del 16 de junio.
Considerando esos montos, más otros arrimadijos que se presentan en el arranque de cada ciclo escolar, se estima que el desembolso total de los padres de familia será ni más ni menos el mismo manejado antes en este espacio: unos tres mil 667 pesos. Durante el primer semestre del año el costo rondó los tres mil pesos con todo.
Faltan muchas sorpresas por venir en ese Cobach y ninguna halagüeña: escaso presupuesto, resultados en exámenes para nuevos directores, la sonorosa pelea de la directora general, Teresa Ortuño, contra el sindicato académico y administrativo, y viceversa. ¿Cuántos estudiantes serán aceptados?. Buscan bajar la matrícula para disminuir gastos, etc., es una historia tan larga como tormentosa. Las implicaciones son para más de 50 mil familias chihuahuenses cuyos jóvenes cursan ahí sus estudios medios superiores.
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Todos los lectores de esta columna son generosos al sólo pasar su vista por la misma. Existe por ello un agradecimiento profundo. Entre ellos hay los que se involucran a fondo en los temas y nos comparten comentarios, sugerencias y hasta velados o abiertos regaños. Todo es bienvenido, hasta las mentadas (las de menta).
Ayer con el tema del “rompemadres” (por cierto), Fernando Reyes, procesado penalmente por admitir que recibió de la administración estatal anterior –como diputado del Movimiento Ciudadano– casi dos millones y medio de pesos para aprobar una iniciativa de ley, uno de esos lectores escribió lo siguiente en razón de que Reyes tomó el dinero y terminó por traicionar a quien le entregó esa cantidad, igual que otros hoy llamados testigos protegidos. Va el texto:
“Estoy leyendo un libro de la guerra civil gringa. Cuando enjuician al presidente confederado Davis, citan como testigo al general Robert Lee (que no fue juzgado) buscando que responsabilice a Davis de crímenes. Lee sólo declaró: todo lo que hice como comandante fue bajo mi responsabilidad... Lee nunca fue juzgado y Davis salió libre el poco tiempo... casi como el Fer Reyes, y todos los que andan como él”.
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La verdad como es. En ese mundo de la grilla y el chisme sobresalen los que les encanta especular y hasta cocorear. Podemos caer en una de esas como buenos seres humanos que somos pero nunca voluntariamente.
El lunes los cocorines insistieron en catalogar como bronca tamaño hipopótamo con sobrepeso la ausencia del independiente alcalde, Armando Cabada, en dos eventos especiales del gobernador Javier Corral Jurado. No caímos en el manido garlito al que tampoco consideramos intento de mala fe sino surgido de información incompleta.
Efectivamente Cabada no estuvo en los dips de cilantro de La Borrega con el gobernador, el ahora exalcalde de El Paso, Oscar Leeser, etc., ni tampoco en la cena en La Diana con el presidente nacional del Consejo Coordinador Empresarial, Juan Pablo Castañón.
En la comida no apareció Cabada porque andaba sacando de algún rincón oscuro de la alcaldía su proyecto Juárez Iluminado para que lo aprobaran de nueva cuenta los dependientes regidores independientes.
A la cena tampoco pudo asistir porque tenía cumpleaños de su esposa de riguroso cumplimiento, que ambos celebraron muy en corto en la residencia de un empresario de tiendas de conveniencia de las que tienen nombre con equis al cuadrado.
Sólo se hicieron acompañar de unos cuantos invitados, entre los que destacaron únicamente tres funcionarios: el infaltable city manager, el de Obras Públicas y el asesor jurídico Guzmán que donde no se mete se asoma.
Eso no quita el pleito político de fondo que mantienen Armando y Javier, eso también es cierto, pero tampoco es megapleito. Todavía se saludan y se sonríen bien aunque simulen. Ambos saben de actuación.
Aprovechamos el tema Cabada y el espacio corto para mencionar que fue de muy escaso nivel político la apagada de micrófono que le dieron en el Cabildo al síndico, Aarón Yáñez, en el momento que quiso opinar precisamente sobre el alumbrado. No había ninguna necesidad; se vieron los independientes más mal que el síndico en otras intervenciones desafortunadas.
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La concentración que tuvimos el lunes en las indagatorias para dar con el paradero del gobernador Corral en su comida con Leeser y la inseparable Alejandra de la Vega nos impidió saber que a sólo unos pasos de donde ellos estaban, comían otros personajes importantes.
Reían a carcajada abierta y platicaban con ganas dos viejos amigos, conocidos e influyentes en todo Chihuahua y más allá: el secretario general de Gobierno, César Jáuregui y el dirigente del PRI estatal, Guillermo Dowell. Por años creímos que el funcionario estatal era fiel a los burritos, tortas, hamburguesas y tacos de barbacoa, pero ahora sabemos que también le agradan las delicias del mar. Hasta en eso ha cambiado.
Estaban en el Villa del Mar (le dejamos aquí la palabra al maestro de la Autónoma de Juárez que a las seis y media de la mañana envía mensajes sobre las características culinarias de cada gol mencionado aquí) pero seguro no sólo se divertían con viejas anécdotas sino que debieron platicar de la bronca en la que tiene metido el ‘nuevo amanecer’ a la notaría de Dowell y hasta de la reforma electoral que viene a la vuelta de la esquina.
Ya sabremos más detalles.
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Lo platicamos en este espacio el nueve de junio. Dijimos que se iba del estado el delegado de la Secretaría de Gobernación, Javier Sánchez Rocha. Ayer lo anunció oficialmente pero no como traslado a otra entidad u otra actividad sino como renuncia.
Ya lo checaremos más a detalle. Es posible que se trate de lo de siempre: motivos personales... de los jefes.
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