Opinion

Bachilleres, un conflicto personal

Javier Cuéllar
Abogado

2017-06-20

El conflicto en los colegios de bachilleres ha crecido y comienza a hacerse crónico. Toma más impulso con la toma de las oficinas realizada esta semana por los trabajadores y personal administrativo.
Reclaman ellos el pago de prestaciones laborales a las que tienen derecho. Ahora con más insistencia que nunca exigen la destitución de la directora, Teresa Ortuño Gurza, en un pleito que está tomando muchos visos de ser una cosa personal más que institucional y de naturaleza laboral.
Es conocido que el gobernador del estado, Javier Corral Jurado, tiene una gran preferencia por su directora de los planteles de Bachilleres. Tal vez a eso se deba que la Secretaría de Educación no contempla la remoción de su directora con o cual ese punto petitorio está tomando características de capricho por ambas partes. El problema que realmente subsiste toma visos de imposible resolución porque se ha perdido la objetividad de las causas.
La solución radica en que ambas partes, Gobierno del Estado y sindicatos deben sentarse a dialogar dejando de lado las afrentas personales para analizar las posibilidades de llegar a acuerdos sobre los problemas objetivos que plantea el sindicato. De por sí los puntos de reclamo tienen algunas situaciones de difícil solución, adjuntándole las afrentas personales, cualquier acuerdo se antoja inadmisible porque tendría que firmarse sobre la renuncia de la señora Teresa Ortuño Gurza y ese es un punto en el cual, por razones de índole extra contractual, el gobierno no quiere ceder y el sindicato tampoco.
En otras ocasiones y en otros problemas similares se ha buscado la intervención de personas allegadas a las partes para que realicen gestiones de cabildeo conciliatorio pero dentro de lo que se conoce como un regateo de las prestaciones sin que existan afrentas personales qué vengar; en esas circunstancias es muy fácil arribar a acuerdos donde ambas partes, haciéndose mutuas concesiones, conjuran el conflicto y se encaminan a una conciliación conveniente.
Pero si el aislar las afrentas personales no es posible, entonces el gobernador debería tomar la decisión de retirar a la señora Ortuño Gurza de en medio del conflicto y reasignarla a otras tareas para que esa piedra del camino sea removida y no complique el diálogo de los confrontados que en otros tiempos fue siempre fluido, constructivo y productivo y ahora se encuentra empantanado.
Si la huelga indefinida estalla en los colegios de bachilleres más de cuarenta mil estudiantes en el estado se verán afectados con la suspensión de labors. Los rendimientos académicos bajarán sensiblemente porque estamos a unos días para que comiencen las clases correspondientes al último semestre del año. Los más perjudicados serán los jóvenes estudiantes que ni la deben ni la temen.
En el presente caso bien podemos aplicar un poco la sabiduría de Dale Carnegie cuando nos dice: "Cuando tratamos con la gente debemos recordar que no tratamos con criaturas lógicas. Tratamos con criaturas emotivas, criaturas erizadas de prejuicios e impulsadas por el orgullo y la vanidad", así es muy difícil llegar a una serie de acuerdos que son necesarios por el bien de la institución educativa. Siguiendo a este mismo autor ambas partes debieran de remover todos los obstáculos personales que se han involucrado en el conflicto y “primero deben escucharse. Dele a su oponente la oportunidad de hablar. Déjelo terminar. No se resista, defienda ni discuta. Esto sólo levanta barreras. Trate de construir puentes de comprensión.” Aquí lo que urge es levantar acuerdos y concordia. Los jóvenes de Bachilleres se los agradecerán.

yatrogenia@hotmail.com

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