Opinion

¡Que alguien me explique!

Javier Cuéllar Moreno

2017-06-24

El próximo 2018 va a ser un periodo de intensa actividad política en toda la República mexicana. Se renuevan la mayoría de los puestos de elección popular del país; en especial será la elección del nuevo presidente de México. Para tal efecto, la inquietud política en los diversos estratos de la sociedad se ha intensificado enormemente. Lo cierto es que las incógnitas más importantes no se han despejado.
Por asentado se da que el candidato a la grande por el partido Morena será Andrés Manuel López Obrador, quien se encuentra en campaña desde hace por lo menos tres sexenios. Les lleva mucha ventaja a los demás candidatos que sean postulados por las demás fuerzas políticas.
En el PAN se aprecia que se encuentra luchando por la designación al presidente de ese partido, Ricardo Anaya Cortés, abogado de escasos 38 años que desde hace algún tiempo libra una fiera batalla en el interior de su partido para obtener la postulación, pero que ha sido muy objetado por importantes fuerzas panistas, sobre todo con relación a las pasadas elecciones celebradas en el estado de México, donde incluso han arrojado sobre su persona la culpabilidad del desastre electoral panista en esa entidad, una acusación de muy difícil prueba porque en esa entidad se dio una de las luchas electorales más feroces y competidas de la historia reciente del país.
Como quiera que sea, este personaje blanquiazul ha demostrado tener muchas tablas para salir airoso de los múltiples escollos que se le han opuesto, sobre todo desde el interior de su partido, esquivando un nutrido fuego amigo que, como siempre, es la mayor falla de Acción Nacional.

Tres, los finalistas del Revolucionario Institucional
La elección interna más importante que se encuentra en proceso es la del Partido Revolucionario Institucional. Ya comienza a dar luz. Se rumora en el mundillos político que son tres los hombres del presidente que se perfilan para tan importante candidatura.
Uno de ellos es el actual secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. Lo señalan múltiples corrientes porque ha sido el funcionario federal que ha tenido las más importantes comisiones políticas de parte del presidente Enrique Peña Nieto y ha destacado en casi todas ellas. Muchos le reprochan que no haya podido resolver el caso de los desaparecidos de Ayotzinapa no obstante que por esos hechos se encuentran a la fecha más de 100 personas detenidas y sujetas a proceso.
Difícilmente se puede acusar al Gobierno Federal de un crimen de Estado como equivocadamente se ha hecho, persiguiendo fines más políticos que de estricta justicia, como que esta acusación es parte de la grilla en su modalidad de queme, pero nadie puede negar que Osorio Chong es el funcionario más brillante del sexenio, después del presidente de la República. Existen muchas razones para pensar seriamente que él sería el designado.
Otro de los hombres del presidente que ha sido más notorio en el plano nacional e internacional es Luis Videgaray Caso, un destacado político que se ha desempeñado con eficiencia en los encargos que conferidos por el presidente Peña Nieto. Hasta hace poco como secretario de Hacienda y Crédito Público y ahora, como secretario de Relaciones Exteriores con la delicada encomienda de lidiar con el conflictivo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
El tercer hombre del PRI gobierno, es el actual secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, quien a lo largo de su carrera en el servicio público ha llevado a cabo transformaciones corporativas y desregulaciones en paraestatales y organismos prioritarios para el desarrollo del país. Ha sido promotor y desarrollador de grandes proyectos nacionales y estatales y de importantes reformas legales; ha realizado negociaciones exitosas con sindicatos nacionales y administrado empresas con cuantiosos recursos humanos y materiales.
Sus encargos han sido más bien de corte técnico y de desarrollo económico, lo cual lo ha mantenido sanamente alejado de los golpeteos políticos y grillas de mala leche que menudean en el ámbito de la competencia política. Nuestros informantes destacan que las más importantes obras que el sistema ha realizado en este sexenio se le han encomendado a él con resultados sumamente exitosos, lo cual lo posiciona para ser considerado como un brillante candidato del Revolucionario Institucional a la primera magistratura del país, pues prácticamente no tiene enemigos políticos. Su propuesta se deslizaría con mucha tranquilidad.

