Sergio Sarmiento
2017-06-15
Ciudad de México.– Manuel Bartlett, el senador de Morena, está molesto. En un artículo publicado en El Universal este 15 de junio sentencia: "Peña Nieto impuso fraudulentamente a su primo en el Estado de México, contra sus propias 'mediciones' que mostraban el repudio a su gobierno y a su candidato". Como fracasó su "'propaganda negra', 'amplificada' por conductores 'estelares' de medios de comunicación, difamadores", se sintió "desesperado" y "aplicó fraude en todo el proceso": "compra de votos, amedrentamiento, violencia contra promotores electorales, golpizas; policías en 'retenes' inhibiendo el voto libre, 'cercando'" (a Bartlett, como usted puede ver, le gusta usar comillas para resaltar ciertas palabras y expresiones). El senador, secretario de Gobernación en el sexenio de Miguel de la Madrid y presidente de la Comisión Federal Electoral en la elección de 1988, aquella en que Carlos Salinas de Gortari derrotó a Cuauhtémoc Cárdenas, afirma que "un jefe de Estado depende de la legitimidad de su autoridad", pero Peña "prefirió actuar como 'jefe de facción'.; arrastró al desprestigio a las instituciones.: acudió al 'golpe', falseó la elección."
El señor de las comillas no es el único prócer de la democracia mexicana que está cuestionando la limpieza de los comicios del 4 de junio. También Humberto Moreira se ha quejado: "Nos robaron la elección de la manera más burda", dijo en una grabación de una conversación telefónica con un interlocutor no identificado. "Lo que te hicieron a ti nos lo hicieron a nosotros en todo el estado.. Iba en primer lugar por de a madre. Es lo más burdo que he visto en mi vida." Moreira no culpó al presidente Peña Nieto del fraude, sino al gobernador de Coahuila, Rubén Moreira, su hermano.
Guillermo Anaya del PAN reaccionó de una extraña manera al supuesto fraude electoral de Coahuila. Después de que el conteo rápido lo proyectó a él en primer lugar, aunque con un traslape en el posible rango de resultados con el candidato del PRI, Miguel Riquelme, el PREP se detuvo con apenas 71.9 por ciento de las actas. Había dudas serias del posible resultado. Las autoridades electorales explicaron que el conteo se había hecho sólo con el 55 por ciento de las casillas de la muestra, mientras que los ciudadanos en las casillas habían tenido problemas para llenar las actas para el PREP debido a la complejidad que la legislación de Coahuila ha impuesto a la suma de los votos de las coaliciones.
Hasta ahí todo es explicable. Por eso mismo nuestro sistema electoral, aprobado por el PAN en sus múltiples reformas, establece el conteo de los resultados de las actas en juntas distritales y municipales, así como la apertura de los paquetes en que haya dudas. Uno supondría que para defender el resultado electoral los panistas habrían participado con mayor dedicación que nunca en los recuentos de las actas, pero no: como protesta se salieron de las sesiones. O no entendían lo que se hace en esas sesiones o ya sabían, por las actas firmadas en su poder, que habían perdido la elección.
Nuestro sistema electoral no es el mejor del mundo: está lleno de reglas burocráticas surgidas de la desconfianza extrema provocada por el trabajo de próceres de la democracia como Bartlett en las elecciones de 1988. Pero es bastante mejor de lo que muchos suponen. Las autoridades y los tribunales electorales revisarán ahora las impugnaciones. Les tengo más confianza que a Bartlett o a Moreira.
1,300 millones
Una carta manuscrita y una grabación del ex secretario de seguridad de Veracruz, Arturo Bermúdez, divulgadas por Reforma sugieren que el ex gobernador Javier Duarte entregó 1,300 millones de pesos al PRI para la campaña de Héctor Yunes. De comprobarse el hecho, sería gravísimo.
Twitter: @SergioSarmiento