Disciplina; principal activo del PRI
Sin embargo, surge la información de que está creciendo un movimiento que en algunos lugares del país y del PRI, están pugnando para que la designación del candidato a la presidencia, –y creemos también que muchas otras candidaturas– cambien radicalmente en el partido tricolor y ya no sea por medio del señalamiento del primer priista de México, sino por medio de asambleas en las que se consulte a la base partidista para que ellas decidan la elección. Esa corriente tiene todas las posibilidades de fracasar, no sin antes ocasionar un quebranto a la unidad monolítica del PRI.
Para nadie es un secreto que el principal activo político del partido tricolor es su disciplina y total obediencia a los derroteros que le marca el presidente de la República. Cualquier variante de este método representaría un menoscabo del poder que tiene este personaje y que alcanzará su mayor dimensión hasta momentos antes del destape del candidato presidencial, máxime en estos tiempos en que los partidos de oposición están ganando valiosos terrenos en el plano electoral.
A eso se refería la diputada priista, Isela Torres, cuando abogó por la unidad partidista en torno a los diez duartistas encarcelados actualmente como parte del proceso “justicia para Chihuahua” que ha entablado el gobierno de Javier Corral Jurado y que ha causado una gran conmoción entre las filas del PRI, al grado que muchos de sus integrantes están sufriendo serias afectaciones a su estado de salud, como la exdirigente Karina Velázquez, y muchos más que por lo menos padecen de insomnio y de gastritis.
Para muchos, la elección presidencial va a estar muy competida, pero pocos creen seriamente que la pierda el Revolucionario Institucional debido a la gran organización y base partidaria que mantiene intacta en toda la República. El PRI es un instituto político diseñado para ganar elecciones. Si la disciplina se relaja esta tarea se le puede complicar debido a la gran cantidad de intereses personales que surgirían por todos los rumbos del país. Lo mejor para ese partido sería que las cosas siguieran como hasta ahora se han dado y no embarcarse en experimentos que tienen el gran riesgo de una fragmentación y que los podrían llevar a un estado de “nada para nadie.”
Tal vez si el partido tuviera más cuidado al no tolerar entre sus filas a funcionarios públicos tan corruptos como lo ha hecho hasta ahora, las cosas se le arreglarían respecto a la opinión pública. Creo que esto habrá de hacerse si el PRI aspira a seguir participando en la actividad política de nuestro país, porque cada día la ciudadanía se ha vuelto más intolerante con los políticos deshonestos a quienes atribuye el fracaso nacional y la miseria que en muchos ámbitos padece nuestra patria.

La distracción es la madre de los errores
No nada más los conductores ebrios han causado tragedias mortales en nuestra ciudad, también ese tipo de choferes distraídos que mientras manejan se ocupan de todo menos de poner atención a la conducción de sus charchinas. Se maquillan, se peinan, se cortan las uñas y, lo que es más peligroso, llaman y “textean” por sus celulares lo cual ha provocado muchos accidentes.
Recuerdo un doloroso caso, el sábado 10 de junio del presente año, en el trayecto de Mazatlán a Ciudad Juárez un grupo de maestros de esta frontera fue impactado por un conductor distraído provocando la muerte de dos de sus propios hijos, su esposa se encuentra en estado vegetativo. Dos profesores juarenses, entre los que se destaca nuestro colega Alejandro Lozano, encontraron la muerte en ese irresponsable accidente.
El culpable permanece preso, pero eso en nada mitiga las múltiples tragedias que su inconciencia ocasionó. No sale bajo fianza porque no tiene con qué pagarla, pero debemos de tener conciencia de que no se trata de pagar unos billetes por los daños a unas vidas, simplemente porque algunas personas se dedican a hablar y “mensajear” por teléfono en lugar de concentrarse en conducir con todo el respeto que esa actividad que implica riesgo de muerte.
Debiera prohibirse que un conductor traiga consigo un teléfono celular cuando maneje, porque no resisten la tentación de utilizarlo con las nefastas consecuencias antes apuntadas. Bien dicen por ahí que “la distracción es la madre de los errores”.
El profesor Lozano dejó una viuda y tres hijos huérfanos. El gobierno del nuevo amanecer les prometió becas y apoyos para paliar las premuras económicas que desencadenó ese infortunio. A la fecha no les ha cumplido nada. Bien dicen por ahí que “el prometer no empobrece, el dar es lo que aniquila”.
 

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